¡Voltereta en CU!
|SUN/Ciudad de México
Pumas hizo sufrir a su afición durante más de 70 minutos en el Estadio Olímpico Universitario, hasta que por fin encontró dos jugadas de gol y logró darle la vuelta al marcador para vencer 2-1 a FC Juárez, que casi se sale con la suya de ganar en CU, pero no lo consiguió y gran mérito de eso fue de Dani Alves.
El lateral brasileño inició en la banca, pero en el segundo tiempo participó en las dos jugadas de gol.
Primero con una asistencia a Toto Salvio al 77′ para igualar el juego y luego con otro pase filtrado para Salvio que logró que le cometieran un penalti. Todo para que Rafa Puente tuviera un debut de ensueño con sus primeros tres puntos.
Un inicio complicado FC Juárez logró adelantar el marcador sobre los 30 minutos con una jugada construida por la banda izquierda que terminó con un desborde y un centro a segundo poste para Alan Medina, que cerró de forma perfecta la jugada para el 1-0 parcial que exhibía la defensa de los universitarios.
FC Juárez logró adelantar el marcador sobre los 30 minutos con una jugada construida por la banda izquierda que terminó con un desborde y un centro a segundo poste para Alan Medina, que cerró de forma perfecta la jugada para el 1-0 parcial que exhibía la defensa de los universitarios.
Para fortuna de Pumas, los jugadores de Juárez complicaron el partido solitos al quedarse con 10 jugadores por la expulsión de Gabriel Fernández, que reclamó airadamente al árbitro Óscar Macías y se ganó dos tarjetas amarillas en menos de un minuto al final del primer tiempo.
Así que la necesidad y la ventaja hizo que Rafa Puente moviera sus piezas en el segundo tiempo y así dio ingreso a Dani Alves como lateral derecho y a Jorge Ruvalcaba, esperando sus desbordes pudieran cambiar el rumbo de un partido que parecía se había complicado de forma innecesaria.
Fue así como se adueñaron del balón, pero no de las acciones de gol.
Una y otra vez tocaban el balón afuera del área y hasta intentaban paredes para quedar frente al marco, pero siempre chocaron con una barrera verde que rompía cualquier intento de generar peligro mientras se aferraba a unos 30 metros de terreno de juego.