Interesante charla de Codesal
|Ciudad de México
El ex árbitro mundialista Edgardo Codesal, uruguayo nacionalizado mexicano, instructor a nivel internacional de árbitros y quien conociera el nacimiento de la Federación Mexicana de Futbol 7, Futbol Rápido y Minifutbol en la década de los ochentas al lado de Alejandro Bocardo y José Alfredo Maccise Saade, sostuvo una plática con dirigentes de la agrupación mexicana y de algunas asociaciones estatales del país, así como con la presencia virtual al igual que la conferencia, con representantes de Brasil, Argentina, Colombia, Chile, entre otros, donde expuso sus experiencias y recomendó medidas encaminadas a ser aplicadas en esta organización, rectora de las mencionadas disciplinas.
Protagonista históricamente por haber sancionado un penal en la agonía del encuentro final de la Copa del Mundo Italia 90, a donde México no acudió por la sanción a la Femexfut por los “cachirules”, falta que señaló por infracción al reglamento dentro del área, de Roberto Sensini sobre Rudi Voller y que ejecutó Andreas Brehmen, para batir a otro histórico de la portería como fue Sergio Goycochea, cuya especialidad precisamente era detener los disparos desde los once pasos, quien saltó en su momento a la fama mundial por este motivo, pero el riflazo del alemán en la falta señalada por Codesal se fue al fondo de la red y condenó a los pamperos al sub campeonato del torneo que ganaron los teutones.
Con el tiempo Codesal demostró que en ese encuentro, donde amonestó al ídolo de la península itálica, Diego Armando Maradona, tuvo razón en su función arbitral, obteniendo el reconocimiento de la crítica periodística, aunque a los argentinos les quedó la espinita clavada hasta la fecha.
Regresando con la exposición del médico, quien hora vive en Querétaro y también se desempeña como catedrático universitario, la retro alimentación con los silbantes del continente y los dirigentes deportivos, fue enriquecedora, máxime cuando dejó puntualizado que un árbitro debe entender que su papel es la de ser conductor de un juego de futbol, ya sea de 5, 6, 7 o rápido, no un simple aplicador de las reglas de cada especialidad.
Señaló que para ser juez se deben preparar en varios aspectos, pues no basta enfundarse el uniforme para decirse juez, reiterando que el viejo concepto del juego limpio ha sido superado y así se reconoce internacionalmente, para llegar a la concepción de juego justo, que imperara en lo sucesivo en las canchas del mundo; hizo énfasis en que los encuentros se deben preparar por los silbantes y salir a la cancha con la conciencia de que el futbolista, al jugador, se le debe proteger, no permitir que impere lo que en México se llama “mala leche”, reflejo muchas veces de la agresividad o torpeza que incluso tienen algunos deportistas.
Exhortó también a los responsables de los cuerpos arbitrales de América, presentes en su disertación, a desempeñarse una vez que son designados para sancionar algún encuentro, estableciendo claramente que en lo que menos deben pensar es en el dinero en que van a recibir por dirigir un encuentro, sino buscar que impere precisamente una actuación justa de su parte, recordándoles también que la comunicación con sus compañeros de profesión se de en forma constante, pues las experiencia de unos fortalecen las propias y que desde luego eso permitirá conocer mejor a los actores de los compromisos del que vayan a intervenir, pero sin que esto signifique actuar con animadversión contra los jugadores, por la información recibida previamente.
Edgardo señaló también como respuesta a las interrogantes que les fueron formuladas, que no se opone al diálogo con los jugadores, terminando sin aludirlo específicamente, tajantemente con el mito aquel que por décadas imperó radicalmente que sólo el capitán podía dirigirse al árbitro y este si quería le contestaba, reiterando que desde luego cuidando que la intercomunicación se verifique con un clima de respeto, pues al final entiende y la experiencia se lo ha demostrado que la plática oluciona todo tipo de problemas o dudas .
Puso como ejemplo en este sentido, el caso de Armando Archundia, al que este tipo de medidas le facilitaron en su momento el manejo de los encuentros y dijo que próximamente habrá la plática para los afiliados a la Federación Mexicana de Futbol 7, Futbol Rápido, con este personaje, la cual tendrá como expositor al mismo.
Antes de concluir su intervención, Codesal recomendó que previo al inicio de cualquier torneo, sea del nivel que sea, en las juntas previas se tenga la presencia de los silbantes, porque es la oportunidad que tanto deportistas como técnicos tienen para despejar cualesquier duda e incluso exponer a los jueces lo que no les gusta que hagan o dejen de hacer, porque ya en la cancha eso ya no es permisible.
Edgardo Codesal cabe mencionar, es hijo del legendario silbante internacional José María Codesal, ya fallecido, a quien calificó como su maestro en casa y en el aula y quien siempre pugnó porque los árbitros de América sancionaran finales de copa del mundo, algo que a la postre ejemplificó su propio hijo, como ya lo dejamos mencionado.