PROTESTAS Y MANIFESTACIONES CON VIOLENCIA, AQUÍ Y EN EL PAÍS

60 SEGUNDOS

RAÚL GONZÁLEZ RIVERA

PROTESTAS Y MANIFESTACIONES CON VIOLENCIA, AQUÍ Y EN EL PAÍS

            Una cosa es la protesta social, lo otro es la violencia puesta de manifiesto con los destrozos, saqueos y destrucción, fenómeno que viene registrándose en todo el país; va en aumento sin que la fuerza del estado se atreva a contener esta ola que no va a cesar.

Si la policía actúa, es represión, pero si hace cumplir la ley sin utilizar la fuerza simplemente no ejerce su autoridad.

Qué mueve a estos grupos a causar la anarquía y provocar a una autoridad, que asegura que no hará nada para incurrir en la persecución de los provocadores. Es una pregunta. 

Sin embargo, el fenómeno se acentúa en diversas regiones y entidades del interior del país, con el desconcierto de la sociedad, como acaba de ocurrir en la otrora Atenas veracruzana, en donde como nunca los vándalos arremetieron contra establecimientos comerciales y a la propia Catedral de la ciudad le causaran daños a varias de sus imágenes religiosas.

Se les pide a los afectados que presenten sus denuncias ante la Fiscalía General del Estado, pero de igual forma la población sabe que habrán de iniciarse largas jornadas de ir y venir a hacer declaraciones, más audiencias, volver para ratificarlas y la justicia, seguramente se alargará, tardará en llegar o nunca llegará, en tanto el pueblo queda con la sensación de que el caos vuelva a ser la carta de presentación de la culta Xalapa.

Seguramente, hay la necesidad de continuar el debate, pero la falta de solidez en el juicio crítico de los servidores públicos está en cerrarse al diálogo, como ha solido ocurrir antes y después del cambio de régimen, así que se trate de quien se trate los grupos de inconformes –según se afirma– hasta como un aviso que van a continuar haciendo acto de presencia, en el resto de la semana, en muchas de las ciudades del interior del país.

Y si bien es cierto que la policía deberá guardar distancia y no arremeter, tampoco se ve bien que cuando se da la alzada de protestas, a ninguno de sus elementos se les vea en los momentos en que se suscitan los hechos de violencia.

No se les quiere ver golpeando ni pegando con picanas eléctricas, porque sí lo han hecho contra pacíficos pensionistas y no recibieron ningún castigo cuando lucieron sus toletes en la plaza Lerdo, en una acción inverosímil contra pensionistas del IPE, por qué no a la distancia, pertrechados en puntos estratégicos, debieran estar a la expectativa, la ley los protege, si en un momento determinado, infraganti, sorprenden a los rijosos causando destrozos, bueno, sencillamente que lleven a cabo su detención y los consignen a las instancias judiciales.

La otrora Atenas veracruzana ha testificado una sorprendente gama de actos que contrarían radicalmente los contenidos de este viejo concepto, porque con manifestaciones de grupos de encuerados, ataques a la vida cotidiana de xalapeños pacíficos no puede seguir siendo calificada como una Atenas, inspirada en la vieja ciudad griega de la antigüedad clásica. Por favor. 

QUE SIEMPRE NO SANEARÁN LAS AGUAS DEL LAGO DE EL DIQUE  

Trascendió ayer que las aguas del lago de El Dique no van a ser saneadas. Su rehabilitación quedará pendiente para otro tiempo. Se suspende la obra y con dicho anuncio la pestilencia seguirá emanando de uno de los lugares de mayor atractivo natural que cuenta la ciudad para sus paseantes y vecinos.

La noticia causó una crisis emocional en centenares de familias y en quienes habitan en torno al famoso lago, crece la certidumbre de que si en algún momento corren riesgo de contraer alguna de las enfermedades endémicas o ahora que ya se encuentra sobre tierras veracruzanas la influenza, el temor se acrecienta.

El lago de El Dique es natural, sus aguas bajan de la montaña del Cofre de Perote y fue en el régimen de Rafael Murillo Vidal cuando se le dio forma, aplicándole el toque que lo distingue de otros semejantes, pues de la sencillez, cuidando sus alrededores surgió el paseo que reúne a familias los fines de semana y en el curso de la semana asisten atletas, quienes gustan de practicar alguna actividad trotando, caminando o corriendo.

Originalmente contó el lago, como parte de su paisaje, con patos, gansos y algunas aves que allí arribaban por las tardes noches para su descanso y sueño.

En algún momento se convirtió en un paseo que quiso asemejarse al que cuenta el paseo Xochimilco en la ciudad de México, a través de canoas, en un recorrido que iniciaba en la calle de Atenas y pasaba frente al Águila y continuaba hacia el extremo, en inmediaciones de la zona universitaria.

La zona se modernizó con la construcción de la clínica y oficinas centrales de la delegación del IMSS, la edificación del auditorio universitario, el campo de futbol, la ampliación del monumental Estadio Xalapeño y los edificios de Rectoría de la Universidad Veracruzana.

