SOLEDADES Y FABULACIONES

Musa Peregrina

Cuando descubrí la literatura aprendí a escapar al monte y descubrí que era fascinante, me sentí un jaguar libre, conocí el bosque siendo una colorida mariposa, fui sirena de furiosos mares, pise la luna sin salir de mi habitación y en algún momento me sumergí en llanto  de estrellas.

Logré comprobar que allí la oscuridad resplandece y que la danza de los pájaros dibuja siluetas en el tiempo y escribe antiguas palabras en el viento que arrastra otoños y recuerdos básicos.

Hoy sé que del cielo a la tierra es de donde han brotado todos los libros del mundo, la imaginación cultivada en un libro, da como fruto la mirada ávida de un niño que al crecer se convierte en gran lector.

Jamás había experimentado, ni volvería a experimentar en toda mi vida, una realidad más cercana, más viva que la de ser un personaje de mis propios libros y volar sobre mis pecados y milagros…

En el amor, en la alegría y el dolor, puede ocurrir todo, lo más espantoso y lo más maravilloso, allí la vida se llena de espiritualidad y renacer cotidiano, allí está el contraste entre la guerra y las figuras relucientes que albergan mis tintas a ratos armoniosas… peregrinas pues.