LOS ADOLESCENTES Y JÓVENES, SIN CAMPOS EN DÓNDE PRACTICAR SUS DEPORTES FAVORITOS

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

LOS ADOLESCENTES Y JÓVENES, SIN CAMPOS EN DÓNDE PRACTICAR SUS DEPORTES FAVORITOS

                Conforme la mancha urbana se está comiendo los cuatro costados de la municipalidad xalapeña, también los niños, adolescentes y jóvenes  deben sustraerse de practicar sus deportes favoritos, porque los campos faltan, se levantan edificios y viviendas y la selva de concreto se erige como campeonísima.

                En tanto, los niños y adolescentes, así como los jóvenes dejan de practicar los deportes que anteriores generaciones contaron en demasía para su ejercicio, recreación, pasatiempo y salida al estrés y los estadios de incertidumbre que les provoca el encierro, porque no solamente ha sido el que les produjo la epidemia del coronavirus, sino el hartazgo que incide entre familias, desde antes de que apareciera la enfermedad de la covid 19.

                En un pasado ,los campos de las tantas batallas con que el beisbol atraía multitudes se ubicaban en linderos de las instalaciones de la USBI y en los predios entonces, que más tarde ocuparía la construcción de viviendas patrocinadas por el Instituto de Pensiones, en las inmediaciones de la calle de Pípila.

                En los terrenos de San Bruno, El Dique, Coapexpan, la avenida Américas, la Lázaro Cárdenas, son tan solo unas cuantas en las que los muchachos de distintas épocas, se daban cita para ejercitar los músculos, jugar beisbol, futbol, también en numerosas canchas se jugaba el básquet y el volibol.

                Inclusive, las escuelas como la Normal de Maestros, las canchas de la escuela de bachilleres “Antonio María de Rivera”, servían de escenario para dar cabida a los jóvenes, que alegres, confiados y satisfechos practicaban el deporte de sus preferencias. Entonces, ni dudar de poder llevar a cabo su realización, porque el acecho de la violencia y los ataques por parte de extraños, sencillamente no existían, más que en las películas que se exhibían del antiguo cine de oro.

                Empero, como todo lo que comienza concluye, en la hora actual, los jóvenes, obligados por las circunstancias tuvieron que quedar bajo el resguardo de sus hogares familiarmente, porque de otra suerte, podían contagiarse o sufrir la embestida de los bárbaros, que buscan camorra y romper con la débil línea que divide la paz y tranquilidad de la violencia.

                La constante de los amagos con que se puede dar lugar al choque virulento entre  ciudadanos del común está a la orden del día y la seguridad se desmorona en segundos, los hogares quedan al descubierto y familias completas ven como su habitar cotidiano, deriva en la ruptura del orden y la tranquilidad de antaño.

                Algo no está bien, en donde tienen que ver las familias, la sociedad y los maestros de las escuelas de primeras letras, como la enseñanza media y por supuesto en las casas de estudios superiores. Y todo esto, tan solo, lo cuentan estudiosos de la siquiatría, porque los muchachos carecen de espacios donde  ejercitarse  físicamente, como es la práctica de los más diversos deportes.

                La vida cambió con la epidemia y por más que el doctor Hugo López Gatell Ramírez sostenga que  el riesgo mayor pasó, la vuelta al modo de vida cotidiano de un pasado, evidentemente ya no volverá, lo que por otro lado, presagia, un futuro menos cierto que lo que fue anteriormente, más aún, sin el consenso y esfuerzo de las mayorías, individual y socialmente.

80 SENADORES A FAVOR DE MILITARIZAR LAS CALLES DE MÉXICO, POR 40, QUE VOTARON EN CONTRA

                Lo que en el buen sentido presentían los panistas y un grueso de la población nacional, surtió sus efectos, en el sentido de que en el senado, 80 senadores, todos de Morena y la mayoría de los priistas dieron su voto de aceptación para que las fuerzas armadas salgan a las calles y la hagan de policías, hasta el próximo año de 2024.

                40 legisladores, se pronunciaron en contra y corresponde tal sufragio al emitido por los senadores panistas en su totalidad, los asociados de Movimiento Ciudadano, también todos y tres legisladores priistas, quienes mantuvieron en firme su posición, de rechazar que el ejército permanezca en las calles y retorne a sus cuarteles.

                En  un ejercicio  sumamente democrático, senadores en pro y contra sufragaron  sobre la iniciativa presentada por el jefe del poder ejecutivo, el cual arrojó el resultado citado en líneas arriba.

                Cabe destacar, que los representantes como quiera que sea, del pueblo mexicano, optaron conforme a sus personales posiciones, toda bajo el entendido, con el interés de servir a sus representados medularmente.

