SEÑALAMIENTOS, NO EXIMEN A AUTOMOVILISTAS DE PROVOCAR SINIESTROS EN CARRETERA A COATEPEC

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60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

SEÑALAMIENTOS, NO EXIMEN A AUTOMOVILISTAS DE PROVOCAR SINIESTROS EN CARRETERA A COATEPEC

La carretera nueva como se conoce a la rúa que construyó el gobernador Rafael Murillo Vidal a Coatepec, sigue siendo una pesadilla para el común de automovilistas, porque inéditamente es escenario de accidentes viales, choques por alcance o porque las unidades vehiculares con tantita lluvia resbalan peligrosamente sobre su pavimento hidráulico, con un costo en pérdidas humanas y daños materiales cuantiosos.

                Como cualquiera de los vecinos de las dos ciudades Xalapa y Coatepec, saben que antes la única rúa que comunicaba con las dos localidades mencionadas, era la que cruza Briones y a sus costados luce espléndida todavía, ya que su área arbolada prácticamente se da a lo largo de sus ocho kilómetros de longitud.

                Inclusive, en algún tiempo el basurero de Xalapa, se localizaba sobre uno de los terrenos a un costado de la carretera corta-se decía a la tierra de la poetisa María Enriqueta, pero afortunadamente aquel fue sustituido con la construcción del “relleno sanitario”, instalado en la congregación de Chiltoyac.

                Los técnicos en carreteras del sexenio que encabezó el gobernador Rafael Murillo Vidal, instrumentaron la expectativa de construir otra carretera, debido a que el flujo vehicular por la rúa corta, evidentemente la saturaba al grado de que los autobuses de pasajeros foráneos y otras unidades, tuvieran que hacer el recorrido a vuelta de rueda.

                Don Rafael que para muchos se dormitaba en horas d trabajo, en su despacho de gobernador, para otros, como Mario Vargas Saldaña, el mandatario lucía atentísimo a lo que ocurría en la entidad, así que se procedió a la realización del proyecto que culminaría con la apertura de una nueva vía corta, también, que ligara a Xalapa con las municipalidades del centro del estado, inclusive, aunque de primera intención con Coatepec, Xico, Cosautlán de Carvajal y Jalcomulco.

                Sin embargo, llegada la temporadas de lluvias, la constante de siniestros sobre la nueva carretera, apuró a que los especialistas en caminos y comunicaciones, rindieran su parte, aduciendo que era necesaria la instalación de topes  en áreas estratégicas, así como de que se apostaran anuncios y señalamientos muy precisos, que le indicaran al grueso de los conductores en que tramos aminorar la velocidad de sus máquinas, empero, todo pareciera haber resultado inútil, ya que la vigilancia  que se anuncia, en esa zona, no se registra.

                El flujo de personas y automovilistas y camioneros del servicio de pasajeros, entre ambas ciudades, es aproximado al medio millón de personas cotidianamente, ya que miles de personas que trabajan en Xalapa, regresan a descansar en sus domicilios, los cuales se ubican en la mencionada tierra del café.

                Por otro lado, cada fin de semana el arribo de visitantes de las comunidades de esta región como de otras partes del país, suele llegar a Coatapec, como paseo, lo que   se consta con la fila de automóviles que se forma desde su entrada principal, hasta culminar en el centro de la municipalidad, que como la de Xalapa, exhibe baches, basura y abandono en gran parte de sus calles y escasas avenidas. Esperemos.

EL FRACASO DE LA CICLOVÍA, DINERO PÚBLICO TIRADO AL BOTE DE LA BASURA

Ojalá lo reflexione bien el edil encargado de  ver por la anunciada construcción de la ciclovía en otras  zonas de la ciudad, porque  a primera vista, la que heredó el anterior alcalde  a Xalapa, sobre la avenida Ruiz Cortines, resultó un  rotundo fracaso, en el que se invirtieron recursos  millonarios y las consecuencias, son funestas, ya que  ningún ciclista utiliza dicha vía y si en cambio, quitó a los  peatones y automovilistas, un espacio valioso, sobre todo porque las arterias  aquí son cortas y angostas.

Una ciclovía opera muy bien en ciudades con piso plano, como ocurre en la ciudad de México, en donde es posible reunir al mismo tiempo a cien mil ciclistas y no molestan al resto del tránsito vehicular, tampoco provoca ni cansancio ni males del corazón a los que gustan de subirse a un vehículo de dos ruedas y un manubrio, como suelen llevarlo a cabo en la gran urbe, pero en Xalapa, una ciudad de subidas y bajadas, es poco menos que imposible.

Como dijo el comediante, en la capital del estado, son calles, por las que apenas cabe un autobús del servicio urbano y cuando trata de dar vuelta para entroncar con otras rúas, tiene que subirse a la banqueta, con el riesgo permanente de aplastar a un   peatón, el cual siempre debe estar siempre a la defensiva, cuando camina por las banquetas de cualquiera de las calles de Enríquez, doctor Lucio, Carrillo Puerto o Xalapeños Ilustres, nomás, para citar algunas arterias como ejemplo.

