CHEPINA PERALTA LLEGÓ A LA TELE ANTES DE LA ERA DE LOS REALITIES

  • ¿Te suena el nombre de Chepina Peralta? Hay de dos: eres muy chavito y ni pelabas la tele cuando tu mamá o abuelita veían este programa, o la conoces porque eras su fan from hell.

El rol de esta comunicadora es importante en la historia de los medios en México. Esta mujer mexicana fue pionera en la difusión de temas relacionados con la gastronomía, desde un ámbito hogareño y coloquial en la televisión y la radio públicas. Después en el ramo editorial publicó 13 recetarios e impartió múltiples conferencias y talleres sobre alimentación y salud.

En su Linkedin presenta algunas cifras: hizo 7,300 programas en la pantalla chica, en diferentes cadenas de televisión, como los extintos Telesistema Mexicano hasta Utilísima y el emporio Televisa, y 9,000 al aire radial.

Esos números sorprenden por su volumen y por los inicios del creciente interés en la comida como tema y nicho de mercado en los medios con el paso del tiempo. Pero, sobre todo, asombra saber que a Lucía Josefina Sánchez Quintanar –su nombre de pila– no le gustaba cocinar antes de ser Chepina Peralta, la figura de autoridad.

CHEPINA PERALTA EN SU COCINA

“Siempre tenía ayuda en mi casa, pero a mí no me gustaba cocinar. Era una tarea muy molesta. Por eso me identifiqué con las amas de casa que me veían. Luego, fui descubriendo que la salud sale de la cocina y que en ella está el centro del conocimiento“, cuenta esta mujer de 86 años, en entrevista durante el marco del homenaje que recibió en el festival gastronómico Morelia en Boca 2017.

Chepina Peralta aún mantiene su sentido del humor. Quizá ese rasgo de su personalidad fue una de las claves de su éxito. Su primer programa se emitió en 1967 y confiesa que le dieron la oportunidad de ser conductora porque querían un ama de casa simpática y amena.

Ella había estudiado oratoria y eso le daba mejores herramientas que fue incrementando con los años. Estudió nutrición gracias a un médico amigo suyo, fue pinche de Juan Mari Arzak por una breve temporada y recorrió diferentes mercados. Incluso, hasta se presentó en un cabaret gastronómico con el escritor Germán Dehesa.

“En mi primer programa me temblaban mis rodillitas. Hice una ensalada en una ensaladera muy elegante, de esas de madera. Pero, salieron volando las lechugas en pleno programa, que era en vivo. Lo que se me ocurrió decir fue de lo más auténtico: ‘en mi cocina, no brincan’, expliqué. Cogí las lechugas con la mano y las volví a meter. Eso le cayó de maravilla a la gente”, narra.

NO FUE LA PRIMERA: ANTES DE CHEPINA PERALTA FUE JOSEFINA VELÁZQUEZ DE LEÓN

Chepina Peralta no fue la primera mujer que cocinó en la tele nacional, eso debe decirse. Josefina Velázquez de León es otra figura mexicana muy prolífica e influyente en su época en el tema culinario de la que se habla poco en la actualidad.

Ella fue la primera en aparecer en segmentos televisivos en México durante los primeros años de la década de los cincuenta. Velázquez de León tenía su propio programa: El menú de la semana, que fue resultado de sus emisiones radiales en la XEQ, XEK y la XEJP, como apunta Jeffrey M. Pilcher en su libro The Human Tradition in Mexico (quien también emite un acercamiento crítico y necesario al trabajo de esta figura).

Incluso, daba clases de cocina por correspondencia. Después de las emisiones se publicaba una serie de folletos bajo el título: Tele Cocina. Velázquez de León aprovechó los canales de difusión de su época. Peralta hizo lo propio después.

Las “Chepinas” tienen similitudes desde un paradigma femenino tradicional, muy extendido en aquella épocas: ambas hablaban de la economía del hogar, reforzaban el papel de la madre en la educación de los hijos, daban consejos para ser buenas anfitrionas y emitían mensajes para que las amas de casa sintieran que su trabajo en la cocina podía ser divertido y menos esclavizante.

