CON EL MAGNICIDIO DE COLOSIO MURRIETA, INICIÓ EL DERRUMBE DEL EX PARTIDO TRICOLOR

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

CON EL MAGNICIDIO DE COLOSIO MURRIETA, INICIÓ EL DERRUMBE DEL EX PARTIDO TRICOLOR

                Aquel 29 de marzo de hace  29 años, cuando un Mario Aburto se acercó hasta el candidato presidencial y le apuntara con su pistola al oído y la hiciera  detonar, no solo se estaría segando la vida de un personaje de la política mexicana, sino que también, arrancaría el despegue de la carrera final de un poderoso partido político, como fue el PRI.

                El luto con que se cubrió el país, tras el criminal atentado cometido en contra de Luis Donaldo Colosio Murrieta, el candidato presidencial, que había  encendido la mecha de la esperanza de todo un pueblo, asociado o no del viejo régimen, ni los autores intelectuales ni materiales, lo habrían  captado en la dimensión que alcanzaría en los años posteriores, con consecuencias  políticas e históricas hasta la fecha.

                Millones de páginas se escribieron por los periodistas, analistas y politólogos, acerca del atentado inútil en contra de un político que insólitamente se constituyó conforme avanzaba su peregrinar en búsqueda del voto popular, en la confianza renovada en un abanderado del PRI a la presidencia de la república.

                La gente mostraba agobio y desesperanza, propiciada irremediablemente por las dos administraciones de presidentes populistas, Luis Echeverría y José López Portillo. Ambos, le dieron bastante atole con el dedo a un pueblo que ancestralmente, era pobre y seguiría siendo miserable. Sin embargo, el que  un jefe de estado, le dijera que había llegado la hora de ir “arriba y adelante”, despertaría las infinitas ansias de los mexicanos, para salir a la calle y enfrentar los sinsabores provocados por gobiernos anteriores de oligarcas.

                Sin embargo, la caída de ambos presidentes populistas, habría de incidir necesariamente en un cambio, cuando menos de palabra,  el invocado por el presidente Miguel de la Madrid Hurtado, con su frase histórica de “renovación moral” de la sociedad. Por  supuesto, que nada de ello ocurriría, sino todo lo contrario.

                El régimen de la tecnocracia, con el presidente Salinas de Gortari, acabaría por sepultar los sueños de millones para salir de la pobreza y aspirar a convivir en la medianía y si se podía, en un sistema, que les diera un tanto más. El orgullo de haber alcanzado los niveles de la riqueza, que lo mismo López Portillo, propondría a sus gobernados, que debían prepararse para poder administrarla,  cayó en el profundo “slump” del cual, no han podido salir a flote las grandes mayorías.

                Así que escuchar un mensaje distinto, en boca de un político notable de las trincheras priistas, habría levantado como un solo hombre a los pueblos más urbanizados como de aquellos hundidos en la ignominia, en torno al hombre que con sus discursos, habría volcado en simpatías en favor suyo, a los millones metidos en la desesperanza y el hartazgo.

                Su asesinato, causaría estragos entre un pueblo que de igual forma, vería como se esfumaba la expectativa del cambio que se había fraguado en su mente. Un crimen a esas alturas era impensado y menos aceptado.

                Sin duda, la caída del ex partidazo de los tres colores patrios, dio lugar al derrumbe paulatino y sistemático del propio membrete y la vida en común de los mexicanos, que avistan incluidos estos días, con alguna decepción, que la hora del reencuentro con la felicidad añorada del pueblo azteca, deberá continuar a la espera.

“VIVA MÉXICO”, DEL PRODUCTOR LUIS ESTRADA, DENIGRA, PERO REFIERE VERDADES QUE DUELEN

                Ciertamente, la película “Viva México”, se constituye en una  narrativa de cuanto ha tenido que padecer el grueso de la sociedad mexicana, ricos, pobres y sabiondos e ignorantes, sobre lo que ha sido la vida cotidiana de millones, que si la aprecian y consienten, sabrán igualmente identificarse honestamente con alguno de los personajes en la producción en cuestión.

                Dice el productor de teatro Juan Osorio, que  “denigra” a la sociedad mexicana una cinta semejante, pero habría que verla y escudriñar en los propósitos del cineasta  Luis Estrada, que le llevó a ofertar  toda una producción ingenua o ciertamente reveladora de lo que ocurre con un pueblo repleto de flojos, ignorantes, ávidos de tesoros y de alcanzar el dinero a costa de su propia vida.

                Es una producción digna de apreciarse de principio a fin, ni duda. El cinéfilo no puede perderse los detalles de cada una de las figuras que hacen posible la existencia en uno de los pueblos marginados de alguna entidad del país, donde hay minas de oro, faltan los elementales insumos para contar con una vida decorosa y todos la autoridad, el alcalde, el policía, el sacerdote  y el notario público, son parte de una sola familia, aspirantes a que les  caigan del cielo los bienes, sin  emplear el menor esfuerzo.

                La cinta abarca imágenes y  actos de gobierno de la actual administración federal, así que algunos la objetan, aduciendo que en su fondo, dirige la crítica al régimen de la 4t, pero igual, en su palacio municipal, aparecen las fotografías de antecesores suyos, como fueron Carlos Salinas y Vicente Fox.

