CIERVO HERIDO

Desde tu cabeza hasta el cielo

Musa Peregrina

Se dirigen mis besos, curando con la magia del amor, aquellas heridas que como cauce de un río manso viajan cañada abajo.

En búsqueda del ayer que entre corrientes salvajes, arrastra valles, senderos y laderas que permanecían vírgenes, comulgando con el blanco de nuestros recuerdos más queridos.

Como ciervo herido te observo bañado de soles dormidos, con el pecho agitado de dolor sofocado de soledad y hastío, colmado de amar tanto lo querido.

La llanura se mira lejana, dorados amaneceres inducen al sueño de la esperanza, encontrando la última oportunidad de vivir en calma, sin fin, cobijado en mi seno que alimenta ese tu aliento, hambriento de eternidad, plagado de vacíos.

Del libro » Señales de Humo para un Espíritu Albino,» de Oralia Lombera