DESATINOCRACIA
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Por Juan Baizabal
Da coraje tener que escribir como lo hago hoy. Con sumo enojo, impotencia y exigiendo justicia, seguridad y atención para el gremio periodístico en México. Basta que, en nuestro país, esta noble profesión siga siendo altamente peligrosa y que varios de nuestros compañeros protagonicen la nota roja.
Ya estuvo bueno de lamentos, desaprobaciones, reprobaciones o como escriban en sus diferentes publicaciones ciertos “políticos” y “representantes del pueblo”, cada vez que un periodista es asesinado.
No necesitamos palabras de consuelo o pésame, se requiere de una vez por todas, un compromiso fáctico de los tres poderes. Tanto el Ejecutivo, Legislativo y Judicial deben poner suma atención para detener la violencia contra quienes día y noche ejercen el arte de comunicar.
En estos escasos 25 días de 2022, ya son tres periodistas asesinados. Dos en Tijuana, Baja California y uno más en la ciudad y puerto de Veracruz.
El más reciente, ocurrió apenas este domingo, en Tijuana. Asesinaron a la compañera que cubría temas de corrupción y política, Lourdes Maldonado López. Quien, en 2019, en plena mañanera solicitó al presidente Andrés Manuel López Obrador su apoyo y protección debido a las amenazas que había recibido por el ahora ex gobernador de Baja California Jaime Bonilla Valdez, respaldado por el partido Morena.
En su mensaje, Maldonado López fue muy puntal: “Señor presidente, temo por vida… Vengo aquí porque se trata de su Senador con licencia, de su Súper Coordinador de Delegaciones y su próximo candidato a la gubernatura de Baja California, Jaime Bonilla”.
A lo que el mandatario federal giró órdenes para su “atención y protección”. Sin embargo, pese a contar con “medidas de protección” por parte del gobierno federal, la compañera ahora es una víctima más de los delitos que se cometen contra el gremio periodístico.
¿Señor Presidente de la República, Senadores, Diputados Federales y Locales, Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Magistrados del Poder Judicial seguirán siendo omisos ante la violencia y muerte a periodistas?, ¿Es tan complicado atender y parar este tipo de extorciones y homicidios?
Con la muerte de cada comunicador, la libertad de expresión y el derecho a la información emanadas en nuestra Constitución Política se coartan. La censura en México es una realidad.
¿Será que, en estos temas, como en muchos otros, el gobierno es omiso porque le conviene serlo? Esa es la gran pregunta.
Mi solidaridad para los familiares y amigos de Lourdes Maldonado López. Descase en paz.