El espacio poético de Ely Núñez
|LA PECULIAR ESTÉTICA DEL autor asomó ya en La sangre devota (1916)
RAMÓN LÓPEZ VELARDE.-(Jerez, 1888 – México, 1921) Poeta mexicano que compuso, con motivo del primer centenario de la Independencia, el poema Suave Patria, que suele considerarse el poema nacional de México. Ramón López Velarde es considerado, a pesar de su corta vida, el más específicamente mexicano, el más «nacional» por decirlo de algún modo, de los líricos del país. Es el poeta de la época modernista con mayor arraigo mexicano, pero un arraigo que no llega a fructificar en su espíritu renovador y mantiene, en el lenguaje y el estilo, una serenidad casi clásica, un carácter religioso que lo vinculan con la tradición.
Nacido en Jerez, en el estado de Zacatecas, en 1888, poco puede decirse de su corta vida: cursó sus primeros estudios en los seminarios de Zacatecas y Aguascalientes y se matriculó, luego, en la Universidad de San Luis de Potosí para estudiar la carrera de leyes. Murió, prematuramente, a los treinta y tres años, en la Ciudad de México, en 1921. Tentado por la política, como tantos otros literatos mexicanos, en 1911 se presentó a las elecciones como candidato a diputado suplente por su ciudad natal, integrado en las listas del Partido Católico.
En 1914 viajó a Ciudad de México, donde se instaló trabajando primero en su profesión de abogado y, luego, en las secretarías de Gobernación y Relaciones Exteriores; fue también profesor de literatura. Publicó sus crónicas políticas en varios periódicos: El Regional de Guadalajara (1909), La Nación (1912), El Eco de San Luis (1913), El Nacional Bisemanal (1915-1916), Revista de Revistas (1915-1917), Vida Moderna (1916) y Pegaso (1917).
En La sangre devota (1916), su primer libro de poesías, pueden descubrirse ya los temas recurrentes en toda su obra: el amor, el dolor y la preocupación por los destinos patrios. Con su obra reaparece en la lírica mexicana un acento casi olvidado, una voz, la de la provincia, que había callado ya. En 1919, apareció Zozobra, su segunda obra poética, en la que aborda dramática y sinceramente los problemas del erotismo, la religión y la muerte. En 1921, al celebrarse el primer centenario de la Independencia, escribió La suave patria, en cuyos versos épicos y líricos exalta los sentimientos nacionalistas.
Su prematura desaparición arrebató a las letras mexicanas un creador de enorme fuerza y talento muy personal. Tras su muerte fueron apareciendo sus demás obras, que en unos casos veces habían sido preparadas por el propio autor, y en otros se rescataron de periódicos y revistas. Se editó el tercer volumen de su producción poética (El son del corazón, 1932) y otros tres que contienen su obra en prosa (El minutero, 1923; El don de febrero. Poesía, cartas y documentos, 1952; y Prosas políticas, aparecido en 1953).
A UN IMPOSIBLE
Me arrancaré, mujer, el imposible
amor de melancólica plegaria,
y aunque se quede el alma solitaria
huirá la fe de mi pasión risible.
Iré muy lejos de tu vista grata
y morirás sin mi cariño tierno,
como en las noches del helado invierno
se extingue la llorosa serenata.
Entonces, al caer desfallecido
con el fardo de todos mis pesares,
guardaré los marchitos azahares
entre los pliegues del nupcial vestido.