5 claves para comunicarte con tu hijo adolescente: sin prejuicios y sin rebeldías

Conforme el tiempo pasa, las madres se enfrentan a diversos retos para los que ninguna de ellas está completamente preparadas.

Luego de pasar por los terribles dos años del niño, luego los 7, 12 y así sucesivamente, viene la etapa más temida de todas: la adolescencia.

De los 13 a los 18 años, parece imposible comunicarse con los hijos y resolver sus inquietudes… o peor aún: como ellos ya creen saberlo todo, a veces no escuchan a los padres.

Pese a todos los temores, estudiosos del tema de la talla de la doctora Erin Walsh, tienen una serie de consejos que cualquier padre debe aplicar al momento de buscar un acercamiento con sus hijos adolescentes. Echa un vistazo:

Escuchar antes de juzgar

Escuchar lo que tu hijo tiene que decir es más importante que hablar o imponerte. De esta forma, se crea un vínculo de confianza que permite un entendimiento  mutuo.

Dialogar es esencial, y de hecho, la mayoría de los problemas de rebeldía se dan por imposiciones. Antes de querer guiar a tu hijo por el camino que tú consideres correcto, escucha lo que tiene que decir, al menos para negociar.

Respeta sus gustos

Uno de los errores más comunes es imponer deseos propios: desde la vestimenta hasta las aspiraciones profesionales. Muy relacionado al punto anterior, es claro que los adolescentes deben tener libertad para expresarse, no confundas el hecho de ser mentor o guía con ser juez.

¿Primeras inquietudes fuertes? Sinceridad ante todo

En la adolescencia es cuando más existen dudas sobre sexualidad y otros temas que muchas familias siguen considerando «tabú.» Desde el inicio habla claro y déjate de sobrenombres o de frases tipo «de eso no se habla en la mesa.»

Ya no estás tratando con un niño y siempre es mejor prevenir que lamentar. Si crees que necesitas asesoría para manejar estos temas, nunca dudes en recurrir a un experto.

Involúcrate en sus actividades

Para muchos adolescentes puede parecer «invasivo» que quieras saber todo de sus pasatiempos, pero mantener el equilibrio es la clave. ¿Le gusta el cine? Pregúntale seguido sobre sus películas favoritas o pídele una recomendación; ¿se viste «raro» según tú? De todas formas hazle un cumplido y pregúntale si su atuendo significa algo especial.

Comparte espacios de convivencia

Al menos una vez a la semana sí deberá haber una «imposición»: una cena, un día en familia, o cualquier actividad en la que todos participen.