EVA SÁMANO DE LOPEZ MATEOS, “HEROÍNA Y MADRE NACIONAL”

60 SEGUNDOS

RAÚL GONZÁLEZ RIVERA

EVA SÁMANO DE LOPEZ MATEOS, “HEROÍNA Y MADRE NACIONAL”

            Las niñas y los niños de la Escuela Primaria “Luis J. Jiménez”, de esta ciudad, que acudieron a recibir clases entre los años de 1958-1964, guardan todavía en su memoria la histórica visita que les hizo la maestra Evangelina Sámano Bishop, esposa del entonces presidente Adolfo López Mateos, sin duda uno de los más carismáticos políticos que haya registrado la historia de nuestro país durante el siglo XX.

            La maestra Eva Sámano, como era más conocida, vio la luz primera en Coyuca de Catalán, donde cursó su escuela primaria. Al trasladarse sus padres a la ciudad de Toluca, Estado de México, Eva Sámano estudió la carrera de maestra en la Escuela Normal. Posteriormente la distinguida dama se trasladó a la Ciudad de México en donde continuaría sus estudios magisteriales en la Normal Superior de México.

            Eva Sámano jamás se distanciaría de la carrera de su entera vocación, ya que años más tarde haría todo lo posible porque la educación primaria y normal recibiera su apoyo con dignidad y decoro desde su posición de esposa de quien ejercería como presidente de la república, don Adolfo López Mateos, quien gobernó a este país entre diciembre de 1958-noviembre de 1964.

            La sencillez caracterizó a la maestra Sámano, quien durante el sexenio presidencial de su esposo volcó todo su conocimiento y vocación en favor de la educación de los niños y niñas mexicanos, más allá de las fronteras exclusivamente educativas. Entrega que le hizo conquistar la simpatía y el afecto de las familias aztecas como a ninguna otra primera dama o esposa de quien ostentara el cargo de presidente de México.

            Su obra humanitaria obtuvo reconocimiento mundial, pues además emplearía a fondo toda su capacidad y talento en la defensa de la mujer mexicana, lo que le fue ampliamente reconocido públicamente en asamblea celebrada por la ONU…. Y en México, el pueblo, la felicitara y le reconociera como “Heroína y Madre Nacional”.  

            De todos era conocido su amor a la niñez mexicana, ponderación que la levaría como una de las mujeres más valiosas en el continente americano y más allá. Su obra fue constructiva, al estructurar la defensa de los niños a través de la creación del Instituto Nacional de Protección a la Infancia, ahora DIF.

            Esfuerzo y carácter de filantropía de la maestra Eva Sámano le hicieron merecedora de sendos reconocimientos por parte de siglas internacionales como UPI, la FAO, ALPRO y la UNICEF.

            Cabe destacar que la maestra recibió igualmente 34 condecoraciones de gobiernos del extranjero, así como también la Universidad de las Américas le otorgaría el título de Doctora “Honoris Causa”.

            Es de significarse, cuando a 114 años de haber nacido, las buenas familias mexicanas y grupos diversos del magisterio continúan felicitando la generación de programas y planes de estudio que a la maestra Sámano correspondió transformar, por espacio de numerosos sexenios gubernamentales, con un singular éxito, o bien que siguen siendo recordados por su apoyo sobre todo a la niñez desprotegida de este país.

            Al concluir su gestión presidencial, don Adolfo López Mateos enfermó de un aneurisma que lo confinaría en su residencia inconsciente alrededor de dos años, lapso en que la maestra Sámano permaneció al lado de su esposo cuidándolo personalmente, hasta su fallecimiento.

            Más tarde, un 7 de enero del año 1984, la maestra fallecería en uno de los hospitales que se localiza en el antiguo Distrito Federal. El duelo que elevó el pueblo le llevaría por muchos años a rendirle un homenaje póstumo año con año. Su servicio a la educación y afirmación de los valores más sensibles para el pueblo azteca son todavía motivo de fiesta cívica en planteles escolares de todos los niveles en este país.

XALAPA SE TRANSFORMÓ, DE UN PUEBLO, VOLVIÓ EN UN DESIERTO

            Lamentable, pero cierto, los xalapeños auténticos sienten en lo más recóndito de sus almas, que su ciudad haya pasado del abandono ancestral al desierto en que la mayor parte del día se convierte, en la cual el silencio, la gente que quién sabe en dónde se mete y solamente se escucha el ulular de las patrullas policiacas y las ambulancias de la Cruz Roja convierten a la ciudad en un espacio triste, desolado y enfermo.

            La televisión no es suficiente aliciente en esta hora de recogimiento familiar forzoso. La pandemia no cesa y el doctor Hugo López-Gatell Ramírez nos dice que todavía restan semanas y quizá meses y años para la epidemia siga generando contagios.

