“Esperanza en medio del caos”
|VIVIR CON ESPERANZA
Por Jacinto Rojas Ramos
“Esperanza en medio del caos”
Tras varios meses de haberse identificado al COVID-19 como una enfermedad infecciosa, primero en Wuhan, Hubei, China; y luego como una pandemia que consecuentemente está afectando a todo el globo; tal parecería que este “enemigo invisible” no ha dado tregua a la humanidad y persiste en su ataque.
Y sí en medio de esta pandemia, los casos de COVID-19 no se detienen; y lógicamente tampoco los casos de angustia, depresión, pánico porque este virus no solo ha causado estragos en la salud física de la humanidad, incluyendo trágicamente la muerte de muchos; también ha provocado la desestabilización en la economía del mundo; empresas que han quebrado; o al menos que han reducido su fuerza laboral y desafortunadamente, cabezas de hogar que han perdido sus empleos; por solo nombrar algunos de los trastornos provocados por este “enemigo invisible”.
Y claro, paralelo al caos que estamos enfrentando no faltan los mensajes bien intencionados y cargados de “buena vibra” -como algunos lo llaman-, que de alguna manera quieren motivar el alma de cuantos han decaído en este tiempo y animarlos a levantarse; de hecho, a que toda la sociedad nos levantemos y luchemos por nuestros más preciados anhelos a pesar de la adversidad.
Pero ¿acaso estamos poniendo la confianza únicamente en nuestra valentía, fortaleza, buen ánimo y hábil estrategia humana? Si es así, me temo que no llegaremos muy lejos. De hecho, ni la más hábil estrategia científica, política o incluso económica ha logrado detener los impactos de todo orden, provocados por esta pandemia.
No obstante, hay un solo camino para resistir, sobreponernos y vencer a los estragos de esta pandemia; y es precisamente reconociendo que no somos “autosuficientes”, que como humanos “no nos hicimos a nosotros mismos”; y que es necesario volvernos a nuestro Hacedor, a nuestro Creador, a Aquél que puso orden al caos inicial en este mundo (Génesis 1) y que tiene el poder para sostenernos, levantarnos y ciertamente, ordenar nuestro mundo caótico.
Y qué agradable es encontrar en la frescura de Su Palabra, fortaleza para nuestra alma y verdadera esperanza en medio de un futuro incierto desde la perspectiva humana; pero, lleno de gran esperanza para quienes decidamos confiar en él, en Jesucristo, quien permanece con nosotros para que tengamos vida y vida en abundancia (Juan 10,10).
Solo con Jesús es como podemos caminar y vivir en esperanza. Con Jesús esta noche que se está prolongando pasará y nos encontraremos con el nuevo día que nos iluminará y calentará nuestra frialdad.
Se trata de confiar en Nuestro Señor para que surja la esperanza que nos ayude a caminar contra corriente. No olvidemos la gran enseñanza del profeta Jeremías: “Dichoso el hombre que confía en el Señor, será como árbol plantado junto al río que no se secará y dará fruto a su tiempo” (Jeremías 17,7-8).
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