Pandemia de dengue en Bangladés; 210 mil casos confirmados y más de mil muertos

  • Según la Organización Mundial de la Salud este recrudecimiento se debe al cambio climático.

Los médicos del hospital Mugda, en Daca, no dan abasto. Tres de las diez plantas de este establecimiento de la capital de Bangladés están desbordadas con enfermos de una epidemia de dengue sin precedentes en el país.

Nupur Akter, de 21 años, intenta dar de comer a su hermana menor Payel, pero la pequeña no tiene apetito. La niña tuvo que ser hospitalizada de urgencia hace dos semanas por «temblores incontrolables».

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El joven está pendiente de cualquier señal de mejoría, pero tiene la impresión de que su hermana está más débil.

Bangladés sufre este año su peor epidemia de dengue, con un récord de mil 30 muertos y más de 210 mil casos confirmados desde inicios de 2023. El año pasado, esta enfermedad transmitida por mosquitos mató a 281 personas en este país del sur de Asia.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) este recrudecimiento se debe al cambio climático.

Un hombre recibe tratamiento porque sufre de dengue, en el Hospital y Facultad de Medicina de Mugda en Dhaka el 3 de octubre de 2023. Foto AFP
Esta enfermedad endémica de las zonas tropicales provoca fiebre, dolores de cabeza, náuseas, vómito, dolores musculares y, en los casos más graves, hemorragias que pueden causar la muerte.

Según el director del hospital de Mugda, Mohammad Niamatuzzaman, los médicos generalistas se vieron desbordados y tuvieron que llamar a sus colegas de los servicios especializados.

«Tengo miedo»
«Es una emergencia, pero una emergencia a largo plazo», declaró Niamatuzzaman. Su hospital ya ha registrado 158 muertes relacionadas con el dengue este año, cinco veces más que el año pasado.

Mohammad Sabuj, un joyero de 40 años, tuvo que ser hospitalizado de urgencia. Ahora está mejor, pero le preocupa ver que «casi en cada familia» de su barrio hay un enfermo con dengue.

Tres de sus cuatro empleados tuvieron fiebre», afirma este padre de tres niños.

Uno de sus amigos, un médico, falleció.

«Que un médico no se haya podido salvar, es algo que me da miedo», añade. «Si algo me sucede, ¿qué pasará con mis hijos?», se pregunta inquieto.

La hospitalización es gratuita, pero se cobra algunos medicamentos a los pacientes. El centro público de análisis médicos está desbordado y los laboratorios privados son demasiado caros para una gran parte de la población.

Abdul Hakim, un obrero de la construcción de 38 años, cuida de su hijo de dos años. Cuenta que perdió su trabajo desde que su hijo se enfermó. Su sueldo era el único ingreso de la familia.