GERTZ MANERO ESTÁ POR DESCUBRIR EL SECUESTRO DE LOS 43 DE AYOTZINAPA

  • Lo que faltaba, los 27 países que integran la Unión Europea prohíben el ingreso de mexicanos y estadounidenses a cualquiera de sus territorios, con el objetivo de evitar que lleven el peligroso contagio.

60 SEGUNDOS

RAÚL GONZÁLEZ RIVERA

GERTZ MANERO ESTÁ POR DESCUBRIR EL SECUESTRO DE LOS 43 DE AYOTZINAPA

                  Va de nuevo. El fiscal general de la república, Alejandro Gertz Manero, estaría acercándose al desenlace que justamente debe tener la “verdad histórica” relacionada con la desaparición forzada de los 43 jóvenes estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, ocurrida el 26 de septiembre del año 2014 y de cuyo paradero jamás, a ciencia cierta, se confirmó qué fue de ellos, es decir, si viven o fueron asesinados.

         Gertz Manero, académico de formación pero involucrado desde hace muchos años en los campos de la vida criminal del país, fue colaborador del presidente Vicente Fox, pero en los dos sexenios siguientes regresó a la academia en una universidad privada y con el arribo de Morena al poder central, el presidente Andrés Manuel López Obrador lo invitó para hacerse cargo de la Fiscalía General de la República.

         Sus apariciones en público son contadas, pero determinantes en la lucha del gobierno morenista por restablecer condiciones del estado de derecho, cada vez más complejas y de difícil entendimiento. Sin embargo, el fiscal Gertz Manero acaba de asestar dos golpes que van a cambiar parte de la historia en la asignatura que preocupa a los mexicanos, entre otras, como es la violencia, la inseguridad y la ola criminal que suele quedar generalmente en la impunidad.

         El primer caso anunciado, dice Gertz Manero, porque hay conocimiento de su Fiscalía ya sobre el rumbo que tomó en donde se encuentra escondido el señor Tomás Zerón, personaje clave en la desaparición aquella noche triste de Ayotzinapa, cuando en dos autobuses repletos de presuntos policías asaltaron y secuestraron a 43 jóvenes estudiantes de la Normal Rural del histórico lugar.

         El régimen priista –según se cuenta–, fabricó su “histórica verdad” acerca del destino que siguió a los muchachos, entonces supuestamente asesinados y sus restos esparcidos en las aguas de uno de los ríos que cruzan el estado de Guerrero. Sin embargo nunca se ha podido confirmar tal especie, y menos que se haya aclarado si siguen vivos o están muertos.

         Gertz Manero ahora anuncia que ya se tienen pistas sobre los responsables que cometieron el presunto crimen de lesa humanidad o genocidio, no obstante que ambas figuras delictuosas quizá no se encontraban contextualizadas en los códigos y leyes de carácter penal.

         Empero, al señor Zerón lo implica Gertz Manero en la desaparición forzada, así como también cita en su último tuit hecho público a través de las redes sociales, que entre los potenciales criminales de estos hechos se cuentan personas de especial “relevancia”. Es decir, policías, políticos y diversos funcionarios públicos. El acontecimiento promete que a los padres de los 43 jóvenes normalistas se les cumplirá el compromiso asumido por el gobierno federal en turno de llegar a la verdad-verdad.

         Cabe destacar que personajes de la vida económica y política del estado de Guerrero en su momento habrían querido que desapareciera la Normal Rural de Ayotzinapa y murieran sus estudiantes, en mayoría aplastante de extracción indígenas y orígenes de absoluta pobreza. El telón estaría por caer.

         El otro anuncio que hizo Gertz Manero se refiere a Emilio Lozoya, detenido en España, quien ha dicho que se entregará a la justicia mexicana, con el objetivo de cantar cuanto sabe acerca del affaire cometido contra las finanzas de la empresa Petróleos Mexicanos, caiga quien caiga, a cambio de algún gesto de consideración hacia su persona, pues a este ex funcionario se acusa de haber participado del enorme pastel que representaba la explotación millonaria del petróleo azteca durante el último sexenio priista. 

JORGE MATUS, UN MÉDICO EJEMPLAR, FALLECE POR COVID-19  

         En Xalapa, el doctor Jorge Matus fallece por contagiarse al brindar atención a pacientes de Covid-19 que son asistidos en el hospital de CAEV, antes Centro de Especialidades Médicas. Una lágrima sincera por la partida sin retorno al galeno, que hizo de su ejercicio de la medicina un caso singular de entrega, vocación y honesta disposición para servir sobre todo a los pacientes de menos recursos.

         Excelente profesional de la medicina, no menos distinguido por su condición humana, el trato a los demás y un profesional de tiempo completo, el cual habiendo tenido el derecho a la jubilación, quiso quedarse en los pabellones del antiguo CEN para el personal y directamente por la cura a los contagiados del temible virus invisible que confronta esta patria azteca.

