DESATINOCRACIA
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Por Juan Baizabal
La semana pasada referimos la importancia de la reingeniería política-administrativa, es decir, la restructuración del gobierno, de sus métodos y planes de acción con la única finalidad de obtener mejores los resultados y beneficios que impacten directamente en la sociedad.
En principio, esta debería ser la prioridad de todo gobierno. Evaluar sus propios resultados, para corregir cualquier fallo o error y de esta manera se pueda disminuir la improductividad del mismo.
Sin embargo, la realidad se aleja totalmente del deber ser. Vemos gobiernos (municipales, estatales y federal, ninguno se escapa) desaprobados por la ciudadanía, debido justo a esto, a la ineficiencia pública, política y administrativa observada.
Todo parece indicar, como le hemos apuntados en anteriores publicaciones, que el hecho de aceptar los errores y enmendarlos es la utopía más emblemática de toda administración pública. No existe la humildad política ni burocrática. Es mejor culpar a los antecesores, pero nunca admitir la responsabilidad.
Todo gobierno tiene prioridades que definen sus ejes rectores y de acción, mismos que no representan exactamente el verdadero sentir de la población, es decir, esos pueden asemejarse, pero no ser exactamente las prioridades sociales. Y cada vez, es más notorio.
El domingo pasado, mientras el número de contagios de la variante Ómicron aumentan desbordadamente, así como también las ejecuciones en territorio veracruzano y los actos de violencia son cada vez más notorios; los gobernadores de la Ciudad de México y de Veracruz, Claudia Sheinbaum Pardo y Cuitláhuac García Jiménez, agendaron una reunión para firmar un convenio de colaboración para fortalecer los servicios digitales de ambas entidades federativas.
Sin lugar a duda, una laudable acción y de suma prioridad para este inicio de año 2022. Que más bien, es de cierta manera un respaldo político entre ambos gobiernos.
Hay que recordar el pleito entre el senador y presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal Ávila con Cuitláhuac García. Así como la disputa entre Claudia Sheinbaum y Ricardo Monreal por la presidencia de la República.
Los equipos se van formando, los intereses personales y políticos salen a la luz. Mientras que las prioridades del pueblo veracruzano pueden seguir esperando. Así las cosas.