Académicos UV advierten que habrá más escasez de agua
|- En Xalapa esta problemática, al igual que el aumento de temperatura, está asociada al cambio de uso de suelo.
- Laura Ruelas Monjardín y Yadeneyro de la Cruz Elizondo, de la Facultad de Biología, explicaron el panorama existente.
#Xalapa
Laura Ruelas Monjardín y Yadeneyro de la Cruz Elizondo, académicos de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana (UV), advirtieron que la escasez de agua es un problema que cada vez será más agudo, por lo que recomendaron replantear prácticas domésticas más conscientes y eficientes que también se apliquen en los ámbitos de la agricultura y ganadería.
En entrevista realizada en el Huerto Agroecológico de la Unidad de Biología y Ciencias Agrícolas, Laura Ruelas comentó que tan sólo en esta ciudad el desabasto del líquido, así como el aumento en la temperatura, está asociado al cambio de uso de suelo.
A nivel nacional, por ejemplo, la disponibilidad del agua por habitante también ha disminuido considerablemente. En la década de los cincuenta había hasta 18 mil metros cúbicos por habitante al año, en la actualidad le corresponden alrededor de tres mil 700.
De acuerdo con un estudio sobre el patrón de lluvias en Xalapa, en los últimos cien años se llegaron a tener más de dos mil milímetros de agua al año, y ahora sólo se han alcanzado mil 400, tendencia que se mantendrá.
La académica, que imparte la experiencia educativa (EE) Tecnología del Agua, atribuyó esta situación al cambio de uso de suelo que ha derivado en un descenso de las precipitaciones e incremento en la temperatura.
Explicó que en la capital del estado el cambio de uso de suelo ha sido hacia asentamientos urbanos, es decir, superficies impermeables que aumentan la temperatura y evitan que haya infiltración de agua.
“Sí llueve, pero hay pura superficie impermeable o pavimento, esa agua escurre, se contamina y no es un agua que pueda recargar acuíferos y esté disponible cuando se requiere.”
Por lo anterior, instó a la población a hacer uso del vital líquido de una forma más consciente y responsable, cambiar el patrón de acción para que la relación agua-disponibilidad no se acentúe.
Puso como ejemplo el caso de los inodoros que no requieren de agua potable para la descarga. Una alternativa para ello son las aguas grises, como las que se reciclan de la regadera o de la lavadora.
Tan sólo en los hogares los inodoros representan el 50% del gasto de agua.
Por su parte, Yadeneyro de la Cruz Elizondo, profesor de las EE Biología del Suelo, Fisiología Vegetal y Servicio Social, señaló que la ola de calor atípica registrada recientemente es un fenómeno que afecta la fisiología de las plantas y de los cultivos extensivos y monocultivos.
“El efecto que hay fisiológicamente del sol sobre las plantas genera un estrés hídrico, y justamente se ve magnificado en el monocultivo.”
Éstas son plantas seleccionadas naturalmente o generadas biotecnológicamente, diseñadas para tener un buen rendimiento bajo condiciones óptimas de temperatura, luz, radiación, fertilización y agua.
En ese sentido, el estrés hídrico o deficiencia de agua se manifiesta más cuando son sometidas a eventos extremos de calor, al no absorber el líquido del suelo.
Yadeneyro de la Cruz citó el cultivo de caña de azúcar, el cual demanda más de 200 metros cúbicos de agua por tonelada. El tipo de riego es una práctica poco sustentable.
Otra situación es que los productores se han visto obligados a cambiar sus cultivos tradicionales de café de sombras, por ejemplo, por mangos o limón, que demandan grandes cantidades de agua para florecer.
“Esos cambios obligan a repensar sistemas de cultivo menos demandantes de agua como son los agroforestales, que son intercalaciones entre plantas o cultivos que tienen como destino la producción de alimentos, y pudieran intercalarse con árboles frutales o maderables, o que puedan dar representatividad a la zona o refugio a la fauna.”