UN HERMANO DE MÉDICO MUERTO POR COVID, LLAMA IMBÉCILES A CONTAGIADOS

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

UN HERMANO DE MÉDICO MUERTO POR COVID, LLAMA IMBÉCILES A CONTAGIADOS

El hermano de un médico que falleció por atender en su hospital a pacientes del coronavirus, calificó de imbéciles a los pacientes, que sin atender a las recomendaciones de la coordinación sanitaria nacional, irrumpen en espacios públicos en cantidades que superiores a las diez personas, las cuales corren tremendo riesgo de contagiarse de la enfermedad que puede ser letal.

                Cuando uno escucha o lee que alguien llama imbéciles a los muchos contagiados del coronavirus, lo menos que tiene que manifestar es su juicio contra el osado que se atrevió a condenar a terceros. Sin embargo, cabe la seguridad de que tiene razón, porque la cifra de galenos fallecidos rebasa los dos mil en este país, el agobio los mantiene contra la pared, aunque han disminuido los ingresos a los hospitales, se aprecian largas filas en sus entradas de pacientes que tocan a las puertas del ISSSTE y el IMSS.

                La pérdida de vidas humanas inútilmente, tiene que ver con la negativa de muchos a no respetar ni acatar las recomendaciones del equipo de científicos y médicos, bajo los cuales se encuentra la conducción de la batida nacional contra la penosa enfermedad.

                Cierto es que los prestadores de servicios, como son los centros deportivos y los restaurantes, no ven la suya desde hace un año, pero en la mayoría, al menos en esta capital, los restauranteros se pasan las recomendaciones por el arco del triunfo, y sobre todo los fines de semana, se pueden apreciar mesa con diez, quince o veinte miembros de una familia, amistades cercanas o conocidos, conviviendo sin recato alguno.

                Inclusive, en muchos casos, muestran en toda su plenitud el reto a la autoridad, diciendo no pocos de los potenciales pacientes de coronavirus, que a ellos se la persignan, les vale que les hagan los exhortos para no reunirse en masa, pues no pasa nada, la enfermedad es un invento y la vacuna, también es otro más.

                Por otro lado, la cifra de personas en edad adulta, que no se han querido vacunar, rebasa los tres millones, es decir, que de los quince que registra el INEGI como “adultos mayores”, solamente once millones acudieron a la cita con los encargados de la vacunación que se realiza en gran parte del país.

                Bastaría recordar la dura expresión del hermano de un médico, que atendiendo a su deber murió en cumplimiento de éste y ahora nadie se acuerda que dio su vida para salvar la de otros, que más por necedad se exponen a padecer el contagio, que ya alcanza a más de doscientas mil víctimas mortales en este país.

                Imbéciles, sí, porque en franca oposición a las recomendaciones que hacen los científicos y médicos que están en la línea de guerra, aquellos se niegan a ser corresponsables, con una medida por ser tan sencilla, cualquiera puede acatarla y salvarse y salvar a quienes los están cuidando en los nosocomios públicos y privados.

LA TORTILLA SUBE A 33 PESOS EL KILO, PERO YA NO HAY CAMPESINOS

Los tenderos chicos y grandes aseguran que la tortilla sigue subiendo el precio por kilogramo, hasta los 33 pesos, no obstante que quienes más la comen son los campesinos, que o bien se han ido del país o llegaron a las ciudades donde conforman los cinturones de miseria que se avistan a los cuatro costados de nuestras ciudades.

                Augusto Gómez Villanueva, fue el último poderoso secretario de Ganadería, quien pudo solazarse con su voz de trueno, para decirle al presidente Luis Echeverría Alvarez, que el país estaba listo para transformarse en un granero para la nación. Frase esta última, que el gobernador Agustín Acosta Lagunes hizo suya aquí en Veracruz, dando un singular empuje a la producción alimentaria, que le hizo conquistar galardones de primeros lugares en el concierto nacional.

                Sin embargo, esa algarabía que los funcionarios públicos invocaban cada seis de enero para recordar la expedición de la ley agraria, por el presidente Venustiano Carranza, pasó a otra vida, pues el campo veracruzano, conforme trascienden los años, se va quedando sin hombres que trabajen la tierra. Por hambre, se han fugado del estado más de un millón y sus mujeres e hijos, ídem, abandonan la tierra, ante el riesgo de ser víctimas de los delincuentes, asaltantes del orden común y los ladrones de cuello blanco, se dice.

                Alguien preguntaba, qué hace ahora la liga de comunidades agrarias y sindicatos campesinos, cuyo silencio absoluto, es bastante elocuente. Se fueron los tiempos, en que la organización que aglutinaba a campesinos, jornaleros y otros, prácticamente se convirtió en una oficina a puertas cerradas, quién sabe qué hacen sus dirigentes estatales.

