¿UN MILITAR A LA CORTE?
|AL PIE DE LA LETRA
Raymundo Jiménez
¿UN MILITAR A LA CORTE?
El lunes pasado, al inaugurar el Segundo Periodo de Sesiones 2021 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el ministro presidente Arturo Zaldívar afirmó que “vivimos tiempos de polarización política y social”, y que “el mundo parece dividido en bandos y las personas juzgadoras solemos quedar atrapadas en medio”.
“En tiempos como estos, la independencia judicial es un valor del que todos buscan apropiarse. Entender su sentido a cabalidad y no desde la óptica de los distintos actores políticos y sociales, es fundamental para nuestra labor”, remarcó Zaldívar, quien puntualizó que “es en las razones plasmadas en las sentencias y no en el sentido de los fallos en donde debe buscarse esa independencia y desde donde debe valorarse por la sociedad”.
“Estoy convencido de que, en este segundo período de sesiones, la Corte y todo el Poder Judicial Federal seguirán demostrando su autonomía e independencia. Seguiremos avanzando en la consolidación de una mejor justicia, más accesible, más transparente y más honesta para todas y para todos”, expresó el presidente de la SCJN.
Lo expresado por el ministro Zaldívar parece ser la respuesta a la queja que el 21 de mayo pasado hizo pública por primera vez el almirante Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina, quien en la conferencia mañanera de Palacio Nacional dijo que es penosa la actuación de algunos jueces federales cuando colocan obstáculos a los operativos y detenciones de presuntos narcotraficantes, al grado que los juzgadores parecieran los enemigos.
“Hay muchos casos que hasta pena nos da que actúen de esa manera, que parece ser que el enemigo lo tenemos en el Poder Judicial y tenemos que cerrar bien ese círculo para poder llevar a cabo la detención. Tenemos varios casos, pero los tenemos que hacer muy bien hechos”, señaló el almirante originario de Xalapa al explicar las dificultades a las que se enfrentan para cerrar sus investigaciones y consignar, por ejemplo, a probables traficantes de fentanilo, quienes ahora están metiendo esa peligrosa droga no sólo por los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas, sino más al norte del Pacífico, por Ensenada y Guaymas.
Dos meses después, el lunes antepasado, en la conferencia organizada en el Museo Naval del puerto de Veracruz, el mismo jefe militar volvió a señalar que México carece de servidores públicos honestos, lamentando que “por eso tenemos este problema de una alta corrupción”.
Al responder al elogio de un reportero, Ojeda Durán, oriundo de Xalapa, destacó que tanto la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) como la Secretaría de Marina, “a través de nuestras escuelas, la Heroica Escuela Naval, el Heroico Colegio Militar, creamos mujeres y hombres con valores, con principios, personal que tiene una ética profesional…”
Por eso suena verosímil la versión periodística que circuló ayer en la Ciudad de México, acerca de la supuesta tentación de la cúpula militar para recuperar una tradición perdida en 1995 con el coronel Carlos García: que el alto mando castrense pueda contar con un asiento propio en la Suprema Corte a partir de diciembre próximo, cuando se venza el periodo del ministro José Fernando Franco.
Y es que entre las controversias constitucionales que está por resolver la SCJN, dos atañen directamente a la milicia: la de la Ley Nacional sobre Uso de la Fuerza y la de la Ley de la Guardia Nacional, la corporación policiaca creada en este sexenio y que está adscrita actualmente a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, pero a la que ahora el presidente Andrés Manuel López Obrador pretende también integrar formalmente a la Sedena.
La semana pasada, de gira por Durango, el mandatario anunció que la Guardia Nacional debe quedar integrada a la Secretaría de la Defensa Nacional “para que no sea flor de un día… una policía de segunda”.
Incluso expresó su confianza de que en las cámaras de Diputados y Senadores su iniciativa de reforma a la Constitución obtendrá el voto de las dos terceras partes de los legisladores y “así en su momento se le va a dar permanencia, estabilidad, para que pase lo que pase, cambie el gobierno, quede establecida como se creó la Secretaría de la Defensa y la Secretaría de Marina”.
“Se está acreditando, ya tiene una aceptación de 75 por ciento, el pueblo la respalda. Sin embargo no queremos que se eche a perder, que regrese la mala experiencia de la Policía Federal, sino que se mantenga en el tiempo y eso depende mucho de la disciplina, del profesionalismo, de la honestidad, mucho del trato, a los elementos de las corporaciones, salarios y prestaciones como en la Secretaría de la Defensa y en la Secretaría de Marina, que no sea una policía de segunda”, reiteró.
Afirmó que su gobierno dejará consolidada a la Guardia Nacional, con más de 250 cuarteles e incluso con unidades habitacionales para el personal. Días antes, en Xalapa, había anunciado también que de este año al 2023 se incrementaría en 50 mil millones de pesos el presupuesto de esta corporación policiaca que actualmente cuenta con 100 mil elementos, cuyo número podría aumentar en 45% más al final de su sexenio.