El canto marchito de un ave
|José Luis Aguilar
Sus alas están llenas de sufijos marchitos
con tintas en sus ojos, llenos de espasmos y diluvios
un canto malvado y nocturno, como los llantos del mar
Sus patas mueren con el bálsamo de la luna
cobijando su último canto en el pabellón de la muerte
columpiando sus tonos en el viento
Esta ave con unos ojos tuertos y un pico negro
se abre al viento como un cometa difunto
llenando con sus laberintos macabros un hechizo
Se oye a lo lejos como el trasfondo de su canto
hierve en su cáliz, un ardiente fuego de silencio
por donde los muelles y los nómadas habitan su eco
Por su trinar hay varias luces que habitan su miedo
esas malditas luces que aniquilan su delirio
entristeciendo al ave, explotando su gitano deseo
Su canto es la muerte y es la vida de años luz
es un preludio de hojas cayendo del árbol negro
es un crujir de trueno, por donde el cementerio abre su boca
Esta maldita ave, que triste llega al dolor
cantando su más moribundo canto, su precipicio empinado
blasfemando como los rayos, ¡maldita sea me muero en el canto!