                Empero, el tema o personaje central, aunque son todos, abuela, padres, tíos, primos  y hermanas, sobreviven de las ganancias que les brinda la explotación de una mina clausurada hace años, es el joven que emigró, fue a la universidad al otro lado del río Bravo, los Angeles, obtiene el título de ingeniero y trabaja  en la firma de un rico empresario, regordete y vulgar, ante quien solicita permiso  para ausentarse y viajar al pueblo donde nació, porque le avisan que su abuelo ha partido de este mundo, en el viaje sin retorno.

                Todo un ingeniero, es motivo de  fiesta continua desde su llegada al pueblo polvoriento, sin calles con pavimento, casuchas de madera y suelo de tierra, debido a que igual, el abuelo le deja como heredero de su fortuna personal a su nieto predilecto. Una monumental caja fuerte, guarda el texto  con que se beneficia el joven ingeniero, un lote de monedas y lingotes de oro, lo que vuelve locos al profesional, a su esposa y sus dos pequeños hijos, pero que se amplía el jolgorio al resto de su numerosa familia, cuando son informados acerca del tesoro escondido, por el ingeniero en algún lugar del terreno arenoso.

 Empero, una vez descubierto y ansioso por sacarlo de la entraña de la tierra adonde lo había escondido junto con su esposa, para pagar un soborno, al edil y la policía, que lo detuvo y encarceló, dicho sea de paso, porque en una intentona por robarlos se meten a su cuarto  hermanas y hermanos, matando de un tiro a uno de ellos, con la vieja pistola, que le heredó su abuelo.

                El final, es como se entiende, de película, porque los terrenos con sus minas y el tesoro lo habría cedido el jerarca de la familia, padre del ingeniero, mucho antes en tiempo, a los gringos, quienes a la postre serían los únicos propietarios del inmueble y la riqueza atesorada.

                El ingeniero y su esposa y dos hijos pequeños, retornan a la ciudad, reasume su chamba no de jefe, sino de limpia-pisos, con el felón empresario, su jefe y lo peor, al arribar de regreso a su casa, se topa con el total de sus corruptos familiares, quienes habían llegado para quedarse a vivir con aquel en la que fuera su fastuosa residencia. Por cierto, las historia, incluye escenas alusivas a las traiciones de orden sexual y las deslealtades entre miembros de la parentela, en su totalidad.

A QUIÉN CONVIENE QUE NO HAYA TARIFAS EN EL TAXI Y QUE OPEREN GRÚAS POR LA LIBRE

                Una pregunta que se hace la clientela tradicional del taxi en sus diversas modalidades, libres o tolerados, consiste en saber a ciencia cierta, porque no hay tarifas bajo un orden decretado por la dirección del autotransporte público o tránsito del estado y a que se debe el manejo de las grúas, las cuales afortunadamente dejaron de  seguir acosando como lo hacían, en contra de los automovilistas.
                Resulta  que a diferencia de otras entidades del interior del país, donde el cobro por dejadas del taxi, tienen una tarifa oficialmente autorizada, en el caso de Xalapa y seguramente el resto del estado, quedó la manía de no fijarlas, así que los taxistas, pueden hacer de las suyas en contra del bolsillo de sus clientelas, pero seguramente hubo o hay algún ganador con esta irregularidad.

                En el antes,  bajo la administración del señor Gutiérrez, los taxistas y las grúas compitieron en una batida por la  conquista del billete de manera impresionante, pues la imposición de multas y levantones con el operativo de las grúas, algunos bolsillos se hincharon con la entrada de los billetes de manera escandalosa, al grado de que sobreviniera el cambio o relevo de timoneles de mando y las cosas restablecieran el desorden desencadenado.

                Sin embargo, las mañas quedaron vigentes, así que para el taxi libre y el tolerado, sus operarios, pueden seguir explotando dicho giro con manos libres, como lo hacen constar  muchos usuarios, que no ven la suya, porque el taxista más próximo, aplica las tarifas que en gana le vienen.

                Los operativos ejecutados por las grúas, con excepción de la firma tradicional de Vista, con el moderno régimen morenista hizo su aparición una media docena de siglas, las cuales acometieron con singular inconsistencia y prepotencia, al grado de que  tanto los automovilistas como taxistas, elevaran sus más enérgicos reclamos, pues quedaba demostrada con claridad, que había la intención de que aquellos cayeran  como moscas en una intensa red echada a las calles y prohibiendo los aparcamientos en los sitios estratégicos, con miras a forrar los bolsillos de  quienes regenteaban aquellos servicios.

                Cabe destacar que el desorden fue tal, que los  escasos estacionamientos públicos, jamás han adecuado sus espacios e instalaciones, al no poder brindar ninguna seguridad a los automovilistas, amén de que sobre la arteria pública, el imperio del atraco vil, se multiplicó copiosamente, al grado de que se tuviera que poner un alto a los mordelones de la policía vial, así como también a los  operadores de las grúas.

                Por cierto, en la esquina de Bremont y Mata, un “halcón”, simula que explota un expendio callejero de pollo, pero en la realidad, cumple quién sabe qué  instrucción, avisando por su celular para que las grúas, carguen  en sus plataformas, los vehículos de motor, supuestamente aparcados en un área prohibida. Es Todo.