                En dónde quedaron las luchas de Ursulo Galván, José Cardel, los hermanos Lorenzo y Leocadio Azúa, Galvarino Barria Pérez, de Bladimir Acosta heredero de don Isauro Acosta, también un personaje de las líderes agrarias, vaya hasta el señor Agustín G. Alvarado, quien se mantuvo en el control de la liga agraria burocráticamente más de 20 años. Empero, todo se reduce al conocimiento que se tiene en el sentido de que la familia campesina, quedó disgregada y los campos se aprecian abandonados.

                Tan es ausente la clase campesina en la vida pública nacional y local, que lo hombres del agro, sencillamente carecen de representantes suyos en las cámaras de diputados federal y estatal. No existen. O sencillamente los borraron de la lista, tan solo porque no representan a nadie. El último senador influyente Mario Hernández Posadas (a) El tigre, lució en el senado al lado de su colega senador Manuel Ramos Gurrión, pero la gente ya los olvidó.

                El edificio de la Liga agraria se observa sin un mayor número de personas seguramente, un domicilio sólido, de un vacío espectral y no deja de ser un elefante blanco, al cual en el pasado  arribaban centenares de campesinos sudorosos y muchos de calzones de manta, como ocurrió con los grupos  procedentes de Papantla de Olarte, sobre todo, pero reconocidos por su valentía para estar a la defensa de sus derechos trastocados por los poderosos en el correr de los años del pasado siglo XX y lo que va del presente. Empero, ahora, todo esto, pareciera haberse esfumado. Esperemos.

SI MORENISTAS NO SE PONEN LAS PILAS, PIERDEN EN VERACRUZ

                Sin duda hay buenos candidatos, pero la mala obra de morenistas, no todos claro está, puede hacer perder la batalla por los votos en la próxima jornada electoral del mes de junio del corriente año.

                Nadie se imagina que un panista o un perredista pudiera arrebatarle las banderas de la alcaldía por Xalapa al empresario Ricardo Ahued Bardahuil. Sin embargo, puede pesarle demasiado el fardo que representa la pobre actuación de los ediles de turno en favor de los veracruzanos, en donde están tocando tambores a una guerra sin cuartel, porque la contienda electoral estará bastante reñida. Fácil no la tiene ninguno de los aspirantes a cargos edilicios, como a diputados federales y locales.

                No obstante que se siguen dando algunas delas prácticas leoninas en plena campaña, pues hay quienes hacen el reparto de las despensas, el sentir del pueblo tendrá que ver más con la conciencia, la vocación de servir a los demás y el convencimiento de que las cosas las está haciendo bien el partido en el poder.

                A tal grado se encuentra el descrédito de la cosa pública, que se aprestan los candidatos a realizar una lucha a muerte, porque se trata de obtener huesos públicos por docenas.

                Y es que la falta de servicios públicos en municipalidades administradas por morenistas, siguen sin mostrar sus intenciones de transformar la vida pública de los pueblos. Uno de los atracos que más resiente la población, es el alza indiscriminada en los consumos del agua.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        

                Nomás vea usted el descabellado recibo emitido por CMAS, cuanta desfachatez imponiendo tarifas, sin consultarlas con nadie, menos una autoridad, la de la propia comisión de agua o alguna de las tantas que dependen de la cámara local de diputados.

                 A la mesa de este reportero, llegó un recibo por consumo del vital líquido, que por sistema el usuario viene pagando 700 pesos mensuales, sin que nadie haya explicado porque esos incrementos, como los rubros de servicio saneamiento y subsidio saneamiento, que en la papeleta emitida por CMAS cita 420 pesos con 59 centavos en el primer rubro. Por subsidio saneamiento le cobran al usuario mencionado 84 pesos con 17 centavos y bajo el sospechoso rubro de servicios ambientales, deberá pagar 26 pesos con 65 centavos.

                Todo lo anterior, hace presumir a analistas, expertos en mercadotecnia y firmas encuestadoras, que las elecciones venideras, serán muy reñidas y que como reza la propaganda que difunden liberales y conservadores- según la clasificación que hace el presidente AMLO el pueblo deberá saber elegir muy bien, entre más de lo mismo y lo novedoso que todavía sigue pendiente de cristalizarse.

Ningún membrete partidario, o candidato, puede asegurar que ya tiene el hueso público en sus bolsillos. Es muy reducido el grupo de suspirantes a las chambas políticas confiables para un pueblo bastante avezado en eso de analizar y colocar en su exacto lugar a los buenos y malos candidatos. Es todo.