            La gente está harta y cansada de ver las mismas series en las cuales prevalece la violencia, el belicismo de los grupos gansteriles y ahora el narrativo sobre la historia del oro negro y los actores políticos que por muchos años explotaron la industria del petróleo, pero en el caso de los municipios petroleros veracruzanos, únicamente les convidaron migajas, porque la riqueza mayúscula se la llevaron los privilegiados.

Los tiempos seguramente no alcanzarán a castigar a los responsables del saqueo de los recursos nacionales, amén de que oficialmente el régimen federal supone que estigmatizando a ex servidores públicos será más que suficiente para que el pueblo los condene.  

Sin embargo, los integrantes de la gran familia azteca tienen penalidades más que enfrentar como es la falta de circulante en sus bolsillos, las rentas que resultan más difíciles de pagar, la enfermedad que agobia y el empleo que en las mayorías aplastantes hace trizas cualquier intentona por transformar sus modos de vida doméstica cotidiana.

Empero, volviendo a Xalapa, un pueblo abandonado y desierto, exhibe cotidianamente sus calles sin peatones. Circulan los autobuses urbanos prácticamente sin pasajeros, por aquello de que se cumple rigurosamente que circulen por las calles polvorientas repletas de baches y sucias, con la mitad de sus sillones ocupados con pasajeros y el resto debe permanecer sin usuarios.

A la distancia se aprecia la fila de viviendas y edificios con paredes escarapeladas, revelando que sus tejados y paredes hace tiempo no reciben la menor “manita de gato”, por más que los establecimientos expendedores de pinturas ofrecen los galones y cubetas de pintura con presuntos descuentos y premios para quien adquiera sus productos, o los que se sospecha que son de las primeras calidades.

El contagio de Covid-19 obligó al confinamiento y dio lugar para que los cuerpos de policía y tránsito, en el máximo de su soberbia y brutalidad, correteen a transeúntes y automovilistas que tienen prohibido ingresar al casco histórico de la ciudad, o en las entradas a la otrora ciudad de las flores y la Atenas veracruzana se aposten como asaltantes, patrulleros y motociclistas viales que más estorban con el atraco que cometen contra automovilistas bajo el pretexto de que deben agilizar la circulación vehicular.

De esta forma, hasta pareciera dar el toque que exhibe un Xalapa abandonado y gris tristeza, en la cual la desesperanza de todo un pueblo están llevando a los consultorios de siquiatras y sicólogos, decenas de pacientes que caen víctimas de un estrés terrible que está afectando a las mayorías aplastantes.  

LA BASURA, TALÓN DE AQUILES DE LA EX ATENAS VERACRUZANA

Están por cumplirse los primeros 20 años de explotarse el “relleno sanitario” de Chiltoyac y se ignora si ya hay un proyecto que sustituya al cuestionado botadero de basuras de la otrora Atenas veracruzana.

Fue el ex presidente Vicente Fox quien autorizó para Xalapa una impresionante obra hidráulica y como programa colateral la construcción del famoso relleno sanitario, el cual tendría un periodo de vida buena de veinte años, que estarían entrando ya en su fase final.

Xalapa nunca ha podido contar con un espacio en el cual de manera permanente y por una más larga temporada, los xalapeños y su población flotante, tengan siquiera la expectativa de contar con un basurero, como suele ocurrir en las ciudades más avanzadas del interior del país.

No lo va usted a creer, pero los capitalinos del estado de Veracruz jamás han podido contar con un área segura para poder confinar sus basuras, siendo que ahora se generan 400 toneladas diarias y todos los días, las calles y avenidas y los fraccionamientos residenciales y populares, adolecen de tener un buen servicio de recolección de basuras y mucho menos de contar con un botadero definitivo y que cuente con las más altas condiciones que la tecnología en la materia ha dictado en lo que hace a los llamados rellenos sanitarios.

La flotilla de camiones recolectores de basuras, son insuficientes y sus faenas no las realizan diariamente. Los operarios  que viajan en dichas unidades, lo hacen sin ninguna protección en sus manos. En repetidas ocasiones, los trabajadores de la limpia pública han suspendido sus actividades laborales, en respuesta a que según ellos no les pagan sus emolumentos salariales conforme a la ley en la materia y, por otro lado, la recolección se realiza sin seguir ninguna separación de basuras, como se había anunciado, en orgánica e inorgánica.

Es la basura, el talón de Aquiles de la que fuera en un pasado ciudad de cultura y difusión de la cultura a la altura de las más confortables ciudades del país y algunas capitales de los países más desarrollados, o de los considerados en el llamado primer mundo. Es todo.