Falta inclusión para niños con Síndrome de Down; sólo 3% tiene acceso a educación

  • Aunque no hay un censo exacto, se estima que 250 mil personas tienen esta condición y padecen acceso a terapias, educación y herramientas para salir adelante; la mayoría vive en familias de escasos recursos.

En México, sólo 3% de las niñas y niños con Síndrome de Down tienen acceso al sistema de educación especial que requieren, aseguró Yesenia Escudero, directora y fundadora de Mosaico Down (IAP).

Añadió que, aunque no existe un censo real, se estima que en nuestro país viven más de 250 mil personas con esta condición intelectual y gran parte pertenece a familias de escasos recursos.

Por lo anterior, desde hace 8 años, su institución se ha enfocado en mejorar la calidad de vida de personas con Síndrome de Down con menor capacidad económica.

“Si un profesor no sabe cómo darle clases a un niño con Síndrome de Down, evidentemente por eso es tan difícil que niños con esta condición puedan ser aceptados en escuelas regulares, o incluso en escuelas con clases especiales, porque los programas de estudio se dirigen en general a discapacidades intelectuales y no profundizan en el Síndrome de Down.

“Y los lugares donde hay clases para ellos están fuera de su alcance. Por ejemplo, actualmente una hora al día de terapia del lenguaje cuesta, mínimo 350 pesos, y entonces los papás dicen: o comemos o llevamos al niño a la escuela”.

“Ante esta situación, me di cuenta que ese 97% estaba en su casa toda la vida sin terapias, sin educación, sin ninguna herramienta para salir adelante, no sólo ser independientes, sino también incluidos en la sociedad”, explicó.

La licenciada en Educación añadió que en Mosaico Down, con la atención a las necesidades específicas de cada niña o niño, se busca lograr su inclusión a través de un aprendizaje sicomotriz, afectivo y social, sin que sus limitaciones económicas lo impidan, ya que cuando ingresa un alumno se le hace un estudio socioeconómico.

Es el caso de Jonathan, quien nació en Puebla y pasó prácticamente toda su infancia sin educación debido a que su mamá, Rosalinda Olmos, apenas podía mantener a su familia.

No obstante, impulsada por la tenacidad de su hija mayor, decidió irse a radicar a la Ciudad de México, donde buscó atención para su hijo, hasta que en 2015 llegó a la Fundación Mosaico Down.

A pesar de que Jonathan tenía 16 años cuando empezó a estudiar, gracias a una educación especializada y personalizada, que al mes le cuesta a su familia 100 pesos, actualmente el joven, ya de 23 años, se comunica y puede realizar actividades en su persona que antes no hacía.

“A partir de los tres meses de que empecé a llevarlo a la fundación vi cambios en él. Antes le tenía que servir la comida, lo tenía que bajar de la cama, llevar al baño, todo se lo tenía que hacer, y después me fui dando cuenta que ya podía hacer muchas cosas sin mi ayuda”, relató su mamá.

PIDEN CENSO

En el Día Mundial del Síndrome de Down, que se conmemora el 21 de marzo, Yesenia Escudero señaló que desafortunadamente todavía son pocas las historias de éxito en esta población, debido a que ni siquiera existe un censo que los haga visibles, por lo cual, dijo, es prioritario que el gobierno elabore un registro nacional de Síndrome de Down y no los englobe dentro de las personas con discapacidad intelectual, porque su tratamiento, abordaje y aprendizaje son diferentes.

“Desafortunadamente no hay un censo que nos diga el número de personas con Síndrome de Down, mucho menos el nivel socioeconómico al que pertenecen.

“Por esta razón, las instituciones que nos dedicamos a atender a esta población peleamos y queremos que se ponga en la agenda pública un censo real porque, por ejemplo, en el último censo que se hizo llegaban a las casas y preguntaban, ¿aquí vive una persona que no pueda hablar bien?, ¿o no oye?, ¿o que no camina? ¿sí o no?, entonces te engloban en un mundo de discapacidades y, por tanto, no hay una cifra real de las personas con Síndrome de Down que viven en México”, explicó la directora de la Fundación Mosaico Down.