Cerca del Cielo

  • Responsabilidad mortal (1ª parte)

Xalapa

El Everest también cerró sus puertas al montañismo, un virus microscópico sin vida propia ha puesto contra la pared prácticamente a todo el planeta, se me hace increíble que su presencia es temida hasta las partes más altas, remotas y heladas, voy a emitir una opinión que podría ser absurda y hasta idiota, pero debo suponer que las bajas temperaturas deben de ser un enemigo mortal de esta enfermedad, el daño colateral es más grave para países como Nepal, Pakistán, verán seriamente afectada su modesta y frágil economía que depende mucho del turismo y del alpinismo profesional de montaña.

Nepal será afectado, la venta anual de permisos para escalar sus montañas, equipo y víveres, guías y la renta de la fuerza humana para cargar el peso por parte de los sherpas a los campamentos de altura, es el pilar y sustento de sus ingresos. En el ascenso al Cho Oyu, dos ecuatorianos y un alpinista francés habían escalado más de 14 horas ininterrumpidas, estaban físicamente devastados, el francés con dos ascensos a esta montaña había asumido el papel de guía porque los tres sherpas que habían equipado los campamentos de altura que cocinaban y guiaban al grupo, decidieron bajar en el último por problemas de salud.

Hubert Truxler, originario de Montpellier, muy pensativo porque consideraba una auténtica estupidez aceptar la responsabilidad de guiar a sus compañeros a la cumbre de esta montaña, la agencia que habían contratado en Nepal quedaba libre de toda responsabilidad si les llegaba a ocurrir algo en su ascenso a la cumbre, los ecuatorianos Cosme Chala y Rodrigo Valdez que toda su vida habían ahorrado para hacer su sueño realidad de estar en la cordillera del Himalaya, casi veían derrumbar su sueño cuando los sherpas les comunicaron su decisión de regresar al campamento base, ambos eran experimentados andinistas en su país con mucha experiencia en montañas como el Cotopaxi, Chimborazo y Tungurahua, habían subido a estas hermosas montañas de Ecuador por todas sus rutas, desde las más sencillas hasta las más técnicas y complicadas.

Cosme cuando pasaba por el detector de metales de los aeropuertos, tenía que explicar que traía tornillos de metal en ambas piernas, consecuencia de fracturas severas, producto de una violenta caída en los glaciares del Chimborazo, en la desaparecida ruta de las Murallas Roja, siempre cuando pensaba en este grave accidente que era algo muy frecuente, le dolía mucho que era el precio de subir montañas, le molestaba que pudo evitar la caída si hubiera revisado las cuerdas y la que iba a ocupar a la pared estaba luida.

Los alpinistas muchas veces caminan sobre la acumulación de cuerda tirada sobre la nieve y se debe de tener mucho cuidado de no pisarla con las puntas filosas de los crampones, aunque parezca inofensivo la cortan algo que la mayoría de las veces pasa por inadvertido. (Continuará).

Deseo felicitar a todas las madres del planeta con todo mi corazón, también a las que ya se encuentran en el cielo, entre ellas a mi madre, Guadalupe Viveros Sánchez y que pronto salgamos de este temor compartido por todos, donde estamos valorando algo tan simple como la libertad. En la rutina diaria de la cual disfrutábamos perdimos de vista todo lo esencial y valioso de la vida.