Báñate aunque te quieras quedar en la cama, métete a bañar.
Ponte perfume (indispensable) y lápiz labial.
Usa únicamente rimel en base de agua, para cuando sientas ganas de llorar lo pienses dos veces.
Sal de tu casa no importa si no tienes a quien visitar. Agarra al perro y sal. ¿No tienes perro? Agarra un libro y dirígete al parque más cercano.
Sonríe, poco a poco lo harás sin darte cuenta y te sentirás mucho mejor.
Come, bien y rico. Consiéntete. Un antojo no matará a nadie.
Quiérete, suena fácil, ya sé. Mírate en el espejo con respeto y serenidad. Si no tienes nada agradable que decirte permanece en silencio. recuerda que tu voz interior también te habla.. háblate con amor y compasión. Si no aprendes a respetar tu sobrepeso, estatura, el tamaño de tu busto, tus estrías, tu celulitis, es fácil que alguien pueda herirte en tu intimidad.
Recuerda que todo pasará. Nada dura para siempre. Deja salir tus lágrimas, pero no te regodees en tu dolor. no te quedes anclada en el sufrimiento. Ya mañana puedes volver a comenzar y verás cómo, a pesar de las heridas, volverás a sanar.
Elimina de tu vida a cada persona que te ha hecho daño o te ha hecho sentir mal. De plano no dependes de ellos y tampoco tu estado de ánimo.
Quédate con aquellos que te hagan soñar, que te impulsen a superarte, que vean en tí, la magia que tienes y que te hagan feliz. No dependes de ellos pero sí influyen en tu vida. DESCONOZCO EL AUTOR.