         Jorge es el primer médico víctima mortal del temible virus que registra Xalapa. El galeno dedicó toda su vida profesional a ver por los pacientes del Centro de Especialidades Médicas, ahora CAEV. Declinó de siempre a la jubilación que podría haber obtenido por edad, 65 años, y los riesgos que implicaba su cercanía con enfermos de Covid. Pero sin la vida hospitalaria el galeno no se sentía completo.

         Alegre, dicharachero, nunca dijo un no a las órdenes de sus superiores médicos. En su consulta particular, la sonrisa afable, su disposición para servir eran suficientes para conquistar el afecto y cariño de quienes lo conocían. Los jóvenes médicos cuando llegaban al antiguo CEM para realizar sus prácticas de servicio social, recibían un trato afectuoso y de consideración por parte del doctor Jorge Matus. Así lo recuerdan muchos de éstos.

         Matus era egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Veracruzana-Campus Xalapa, y de siempre incursionó en las instalaciones del antiguo CEM, ahora CAEV, en donde vio cristalizar viejos sueños y de ser un médico con profunda vocación. Las adversidades no fueron un obstáculo para forjarse una larga carrera de éxitos profesionales y compromiso con la salud pública. Colegas suyos y los pacientes le dispensaban un afecto muy singular, tan solo porque el doctor igual les respondía con consideración y respeto.

         No obstante que personal médico y de enfermería coincidían en señalar que a los galenos –en estos momentos cruciales de la enfermedad– les faltan equipos para su protección personal, Matus se mantuvo en silencio a la distancia de esos justos reclamos de sus iguales de carrera profesional. Ahora, cercanos al doctor Matus refieren que las medidas de prevención para no contagiarse son insuficientes y exponen su propia vida.

         Si bien es cierto que Matus muere en cumplimiento de su deber, a la hora del recuento que seguramente hará la historia sobre las víctimas mortales que va dejando la Covid a su paso, también se dirá que el personaje hizo de la medicina un legado de vida que lamentablemente se adelantó en la ruta a la que, en otras condiciones de seguridad en su ejercicio, no sería así, se le vería todavía caminando por los pasillos del CAEV, su estetoscopio colgándole del cuello, para cumplir su misión de atender a sus pacientes. Descanse en paz. 

PT Y PVEM, UNA COMPAÑÍA QUE PODRÍA DAÑAR A MORENA

         Posiblemente en gran parte del país, si PT y PVEM se montan en el caballo de hacienda que utilizó Morena en la última elección de 2018, júrelo usted que habrá más daño que beneficio debido a que ambos membretes partidarios de siempre han sido buchacas de exclusivo beneficio para sus amos y titiriteros.

         Cierto es que sin contar con un sistema de partidos políticos el país seguirá siendo un ejemplo de lo que no debiera ocurrir ni ser.  

         Pese a haber ostentado el control político una sola sigla, por espacio de más de setenta años, a la cual nunca dotaron sus amos de una ideología y si manejaba una plataforma de supuestos principios y una doctrina, difícilmente hubo el político-socio de esa membresía que explicara una y otra razones para constituirse como una agencia de colocaciones políticas.

         Al viejo régimen se le olvidó el pueblo. Sus regenteadores solamente tenían ojos para ver por los millonarios y sus grupos mafiosos de poder. Sin ninguna alternativa para fomentar un ejercicio democrático, la hecatombe tendría que venir, aunque se haya tardado siete o más décadas, el resultado sería el mismo. Jamás se podrá emular el priismo rapaz al partido comunista de Mao Tse Tung en uso del poder en China, o el partido comunista que por más de 50 años mantiene la conducción política de la isla caribeña de Cuba.

         Si alguien se pregunta sobre la identidad y trayectoria de sus supuestos dirigentes partidarios, PT y PVEM han sido caja de caudales de sus explotadores y nadie más. Las familias González Torres y González Martínez, en los últimos sexenios de control priista y panista, aparte de los presupuestos millonarios que explotaron, sus amos se repartieron curules y escaños, porque difícilmente han conquistado una elección de manera individual. Aparte de otros negocios en los cuales han afirmado sus fortunas personales y riquezas familiares, las suyas específicamente.  

         Quizá en sus momentos estelares, cuando arrancaron gestiones, las maquinarias obedecieron a sus liderazgos de origen, pero transcurrieron los años y siguen siendo los mismos usufructuarios de sus membresías.

La democracia exige una pluralidad y un trabajo de muchos. Al PRI le hundió el que sus actores y actrices públicos se hayan eternizado, cuando debieron dar paso a las generaciones que se convirtieron al PRD, a Morena ahora y las franelas que algunos vivales hayan inventado y que ya recibieron la luz verde de las huestes de consejeros que obedecen a pie juntillas las órdenes del señor Lorenzo Córdova.

         Para esto, quizá no sea aventurada la propuesta de AMLO de partir únicamente en dos las fracciones partidarias –entre liberales y conservadores– para evitar que el país siga siendo el hazmerreir de que el sistema político mexicano siga siendo una “dictadura perfecta”, como lo bautizó en su momento el escritor peruano Mario Vargas Llosa. Es todo.