Y SI LOS MÉDICOS DECIDEN SUSPENDER LABORES UN DÍA

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

Y SI LOS MÉDICOS DECIDEN SUSPENDER LABORES UN DÍA

En mentideros de lo público en este país, se sabe que está circulando una carta escrita por numerosos médicos, en el sentido de mostrar a los mexicanos que el agobio, cansancio y las largas jornadas de trabajo que tienen en los hospitales públicos, viendo a enfermos sobre todo infectados por el coronavirus, mientras millones se dedican a la dulce vida, asistiendo a fiestas y a presenciar juegos de futbol en vivo.

Dicha carta, cuyo texto lo difundió la periodista Denisse Merker alude a la gente que desoye las recomendaciones de las autoridades sanitarias, siguen fluyendo en cantidades industriales por las calles de nuestras ciudades, sin atender a que deben guardar la sana distancia y portar sus mascarillas.

La vacuna, no quiere decir, que los contagios van a terminar en este país. A los mexicanos esperan días muy complicados este fin de año, más aún si persisten en las celebraciones tradicionales, a las cuales, gustan de concurrir decenas, cuando demostrado ha sido, que en donde se registran multitudes el temible virus, suele encontrar terreno fértil, para atacar y causar más muertes.

Lo que está sucediendo en los nosocomios de este país, ensombrece el futuro inmediato de millones, de persistir en su actitud de soslayo a la enfermedad. En éstos faltan médicos especialistas en neumología, infectología e internistas, además de los médicos generales contratados por escasos seis meses, para coadyuvar en el combate al coronavirus, desde la trinchera de primera línea.

Y tampoco se vale, que millones se diviertan, cuando los médicos pierden el sueño atendiendo las 24 horas del día y todas las semanas a los pacientes contagiados. Un gremio que conforman héroes a los que nadie reconoce ni tampoco le interesan que les cuelguen medallas ni les otorguen diplomas, porque entienden perfectamente, con estricto sentido humano que su deber es salvar vidas, a costa de estar expuestos a perder la suya.

El problema no es si vienen o no los médicos cubanos, sino va más allá de las fronteras de lo entendible. Se trata del atentado que están padeciendo decenas de galenos, y que ahora están siendo supuestamente invitados por autoridades sanitarias, para incorporarse a los escasos grupos de profesionales de bata blanca, que atienden a contagiados del covid 19.

Es decir, desmantelando otras decenas de áreas destinadas a ver por las diferentes especialidades, distantes del covid, pueden quedar desmanteladas, debido a que en los nosocomios públicos, se cerraron dichas áreas para ser sustituidas, por las que se relacionan única y exclusivamente con el covid.

 Lo anterior, porque el casi total de los hospitales están siendo convertidos para atender contagios, cuando los especialistas en la asignatura en cuestión no los cuenta el sistema de salud mexicana y los médicos generales, contratados en marzo pasado, ya se fueron, porque sus contratos concluyeron en el tiempo pactado.

 Asimismo, se asegura que la escasez de medicamentos, está segando vidas de contagiados, pero también del grueso de las demás enfermedades, como son las oncológicas y que en ese tenor, familiares y amigos de pacientes padeciendo algún cáncer, han salido a las calles de la CDMX para elevar su protesta y condena, pues a sus enfermos, les están instando en hospitales, que mejor regresen a sus casas.

De allí, que el reclamo de los médicos bajo las condiciones en que se desenvuelven, elevado en el momento oportuno y coincidente que de seguir asistiendo a contagiados, porque para estos, primero están las fiestas y los encuentros deportivos, en franco reto a las recomendaciones sanitarias, en cualquier momento o día, dichos médicos se decidan por abandonar sus puestos de trabajo en justa protesta, y que la conciencia de malos ciudadanos se conmueva y cambie y se proteja. Al tiempo.

UBER, UNA ALTERNATIVA PARA MEJORAR EL SERVICIO DE TAXIS

Quizá esta sea una de las últimas oportunidades que tenga el gremio de taxistas, para volver a lo que fueron hace veinte o más años, un auténtico servicio a los usuarios y pasajeros, con tarifas justas y unidades limpias, sin fallas mecánicas y choferes que se bañen y la certidumbre de que realizan su cometido ajeno o distante de los pillastres que cometieron asaltos y asesinatos.

Ahora resulta que los señores taxistas se lamentan de sus bajas percepciones y que el grueso de usuarios prefiera el radio taxi y el servicio de Uber.

Este último en el curso de los meses en que apareció la pandemia del coronavirus, prestó una excelente atención a miles de familias xalapeñas. Uber en automóvil y en motocicleta, abrió enormes oportunidades de trabajo sobre todo a un ejército de jóvenes que quedaron sin su empleo anterior, o que habiéndose suspendido clases en escuelas de enseñanza media y universitaria, se enlistaron para conducir indistintamente, un automóvil o una motocicleta.

