¿Por qué los correos electrónicos contaminan?
|- El consumo digital está en aumento: el streaming de audio y vídeo es el principal responsable del crecimiento exponencial del uso de internet y del consiguiente aumento de las emisiones de carbono
En el marco conmemorativo del Día Internacional de la Madre Tierra, celebrado el 22 de abril, millennials expresan su preocupación por preservar el medio ambiente, siendo el reciclaje y el cuidado del agua de las prácticas que más emplean para protegerlo, sin embargo; la tecnología se convertido en la forma en la que diariamente emiten más contaminantes.
“Pues de cierta manera el uso del celular, porque requiere de energía eléctrica para cargar, para el uso cotidiano, de igual manera los contaminantes que emiten”, mencionó Kim.
“Como sabemos, la tecnología tiene un impacto significativo tanto positivo como negativo, por un lado ha permitido avances en eficiencia energética, y por ejemplo, disminuir el uso de papel en las oficinas; sin embargo, el rápido ritmo de desarrollo ha generado un aumento en dispositivos y residuos electrónicos, y también el aumento en la demanda de la energía para el uso de centros de datos y dispositivos donde toda nuestra información, pues se está ahí almacenando, eso requiere mucho más energía para mantenerse”, dijo la Dra. María Alejandra Fonseca Salazar de Sustentabilidad Ambiental en los Campus- COUS UNAM.
¿Por qué los correos electrónicos contaminan?
La razón principal es que los correos electrónicos se almacenan en grandes centros de datos, traducidos en servidores a lo largo de todo el mundo. Estos servidores son la parte física del mundo digital. Para su funcionamiento, los servidores precisan una temperatura constante de refrigeración. La electricidad necesaria para sostener ese funcionamiento, normalmente, es producida por combustibles fósiles, lo que genera grandes cantidades de emisiones de carbono.
La electricidad necesaria para sostener el servicio aumenta proporcionalmente a los megabytes de datos procesados. Entonces, cuanto más pesado es un correo electrónico, más huella de carbono tiene.
El spam, además de ser molesto, también es contaminante: según las estimaciones del servicio antispam Cleanfox, el usuario promedio recibe 2 mil 850 correos electrónicos no deseados cada año. Estos son responsables de 28.5 kg de CO2.
“No lo había considerado; sin embargo, pienso que sí es algo que implica a que crezca más la huella de carbono, si de por sí ya es mucha la electricidad que consumimos a diario, con esto ya incrementó el uso de energía y con ello contaminamos más”, dijo Roberto.
El consumo digital está en aumento: el streaming de audio y vídeo es el principal responsable del crecimiento exponencial del uso de internet y del consiguiente aumento de las emisiones: representa el 63% del tráfico global. Además, el juego en línea aumenta un 19% cada año.
Y aunque la nueva mentalidad social es consciente de la necesidad de terminar con prácticas pasadas en beneficio del medioambiente, existen todavía algunos impactos negativos que el sector, que aseguran expertos se deben mejorar, entre ellos:
Consumo de recursos naturales. La producción de dispositivos electrónicos unida a una obsolescencia programada (contra la que ya se está luchando) y el desarrollo de infraestructuras cada vez más potentes, requieren de una gran cantidad de recursos naturales, como la extracción de minerales, de metales y de combustibles fósiles. Ello conlleva impactos ambientales significativos, como la deforestación, la degradación del suelo o la contaminación del agua.
Generación de residuos electrónicos. La rápida obsolescencia de la tecnología y la oferta constante de nuevos productos generan una gran cantidad de residuos. Estos dispositivos contienen sustancias tóxicas, como plomo, mercurio y arsénico, que pueden filtrarse en el subsuelo y afectar al agua si no se gestionan adecuadamente. Además, su desmantelamiento inadecuado puede liberar sustancias peligrosas y representar un riesgo para la salud.
Emisiones de gases de efecto invernadero. No solo es la producción. La energía necesaria para alimentar servidores, centros de datos y dispositivos favorece la emisión de gases de efecto invernadero, algo que ya se ha visto en casos como la minería de las criptomonedas. Estas emisiones contribuyen al calentamiento global.
Contaminación del aire y del agua. La falta de una correcta gestión de los residuos electrónicos, incluso la fabricación de componentes electrónicos, a menudo, involucra procesos industriales intensivos que emiten contaminantes al aire y al agua. Estos contaminantes pueden tener efectos negativos en la calidad del aire y del agua, así como en la salud y en la supervivencia de especies.
El tamaño promedio de un correo electrónico es de 75 kb. Si cada uno de los 300 millones de usuarios de correo electrónico que se estima hay en el mundo, eliminara 50 mails por día, se podrían ahorrar 276 millones de kWh de energía, lo que evitaría 64 millones de kg de CO2.
“Si hablamos en qué contaminan más los jóvenes, pues es todo lo que estamos consumiendo de cosas electrónicas. Duran poco tiempo, contaminan mucho, los desechamos, el celular, o lo cambiamos repetidamente, por eso es importante tomar acciones urgentes en pro del medio ambiente, entre ellas utilizar dispositivos que sean más eficientes, que dure más tiempo su vida útil; optar por la reparación y la actualización. Fomentar modelos de negocios circulares que minimicen los desperdicios”, dijo Fonseca Salazar.
¿Cómo contribuir a disminuir la “contaminación digital”?
Pensar antes de escribir y volver a leer antes de enviar, para evitar confusiones
Evitar los “CC” innecesarios
Utilizar listas de correo de forma inteligente
Limitar el uso de la función -responder a todos- en los correos electrónicos de grupo
Evitar los correos electrónicos no concluyentes
Recordar el anexo
Eliminar boletines que no nos interesan
Vaciar el buzón
Tratar de usar Wi-Fi
Recordar apagar el ordenador al final del día
Desactivar la reproducción automática en podcasts o plataformas de streaming en línea
Intentar no utilizar más de un dispositivo al mismo tiempo