Música, refugio y pasión

  • Aisha Corona, María Hanneman y Alexander Vivero, jóvenes músicos relacionados con el arte.

“Habría un gran cambio en México si todos pudiéramos tocar algún instrumento.” Alexander Vivero, pianista / Foto: Cortesía Spinto, Especial/ Ilustración: Horacio Sierra.

CIUDAD DE MÉXICO.

La música de concierto no es aburrida y tiene múltiples beneficios para niñas, niños y adolescentes, ya que es un canal para expresar emociones que abre un panorama desconocido a quienes la experimentan y promueve una mayor convivencia familiar, coinciden Aisha Corona, María Hanneman y Alexander Vivero, tres jóvenes músicos premiados que, en medio de la pandemia, hallaron en el abrazo de sus instrumentos un refugio y una forma de felicidad.

En entrevista  la violinista Aisha Corona Aguilar (2003) señala que “falta reforzar la educación musical” en las escuelas de México.

Y añade: “Sólo se trata de darles herramientas a los niños, quienes están descubriendo el mundo y en casa o en la escuela es importante que puedan conocer las bondades de la música de concierto”.

Considera que el gusto por un solo género musical depende de la formación en casa. “No creo que los niños tengan prejuicios acerca de la música, sino que se adaptan a lo que se escucha en casa”.

Es como en la película Soul, dice. “cuando las almas están en el supuesto paraíso, antes de llegar a la vida, y toman diferentes actividades esas almitas. El chiste es darles todas las opciones a niñas y niños para que exploren”.

¿Qué les recomendarías a los papás que no escuchan música de concierto? “Es complejo, ya que tienen sus gustos definidos, pero recomendaría que mantuvieran la mente abierta y que no impongan géneros, sino que exploren desde la orquesta hasta el tango”.

De momento, Aisha Corona espera fecha para su concierto en el Carnegie Hall en este año.

“Falta reforzar la educación musical en las escuelas de México.” Aisha Corona, violinista

 CONTAR HISTORIAS

 Para la joven pianista María Hanneman (2006), la música es algo más que un entretenimiento y disciplina.

La música es mi vida y no puedo vivir sin ella. Además, cuando estoy en un concierto me gusta transmitir lo que siento, me gusta imaginar cosas y poder transmitirlas. Quiero llevar emociones y decirle a niños y niñas que la música de concierto no es aburrida, sino contar historias para formar el soundtrack de nuestras vidas”, explica.

Además, el arte hace un mundo mejor: “La música y el arte nos han salvado en esta pandemia y siento que la música nos ha ayudado a todos.”

Hanneman envía un mensaje a niños y niñas: “Quiero decirles que disfruten la vida, que se diviertan, vivan su infancia, jueguen, bailen y exploren nuevas cosas; que escuchen la música que les guste, quizá algo de Cri-Cri, pero que no dejen de jugar con sus muñecas, que rían mucho, vean arte y, si pueden, vayan a conciertos”.

Hanneman tocará hoy un recital celebrando el Día de las Niñas, Niños y Adolescentes, organizado por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), que será transmitido por Facebook Live de dicha institución.

“La música y el arte nos han salvado en esta pandemia y siento que la música nos ha ayudado a todos.” María Hanneman, pianista

 DISFRUTAR EL SONIDO

Por último, habla el pianista Alexander Vivero (2008): “Pienso que la música enriquece nuestro conocimiento y nos permite ver las cosas desde otra perspectiva, sobre todo en un tiempo como éste, de confinamiento, en que hemos estado limitados para socializar”.

Y explica: “Sería interesante lograr que sucediera lo que pasa en algunos países de Europa, donde la mayoría de personas tocaran algún instrumento, aunque no sea de forma profesional, sólo para disfrutar del sonido y del instrumento.

La música nos ayuda a trasmitir las emociones y estoy seguro que habría un gran cambio en México si todos pudiéramos tocar algún instrumento, aunque no fuera profesionalmente”, abunda.

¿Qué recomendarías a los niños que sienten curiosidad por la música de concierto? “A veces se tiene una idea errónea de la música clásica porque el acercamiento empezó con una ópera de Wagner y no sería lo mejor para empezar.

Es normal que cuando empiezas a escuchar música clásica enfrentes algo nuevo, porque el oído no está acostumbrado y es normal que uno se aburra, pero pueden ir poco a poco y empezar por Beethoven o Chopin e ir haciendo algunas probaditas”.