Peor aún, si se pretende abrir una nueva ciclovia en el resto de la ciudad, ya que ésta, no se presta para realizar dicha práctica, y el grueso de trabajadores, estudiantes y académicos, suelen viajar en taxi, autobús urbano, pero la bicicleta, la deja para otro momento, cuando pueda disponerlo, y se aleje de lo que es la zona urbana y vaya a la periferia, al terreno baldío o de plano salga como turista a espacios abiertos de la costa o zonas de placer.

El grueso de los xalapeños, hace dos señalamientos que los ediles, deben sopesar muy bien, uno que más ciclovias, no funcionarían en una ciudad por la cual circulan cien mil vehículos al día, y la gente la tiene que hacer de torero, para no sufrir algún atropellamiento y, lo otro, que no se vayan a instalar los parquímetros, porque esa idea loca afortunadamente no se llevó a la realidad, en el trienio anterior.

En un pasado, cuando el rico industrial del café Carlos J. Piñero, tuvo la idea de instalar parquímetros, siendo que no había el congestionamiento ni saturación de las calles, por el aparcamiento y tránsito de vehículos de motor, pero logró materializarla, con la fijación de los aparatitos en cuestión sobre la avenida Manuel Avila Camacho, lo cual no tuvo ningún éxito, y por años quedó el recuerdo de esos medidores de tiempo para los automovilistas, como testimonio de lo que no debía ser.

Finalmente, nadie respetó los famosos parquímetros, y se fueron a la basura, quedando ese proyecto loco en eso, porque la realidad se impone en una ciudad de calles congestionadas todo el día en el corazón de la capital, como en su periferia. Al tiempo.

PACIENTES DEL HOSPITAL CIVIL, TIENEN QUE PAGAR SUS MEDICAMENTOS PARA SER ATENDIDOS

Como en tiempos del poderoso régimen priista, cuando el hospital, civil “Dr. Luis F. Nachón”, atestado de pacientes tenían que pagar medicamentos, intervenciones quirúrgicas y materiales de curación, amén de que sus familiares, debían dar el espectáculo cotidiano afuera del hospital, en espera de saber el estado de salud de sus enfermos, muchos de los cuales no alcanzaban camas, y tenían que ser acostados en los pasillos del nosocomio mencionado.

Siendo gobernador de estreno en Veracruz, el capitán Fernando Gutiérrez Barrios, ocurrió un fatídico accidente en el que un autobús de pasajeros foráneos, descarriló en la carretera entre Xalapa y las ciudades de las Vigas y Perote, con un saldo de casi 30 usuarios lastimados unos, y muertos otros tantos.

Inmediatamente después de que sucedió el trágico accidente, los heridos fueron trasladados en diversas ambulancias tanto de la Cruz Roja, como de otras firmas empresariales dedicadas a auxiliar a víctimas de siniestros, al hospital Dr. Luis F. Nachón, sin embargo, las camas no alcanzaban y las existentes, ya se encontraban ocupadas por pacientes cotidianos del nosocomio.

Así que los heridos del camionazo, fueron depositados prácticamente en los fríos pisos de los pasillos en los interiores del hospital, lo que al gobernador Gutiérrez Barrios, causaría un tremendo enojo e indignación, pues una vez enterado del accidente, salió de sus oficinas principales de palacio de gobierno estatal, encaminó pasos al nosocomio y así pudo testificar los hechos, que enlutaron hogares y lastimaron moralmente a otros tantos.

La muestra vergonzante tanto para los gobiernos priistas, como para la entonces Atenas veracruzana había impresionado al gobernador Gutiérrez Barrios, quien de inmediato instruyó al sector salud para que iniciara las gestiones de rigor, para edificar una nueva y moderna instalación hospitalaria, surgiendo así el Centro de Especialidades Médicas (CEM) y ahora conocido como CAEV.

Sin embargo, el hospital civil, sigue siendo el recinto hospitalario, que sirve a la mayoría de pacientes pobres, que todos los días llegan para recibir la atención de sus galenos y cuerpo de enfermeras, con la certidumbre de que todos ellos, si quieren salvar su salud, deben pagar sus propios medicamentos y materiales de cirugía y curaciones, ya que estos no los cuenta el hospital en su farmacia, y menos que puedan ofrecerlos a sus enfermos, de manera gratuita.

Hoy día, el espectáculo que ofrece el hospital Luis F. Nachón  es el mismo de los mejores tiempos de regímenes priistas, su abandono es notorio y visible y en torno suyo, se aglomeran decenas de familiares de quienes son sus pacientes, con la especie en el sentido de que hay un letrero pegado en uno de sus pórticos, que anuncia a familiares de los enfermos, que hay un centro que les ofrece cobijo y comida, mientras esperan la salid de sus enfermos, empero, nadie sabe en donde se encuentra éste, así que el gentío sigue dando la misma nota de hace 30 y 40 años, a manera de ejemplo. Es todo.