Banco Mundial reduce perspectivas para México y Latinoamérica

  • El organismo pronostica que el país tendrá un crecimiento este año de 2.3%, previsión que es inferior al 2.5% que previamente proyectado.

El Banco Mundial redujo su estimado de crecimiento para México este 2024 de un previo de 2.5% a una nueva variación de 2.3 por ciento.

En su informe económico América Latina y el Caribe, el organismo internacional señala que “las previsiones de crecimiento para la región en 2024 se han ajustado a la baja, pasando de 2.3 por ciento en septiembre de 2023 a 1.6 por ciento en marzo de 2024, aunque con variaciones sustanciales entre países. Se prevé que tanto Brasil como México se desaceleren respecto de 2023”.

Expuso que este menor desempeño se debe al frente fiscal, donde el gasto público sigue siendo elevado. Las tasas de interés elevadas, aunque estén cayendo en algunos países, siguen presionando el servicio de la deuda.

En términos generales, los avances en cuanto a reducción de la deuda siguen siendo limitados: la relación deuda/PIB aumentó considerablemente en 2023 con respecto a 2022, y se encuentra por encima del nivel observado en 2019 de 59 por ciento”, señaló.

Gráfica de barras sobre el crecimiento económico de México.
Abundó que persistentes déficits de cuenta corriente son en buena medida reflejo de los desequilibrios fiscales en los países de la región.

INFLACIÓN
De acuerdo con el Banco Mundial la inflación regional, exceptuando Argentina y Venezuela, se ubica en 3.5%, comparado con 5.7 por ciento en la OCDE en enero de 2024.

En la mayoría de los países de Latinoamérica, las expectativas de inflación se mantienen controladas y se prevé que se cumplan las metas de los bancos centrales para 2024.

Esta lucha exitosa contra la inflación refleja en parte factores externos, pues los precios de los combustibles y los alimentos disminuyeron”.

En materia de endeudamiento, señaló que las tasas de interés más elevadas derivaron en problemas en la deuda de hogares y empresas, mientras que los préstamos vencidos aumentaron, pero comienzan a disminuir.

Este shock en el servicio de la deuda tiene lugar en un contexto donde el crédito al consumo como porcentaje del PIB prácticamente se duplicó en muchos países en los últimos veinte años; por ende, estos riesgos deben seguir siendo monitoreados”.

El reporte reconoce que a pesar del entusiasmo en torno al nearshoring, la Inversión Extranjera Directa (IED) en términos reales sigue por debajo de los niveles observados hace doce años. Mientras que los anuncios de inversiones greenfield siguen disminuyendo, incluso en México.