“La esperanza cristiana nos impulsa a construir el Reino de Dios”

VIVIR CON ESPERANZA

Por Jacinto Rojas Ramos

“La esperanza cristiana nos impulsa a construir el Reino de Dios”

La misión de Jesús consistió en anunciar, instaurar y proclamar el Reino de Dios (Marcos, 1,15); y, nos presentó la esperanza como la fuerza que Dios ha puesto dentro de nosotros y es ella la que nos impulsa a construir su Reino.

San Juan Pablo II en diversas ocasiones, indicó que la esperanza es la fuerza que Dios ha colocado dentro de nosotros para crecer, para caminar al encuentro definitivo con Dios. De ahí que Abraham esperó la promesa de Dios «contra toda esperanza».

Asimismo, para los creyentes del Antiguo Testamento, la esperanza tenía como fuerte referencia la llegada del Mesías salvador; ahora con Jesús, la esperanza se orienta a la espera de «la plenitud de los tiempos y de la salvación al final de la historia».

En este sentido, la esperanza siempre apuntará hacia la plenitud de la salvación definitiva, pero con un énfasis particular. Ya no se trata de aguardar o esperar pasivamente. Ahora se trata de caminar, de crecer, de construir. En eso consiste la esperanza cristiana, que siempre tiene una referencia a la eternidad y al premio de la salvación.

Incluso, cabe destacar que, la esperanza nos impulsa a ir hacia delante, compromete a los creyentes a crecer y dejar de lado cualquier actitud cómoda o alienante.

Es muy importante no caer en las falsas esperanzas que distraen la atención y el compromiso del creyente; la falsa esperanza de los espejismos camuflados con cosas buenas pero que están marcados con los criterios del mundo, o de las utopías irrealizables que no tienen ninguna referencia a la trascendencia, ni a Dios.

La esperanza cristiana, «signada por la Persona de Jesús», es la que nos fortalece y nos ayuda a vencer todo tipo de tentaciones. Es la esperanza que nos alienta a ir adelantando en nuestra historia terrena lo que viviremos en el futuro eterno: la comunión con Dios, de manera definitiva.

Que importante en estos tiempos difíciles que vivimos fundamentar nuestra vida en la esperanza para que sigamos construyendo el Reino de Dios cuyas características son, la paz, el amor, la verdad, la justicia, la vida, la santidad…

Urge que impregnemos en la familia, en nuestros ambientes de dolor, sufrimiento y adversidad la esperanza en el Reino eterno de Dios.

El mismo Jesús constantemente invitaba a sus discípulos y a las multitudes a “buscar el reino de Dios y su justicia” como lo principal, en virtud de que las demás cosas vendrán por añadidura (cf. Mateo 6,33)

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