El frijolito negro sobre el arroz blanco lo puso Elizabeth Morales García cuando siendo alcaldesa de la aldea mandó quitar el histórico puente aledaño a terrenos en donde anteriormente mantuvo puertas abiertas la fábrica de hilados y tejidos de El Dique, para levantar en su lugar un estorboso y antiestético puente, por el cual apenas puede circular un vehículo de motor y un asfalto entre baches y más baches.

Sin embargo, jamás las aguas del lago han sido saneadas, aludiendo a la autoridad local que una faena semejante anuncia que siempre no se realizará, lo que en propios y ajenos deja con la interrogante, la cual no liga a la 4T con aquello de no mentir, no engañar, como fue aquel anuncio también de que se construirían multifamiliares para acabar con los hacinamientos en la ciudad.

Lamentable lo que está ocurriendo, porque si usted hace un recuento, a la ciudad le han ido quitando sus espacios de atractivo natural, tan sólo porque dicen las instituciones que no cuentan con los recursos suficientes para protegerlos, cuidarlos y sanearlos. Aquí es donde surge la fría interrogante, para cuando vengan las epidemias, entonces no habrá justificación que valga porque caerá como balde de agua fría sobre las espaldas de los políticos que se niegan a ver por una de las áreas que están para favorecer la salud y el esparcimiento público.

El lago de El Dique es sin duda uno de los espacios emblemáticos de la otrora Atenas de Veracruz, que vale la pena rehabilitar porque también se convierte en un excelente recinto para el anidamiento y desarrollo del mosquito transmisor del dengue, la chikungunya y la influenza.

Es decir, que la limpieza de las aguas del lago encierra una doble meta, que es brindar a la población un lugar para su sano desarrollo social y, por otro lado, que bien merece la pena conservarlo, tan sólo por imagen de la que fuera ciudad de las flores y la cultura.  

¿CÓMO SERÁ LA ELECCIÓN DE FUTUROS DIPUTADOS FEDERALES?

Nadie cree que vaya a cambiar la fórmula, así que hay que esperar la fecha de la próxima elección de diputados federales para advertir que la transformación se impuso al viejo régimen en que incurrían todos los partidos políticos para nominar a sus abanderados y salir airosos en los procesos electorales.

El dedo que designaba quiénes sí y quiénes no, operó en las distintas familias partidarias que han tenido el control de este país.

Sin embargo, el priismo lució enormidades dada la disciplina que mantuvo hacia sus liderazgos que mantuvieron sus pupilos quizá sin chistar ni rezongar los primeros setenta años. Si el presidente Adolfo Ruiz Cortines era reconocido y obedecido con el envío de tarjetas citando el nombre de los favorecido, reservadas celosamente en sobres lacrados y que los gobernadores y dirigentes estatales del priismo respetarían a ciegas, sin chistar, método que no cambió en los últimos 36 años de presidencialismo exacerbable.

Hoy día, la presidencia ha anunciado que no interviene ni intervendrá en la vida interior de su partido ni en ninguno otro, que serán los propios ciudadanos quienes harán la elección de candidatos al menos de Morena, y que respetará la decisión del pueblo, cuando se dé la votación.

Esta sería la transformación anunciada, huelga advertir que estaría sujeta al escrutinio de los electores, porque cuando ha corrido ya casi año y medio de actuaciones públicas bajo un régimen diferente, también se exponen a sufrir la pérdida de popularidad. Este es un síntoma al cual ninguno de los partidos y los políticos particularmente pueden rehuir.

El desgaste de gobiernos y partidos es una consecuencia natural, al menos en este país, no de ahora sino de siempre.

Cuando Vicente Fox aparece en la escena nacional emocionó a la población a tal grado de que su campaña política la hizo una fiesta nacional. La gente creyó en el cambio que anunciaba el candidato panista. Aquello de que sacaría al PRI de Los Pinos a patadas provocó en los ciudadanos la esperanza que, de igual forma, conforme trascendió el sexenio se fue yendo hacia el archivero del olvido.

Sin embargo, el panismo tuvo una segunda oportunidad con Felipe Calderón, pero el régimen no enseñó a ciencia cierta cuál sería el modelo de gobierno que habría de seguir la república en los seis años de haberse impuesto de nueva cuenta, nomás se dijo como ahora se subraya que los panistas pertenecen al grupo considerado de derecha, el que conforman los llamados conservadores y los neoliberales.

Pero vea usted que el pueblo, hechas las excepciones de rigor, ignora que son las ideologías en un México que a ciencia cierta, nunca las ha podido pormenorizar con hechos y formas de pensamiento político. El régimen priista, el cual mantuvo el poder siete u ocho décadas de manera ininterrumpida, nunca pasó más allá del uni-partido y el presidencialismo imperial, pero siempre sin una filosofía ideológica.

Los partidos políticos, hoy día, confrontan su desaparición prácticamente, sus dirigentes deambulan como zombies vivientes, porque a nadie convencen desde su posición confortable de francotiradores políticos, desde la cual nada exponen y están a ganar todo lo que puedan.

Los cubanos sustentan la fortaleza de su régimen en una frase-sentencia “Patria o muerte” y siguen considerándola después de sesenta años de revolución, en su justa medida para conservar su modelo socialista y la alerta permanente ante el acoso del imperio estadounidense.

Los gringos a México –es una pregunta- le permitirían, una transformación semejante, sería bueno saberlo. Es todo.