Sin embargo, tenía que darse la protesta, tarde o temprano de los taxistas tradicionales, al percatarse que sus entradas van en descenso, y que para medio sobrevivir, deben operar sus unidades dieciséis o más horas al día, han optado por elevar una protesta pública, en demanda porque la dirección de tránsito y transporte público, les escuche y ordene la cancelación del servicio que presta Uber, el cual por cierto se ha ido expandiendo por todo el país, habiendo iniciado operaciones en la ciudad de México.

El taxi tradicional, surgió con un singular empuje y presencia en los años en que gobernaron la nave veracruzana don Antonio M. Quirasco, Fernando López Arias y Rafael Murillo Vidal, entonces el taxi contaba con automóviles último modelo, gozaba de ofrecer a los pasajeros unidades amplias, confortables y equipadas. Lucieron en ese entonces las líneas de Ford, Chevrolet, Valiant, Dodge y más tarde, fueron incorporados automóviles de menores dimensiones como el Datsun, ahora Nissan y el famoso vochito.

En tiempos del gobernador Murillo Vidal, había las casetas desde las cuales operaba el llamado “sitio de alquiler”, el cual fue relevado años más tarde por el taxi de todos conocido y que en sus primeros recorridos por la ciudad, contaba con verdaderos ases del volante, atentos, cultos muchos de ellos, constituyendo un orgullo para la también llamada “Atenas veracruzana”

Por cierto, como recuerdo de las casetas históricas, para el libro de los récords del Xalapa con fama cultural de ser la Atenas veracruzana, permanece como fotografía en blanco y negro, representativa de toda una época, la caseta ubicada sobre la avenida Manuel Avila Camacho, desde la cual sus encargados recibían las llamadas telefónicas de sus usuarios y aquellos enviaban el automóvil de “alquiler” al pasajero que lo solicitaba.

 Mudos testigos de lo anterior, son los edificios de la Escuela Motolinia y el que ocupó la antigua terminal de la línea de autobuses ADO, antes de que esta pasara a estrenar sus nuevas instalaciones de la central camionera de Caxa.

Así que el taxi tuvo un largo periodo, que bien podría estar tocando su retirada con el Uber y las distintas firmas del radio taxi, dos líneas, que prestan la atención que destaca en favor de un público usuario, que puede y tiene de donde elegir, tan solo porque el antiguo taxi como todo lo que pasó de moda, dejó de ofrecer servicios puntuales, limpios, honestos y con la aplicación de tarifas justas. Enhorabuena.

XALAPA, EN ALERTA MÁXIMA, PARA NO DECIR EN SEMÁFORO ROJO

Ocho entidades del interior del país, incluida la CDMX se encuentran en alerta máxima, aunque el semáforo apunte que está en naranja, amarillo o verde.

La doctora Claudia Sheinbaum, que profesionalmente, antes que política es de formación científica, habría advertido que poco antes de que se celebrara el programa del Buen fin, la amenaza del covid volvería a aparecer en sus delegaciones-ahora alcaldías- pero igual, ocurriría en estados más problemáticos del resto del país, incluida la entidad veracruzana y de manera categórica en las ciudades de Xalapa, Córdoba, Veracruz, puerto y Coatzacoalcos.

Sin embargo, como en el país no aplica el toque de queda, ni nada que prohíba el desplazamiento de mexicanos hacia donde mejor les plazca y gobierno federal el covid como tema de salud pública, lo deja a la conciencia de cada azteca, la crisis no cesa, sino todo lo contrario. El doctor Hugo López Gatell Ramírez que da lo mismo semáforo en color rojo y alerta máxima. Lo que quiere decir que para el buen entendedor, la situación está bastante grave.

Y lo confirman los médicos que se encuentran en el frente de la lucha contra el coronavirus.

No es posible que sigan los flujos tremendistas de peatones sobre las calles que conforman el casco histórico de la otrora Atenas veracruzana, como viene sucediendo todos los días, sobre todo en las calles de Doctor Lucio, Abasolo, Altamirano, Revolución, Madero, en donde la concentración de vendedores ambulantes, que no obedecen a ninguna autoridad, se muestren en franco reto a las recomendaciones sanitarias, cuando es ampliamente sabido que los hospitales están atestados de pacientes, no hay médicos especialistas para atender la enfermedad y tampoco  médicos generales y se acabaron los  medicamentos de patente.

Los filtros para detectar potenciales contagiados, son deficientes e insuficientes y las medidas de prevención en los centros comerciales pueden fallar porque los termómetros enfrentan desperfectos y la gente, en un alto porcentaje, se muestra retador, no cree en la enfermedad ni ve ni oye los mensajes que esporádicamente vienen difundiendo las autoridades del sector salud.

Si los tantos inconscientes, no se ponen las pilas este fin de año, se prevé que será de consecuencias catastrofistas. El personal médico está cansado, molesto e indignado. Son héroes ciertamente anónimos, sin ningún reconocimiento, pero están salvando vidas, aun en las peores condiciones en que se encuentran trabajando día y noche, en los hospitales de la institución pública que usted quiera y mande, aquí y en el resto del México ensangrentado, por la otra pandemia de la pobreza, la violencia y la alta criminalidad. Es todo.