CHEPINA PERALTA COMO SÍMBOLO DE UNA COCINA CASERA Y RELAJADA

Aunque la diferencia fundamental entre ellas no solo es un tema de contenido sino de circunstancias. Chepina Peralta es más conocida porque es un icono popular en el medio estrella mexicano durante décadas. Y su carisma ayudó a que se ganara a millones de televidentes.

“Un chofer que tuve me contó un día que se había sorprendido de que yo comiera frijoles en la casa, porque un día cocinamos enfrijoladas con ensalada de nopalitos”, cuenta, y luego bromea con que su platillo preferido son las “lenguas de colibrí a la champagne. Yo como de todo”, afirma.

La opinión de Marisa Ramos, gastrónoma e investigadora, es que hay dos incidencias muy importantes del trabajo de Chepina Peralta: la primera es que fue “la gran influenciadora en el reconocimiento del trabajo doméstico, justo en una época en la que la mujer comenzó a laborar fuera de casa”. Y la segunda es que dio la posibilidad de que las mujeres que no tuvieron la oportunidad de cocinar en sus casas, lo hicieran a través del programa, en el que se elaboraban recetas sencillas.

“Le hablaba al público y me veían niños, abuelitas y hombres. Eso fue una maravilla. Un día tuve una comida con el director de una empresa importante y comí con él en el comedor de la empresa. Fue sensacional y le llamaron al chef”, recuerda. La satisfacción llegó cuando este cocinero le contó que él veía el programa con su mamá y por eso estudió cocina.

LA COCINA DE LA PRACTICIDAD

“Como coordinadora del en la Universidad Anáhuac, muchos me hablan de que veían a Chepina Peralta y de ahí les interesó la cocina”, comenta la investigadora Marisa Ramos, quien también ha observado que hasta el día de hoy permanece esa influencia incluso en su vida profesional.

“Para mí, hay dos tipos de cocina: la doméstica y la profesional. A veces me sorprende la cantidad de hombres destacados en la cocina profesional a lo largo de milenios, siendo que el espacio gastronómico ha sido territorio femenino”, apunta Marisa y opina que la cocina en el hogar hoy en día es una cocina mixta y multigeneracional.

Además, comenta que a diferencia de los realities que buscan el entretenimiento y el food porn, existen contenidos con un sentido utilitario para la audiencia, como lo tenía Chepina Peralta y como lo tienen ahora los bloggers y propuestas digitales con recetas realizables y no solo antojables, como Tasty o Kiwi Limón.

LOS TIEMPOS CAMBIAN, LOS ANÁLISIS TAMBIÉN

La figura de la “buena madre” que es la única encargada de cocinar y alimentar bien a su familia era el mensaje prioritario en épocas pasadas, pero también en algunos medios actuales y en la publicidad, lo que refuerza estereotipos.

Pero, también existimos otras tantas voces que ya no creemos en eso y queremos expresarlo. Los roles dependen de su contexto y finalidad y no debe ser un papel que solo se atribuya a una mujer.

Marisa opina que hoy en día algunos de los programas de televisión presentan a cocineros profesionales que preparan platillos desde un sentido más estético, poco realizables en casa y con el fin de entretener, sin que esto sea negativo: solo cumple funciones comunicativas distintas.

“A Chepina jamás la vi usando filipina: siempre traía un delantal. Esto nos daba una imagen más cercana, más parecida a la de cualquier mujer de la familia que te enseña a hacer algo. No tiene ese viso profesional que parece impoluto y que no se equivoca, sino lo contrario”, asegura la actual directora de la Maestría en Dirección de Negocios Gastronómicos de la Universidad Anáhuac.

MUNDO DIGITAL Y COCINA

Ahora, internet ha cambiado el juego: las redes sociales y los proyectos digitales ofrecen contenidos a disposición del usuario, en tiempos y horarios caprichosos, explica Marisa. Basta ver cómo en los últimos años hay cada vez más proyectos relacionados con gastronomía, con diferentes enfoques, públicos y fines.

Y es que hay mucha mayor oferta y posibilidades que antes. Por eso mismo figuras como Chepina Peralta y Josefina Vázquez de León son pioneras en los medios mexicanos gastronómicos, estemos de acuerdo o no en el tema, pues la comida es multi significante y atrae, aunque solo se vea a través de una pantalla.