Revelan claves en torno a Gabo

  • Rodrigo García habló sobre el destino final de la cama de hospital que utilizó su padre durante sus últimos días en la casa de San Ángel.

CIUDAD DE MÉXICO.

Uno de los cabos sueltos que el cineasta Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez, dejó en su libro Gabo y Mercedes: una despedida es el destino final que tuvo la cama de hospital en la que pasó sus últimos días.

En el libro, Rodrigo rememora que cuando Gabo volvió del hospital a pasar sus últimos días en casa, se alquiló una cama de hospital, que instalaron en la alcoba de invitados, pero cuando los arrendadores descubrieron para quién era, informaron a la familia que no tendría costo.

¿Qué fue de aquella cama?, se le preguntó al cineasta durante la charla virtual Rodrigo García y Gabriel García Márquez: vivir el cine, organizada por la Fundación para las Letras Mexicanas, a través de la Casa Estudio Cien Años de Soledad, en la que charló con Juan Villoro.

La cama en la que murió Gabo nosotros la guardamos, porque nos la había prestado un lugar de alquiler de equipo hospitalario, pero Mónica Alonso, la asistente de mi padre, me dijo, con razón, que le daba miedo devolverla y que se volviera un fetiche o un objeto de culto”, explicó.

Entonces, nos quedamos con ella y, finalmente, si mal no recuerdo, se donó anónimamente a un hospital o a un centro de salud, pero los que la tienen no saben de dónde vino esa cama”, aseguró.

También se le preguntó si dejó fuera del libro algunos fragmentos que podría publicar en un segundo libro.

El 8 de abril de 2014 llevaron la cama ortopédica a la residencia de Gabriel García Márquez.

Hay muchas cosas que no dije, porque cuando uno habla de cosas personales siempre hay que pintar la raya, pero no tengo tema para otro libro y es una de las cosas que me liberó mucho.

Y agregó: “No tengo qué pensar qué sigue y si va a ser mejor o peor. Las ideas que tengo son de guiones. El libro fue inspirado por ese doble evento tremendo que es la muerte de tus padres, entonces espero no tener tema para otro libro”.

¿Qué pasará con la biblioteca personal de Gabo? “Aún está en la casa, en su estudio. La biblioteca es amplia y refleja los gustos literarios de Gabo, pero él no tenía el fetichismo por el libro objeto. Por supuesto, tenía sus libros queridos y dedicados por sus amigos, como una colección de libros dedicados por (Pablo) Neruda, pero tenía ediciones muy baratas.

Por ejemplo, en una época se dio cuenta que había perdido sus libros de (Ernest) Hemingway, se fue a una librería y compró una de esas ediciones completas de autor, pero baratas. Entonces la biblioteca es interesante, porque refleja los gustos del autor –sobre todo en cuento, novela y poesía–, pero no es una biblioteca de incunables y yo creo que se va a quedar allí”.

También se refirió a la casa del autor de El coronel no tiene quien le escriba, ubicada en el Pedregal de San Ángel. “Mi hermano (Gonzalo) y yo hemos hablado mucho de tratar de hacer de esa casa algo visitable, algo que participe en la vida cultural y espero que sea una casa hermana de la Casa Cien Años de Soledad, pero ahí se quedará la biblioteca”.

Recordó que en 2022 Amazon lanzará la serie inspirada en Noticia de un secuestro, de García Márquez, escrita con autores colombianos, un cubano y un chileno, y dirigida por Andrés Wood. “Tengo grandes esperanzas para esa serie”, dijo.

Durante la charla con Villoro, Rodrigo habló sobre las adaptaciones cinematográficas de la obra de Gabo. “Hay un consenso de que no han sido exitosas de manera creativa. Yo creo que algunas son difíciles de filmar, pero en éstas ha habido demasiado respeto por el autor”.

Y agregó: “hay que adaptar y cambiar. Gabo no escribió mucho diálogo, no creo que en Cien años de soledad haya más de 12 o 15 líneas de diálogo y, según él mismo me dijo, sólo los ponía cuando no había otra manera de decir algo. Creo que pensaba que el autor era el dios del libro y, por lo tanto, era quien tenía la palabra.

Pero su diálogo es poético, muy lapidario y difícil de ponerlo en boca de los actores. Creo que ha habido demasiado temor y respeto. Ahora Netflix está haciendo una adaptación larga de Cien años de soledad. A lo mejor, ahora que el autor no está, habrá menos respeto, más audacia y se aceptará que hagas la película que hagas, vas a defraudar a la mitrad de los lectores. Hay que aceptarlo”, concluyó.