                En este concierto, analistas y medios periodísticos, habrían advertido en sus páginas y demás espacios informativos, que la necesidad de mantener a las fuerzas armadas en la calle, se debe a la creciente  ruptura del orden y la seguridad pública, lo que hacen constar con los más de 120 mil homicidios, más de cien mil desapariciones en el país y  los feminicidios, que siegan la vida de cuando menos diez mujeres diariamente.

                Históricamente, las fuerzas armadas  habrían iniciado labores de guardianes del orden público en nuestras ciudades al iniciar los años del sexenio del presidente Felipe Calderón, más tarde también dicha idea, la acarició el régimen priista de Enrique Peña Nieto, pero ninguno se atrevió a afirmar los pasos, para presentar una iniciativa semejante, sino hasta el actual sexenio morenista.

                En el debate, han concurrido legisladores  de las distintas fracciones partidarias y  el final ya se dio a conocer, en el sentido de que 80 votos contra 40 reflejaron la aceptación y rechazo, respectivamente, para que los soldados realicen las actividades tendientes a preservar la seguridad sobre las arterias públicas del país, lo que califican quienes dieron su aprobación a tal medida, que así se legitima una acción que de antemano ya desempeñaban las fuerzas armadas en el lapso de gobiernos federales anteriores.

                Por otro lado, en la ciudadanía hay expectación, porque si bien, se sabe que en mucho sobrevive en la inseguridad, también no es menos cierto que la corrupción  propició la inoperancia de los distintos cuerpos de la policía lanzados a la calle, tanto en la prevención como en  el esclarecimiento de los tantos delitos que se cometen cotidianamente en gran parte de este país.

MAESTROS DEL PERIODISMO, AHORA MÁS QUE NUNCA SE HACEN NECESARIOS EN EL OFICIO

El entusiasmo con que rendían sus clases los  viejos maestros de la facultad de periodismo Antonio Salazar Páez, Francisco Gutiérrez y González, así como el periodista del siglo XX en la entidad veracruzana, Alfonso Valencia Ríos, lo imprimían en sus alumnos, de tal suerte, que aun asistiendo como alumnos a las aulas universitarias, aspiraban ya a realizar prácticas profesionales en los medios existentes  en aquellos años.

Por supuesto, nada que se asemeje a las exigencias de ahora, para el puñado de jóvenes que concurren presurosos y con ánimos de  formarse en profesionales en alguna de las variantes que  ofrece el oficio periodístico.

Empero, a diferencia de estos días,  los universitarios de las primeras décadas en las cuales la Universidad Veracruzana ofertaba la carrera en la única versión de forjar periodistas para escribir en las revistas y periódicos, o alguno otro, que  inclinaba sus habilidades  como locutor de la radio o narrador de primicias informativas, ahora, obviamente debe multiplicarse esa enseñanza con el tema de las redes sociales y las variadas especialidades, con que una nota puede ser difundida para los lectores.

El maestro Gutiérrez ya abordaba la necesidad de una nota, con una entrada que no rebasara las 33 palabras, porque al lector había darle la información en unas cuantas líneas, pues ya visualizaba que la dinámica con que la sociedad  vivía, iba a demandar medios ágiles, precisos y concisos.

El maestro Valencia Ríos, un intelectual y talentoso por el lado que se le quisiera ver, delineaba la formación de un profesional de la noticia, como  era y es en el resto de las profesiones que se imparten en la máxima casa de estudios. Seguramente, en sus charlas sobre introducción al estudio del periodismo, alentaba a que las generaciones del porvenir, que ya llegó, se instrumentara  que el oficio fuera legislado y obtuviera así, el grado de una profesión, la cual además de ostentar el título para ejercerse, tuviera la necesidad de contar con una cédula  como ocurre con las carreras del médico o el abogado.

El maestro Salazar Páez, originario de las Vigas de Ramírez, cursó la Normal de maestros  “Enrique C. Rébsamen” y fue  uno de los primeros egresados de la facultad de periodismo, con su extraordinario manejo del idioma, advertía que el periodista debía ser un cronista de la realidad que le rodeara y verter con un lenguaje sencillo, claro y conciso las declaraciones que le rindieran sus entrevistados, haciendo un periodismo con emoción, de color, objetivo e imparcial, porque solo así, el reportero se ganaría el respeto de los demás.

El oficio- profesión se decía por los académicos en clase, tendía a ser un cometido de riesgo y hasta peligroso, cuando en realidad,  no se enfrentaban las tantas tentaciones que ahora  pueden mover al periodista en un quehacer que si bien debe ser informativo, ahora, tendrá que sopesar muy a fondo, cuanta emoción debe imponerle, con la mira de no equivocarla, porque la tarea de escribir, además de ser una de las más apasionantes, en este momento es de las más expuestas al escrutinio público. Es todo.