Golpear a la oposición vía sus gobernadores

HISTORIAS DE REPORTERO

Por: Carlos Loret de Mola

Golpear a la oposición vía sus gobernadores

El presidente López Obrador ya se dio cuenta de que la oposición en el Congreso ha formado un dique. En el Senado lo venía siendo desde hace algún tiempo y en la Cámara de Diputados acaba de pasar su prueba de fuego: rechazó la contra-reforma energética del gobierno.

Durante el camino a esa estratégica votación, el presidente intentó todo: primero les habló “por las buenas” para que aprobaran su propuesta sin moverle una coma, luego fue subiendo el tono, los acusó de toda suerte de delitos cometidos en el pasado, los tildó de vende-patrias, los amagó con abrir expedientes, y cuando tampoco funcionó eso, los trató de corromper ofreciéndoles embajadas e impunidad a cambio de sus votos.

Ahí ha encontrado López Obrador una veta, una ruta de trabajo: si no puede doblar a los congresistas de oposición, si no puede doblar a los dirigentes de los partidos, intenta doblar a los gobernadores.

Lo hizo para la elección del 2021 y le funcionó. Los gobernadores de Campeche y Sinaloa, y la gobernadora de Sonora, operaron para Morena en las elecciones, entregaron sus estados, y el presidente les pagó con una lujosa sede diplomática.

En este 2022, López Obrador parece repetir la fórmula de buscar en los gobernadores el lado vulnerable de la oposición. Este fin de semana vimos al presidente repartiendo dinero en programas y proyectos a los dos gobernadores de Movimiento Ciudadano: Samuel García de Nuevo León y Enrique Alfaro de Jalisco. Los mandatarios fueron amables con AMLO. El tono de sus discursos contrasta dramáticamente con lo que declaran, por ejemplo, el dirigente nacional de MC, Dante Delgado, o el coordinador parlamentario, Jorge Álvarez Máynez, quienes son duros y constantes críticos de López Obrador.

En el PAN, igual. Los dos gobernadores más populares de este partido son Mauricio Vila de Yucatán y Mauricio Kuri de Querétaro. No tocan al presidente. Sus posiciones públicas contrastan con los fuertes juicios que cotidianamente lanza el dirigente del partido, Marko Cortés.

De unas semanas para acá, lo mismo en el PRI. El dirigente nacional, Alejandro Moreno, ya se animó a lanzarse de lleno contra el gobierno. Su discurso está muy alejado del presidencialismo que permea en los discursos de los gobernadores priistas Omar Fayad de Hidalgo y Alejandro Murat de Oaxaca, por citar dos que van a elecciones en breve.

El tema de fondo es que los gobernadores son en esencia vulnerables por la manera en como funcionan las leyes mexicanas: los gobiernos de los estados dependen presupuestalmente de lo que les mande el gobierno federal y éste tiene una enorme discrecionalidad. Ha sido mala práctica histórica que si un gobernador se le rebela al presidente, la Federación lo castiga por la vía del dinero. Mientras este desequilibrio no se repare, los presidentes de la República -sean del partido que sean- van a tener ese mismo poder de coerción contra los mandatarios estatales.

Porque de otra forma, lo que se requiere es mucho valor, y no todos lo tienen.

El príncipe del huachicol

A Sergio Carmona Angulo lo asesinaron en una barbería del municipio más rico de México: San Pedro Garza García, Nuevo León. Sus últimos meses de vida los pasó bajo la sombra de una doble sospecha: ser el Rey del Huachicol y haberse convertido en uno de los principales financiadores de Morena.

Desde que fue ejecutado, en noviembre del año pasado, esas sospechas sólo se han ido incrementando. Revelaciones periodísticas de México y Estados Unidos han ido echando luz -con documentos y testimonios de fuentes- sobre las actividades ilícitas, tanto económicas como políticas, del Rey del Huachicol.

Se han ido aglutinando los testimonios que salpican a varios candidatos morenistas e incluso al dirigente nacional del partido, Mario Delgado.

 El gobierno no ha iniciado una investigación creíble. Más bien ha tendido un manto de impunidad sobre el asunto.

Los implicados no han contestado con seriedad los señalamientos de haber recibido dinero en efectivo y hasta el uso de aviones para la campaña. Queda la sensación de que hay algo grande detrás de todo esto. Algo de lo que prefieren no hablar.

No es poca ironía que en el sexenio donde se declaró la guerra al huachicol y se declaró aniquilado, un financiador estrella del partido en el poder sea identificado como el principal traficante de combustible robado.

Muerto el Rey del Huachicol, queda bien claro quién es el príncipe heredero.