Oficios desde la gráfica en el Museo Nacional de la Estampa

  • La muestra compila 270 obras de la vida cotidiana con autores como Leopoldo Méndez y Pablo O’Higgins.

CIUDAD DE MÉXICO.

Organilleros, limpiaparabrisas, taqueros, pepenadores, globeros, titiriteros, un cantante de autobús y hasta el buzo de aguas negras son algunos de los protagonistas de la exposición Mano de obra. Oficios en la gráfica mexicana, siglos XX y XXI, integrada por 270 piezas de artistas como Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins, Adolfo Mexiac, Alfredo Zalce, Mariana Yampolsky, Ángeles Garduño, José Chávez Morado y de otros menos conocidos como Agustín Tamayo, Gustavo Salazar, Emilio Vera, Sara Jiménez y Otilia Molina.

La muestra, que se abrió desde ayer en el Museo Nacional de la Estampa (Munae), es de una compilación de artistas consagrados y el rescate de otros poco conocidos que se han preocupado por retratar la vida cotidiana del México y busca mostrar un tema poco estudiado de la gráfica mexicana: la representación de los oficios existentes en nuestro país, desde el periodo posrevolucionario hasta principios del siglo XXI.

Algunos de los oficios tradicionalmente más representados en la gráfica son los tianguis, los mercados y el trueque. Pero en la muestra tenemos algunos oficios pocas veces representados, como la xilografía Buzo de aguas negras en la CDMX, (2019), de Ana Karen Jiménez, un grabado de seis placas a varias tintas que llama la atención por su técnica y su peculiaridad”, detalló la curadora Karen Juárez Peña.

Entre los oficios que aparecen en esta exposición están los vendedores de pollo y embutidos, los globeros y los torneros.

Y se agregan otros como el linóleo El vendedor de libros y revistas, del joven creador Israel Arzaluz Sánchez y La doñita (2020), que es una vendedora de quesadillas, del artista Giovanni Ríos Castro”, comentó el curador Raúl Cano Monroy.

También es interesante el núcleo dedicado a los vendedores de comida o de la gastronomía callejera pues, como sabemos, lo más representado son los vendedores de tamales, de pan y de tacos de canasta, pero aquí tenemos una variedad amplia”.

Ambos curadores coincidieron en que la exposición es una suerte de mapa de la gráfica mexicana de los siglos XX y XXI que también sirve para observar la evolución de las técnicas de cerca de 150 artistas de diferentes estilos e ideologías, lo que muestra la riqueza tanto del periodo moderno como del contemporáneo.

A menudo conocemos la xilografía, el linograbado o la litografía, pero cada artista pone su esencia y en muchos pueden agregar otro aditivo. En los creadores contemporáneos vemos un progreso en técnica, porque encontramos técnicas mixtas e impresiones no sólo sobre papel algodón, sino en tela y manta”, apuntó Jiménez, tal como se aprecia en Algodón de azúcar (2016), de Mónica Olivera (Buba).