UN BOLETO PARA VIAJAR
|EL TEMA DE LA NATURALEZA y el desnudo es una constante en la obra de la artista mexicana Renatta Vega, quien con su estilo pulcro y diáfano, crea pincelada tras pincelada mundos paralelos y el que observa, se vuelve así un cómplice silente que descubre otros universos a través del color y las formas.
Viajera constante y testigo de la hermosura del paisaje, a la usanza de sus grandes maestros que le heradaron, no solo el gusto por el verde y sus múltiples formas, sino también una depurada técnica plástica que la consolida cuadro por cuadro
Luis G. Mendoza
Lilia Ramírez
Así como los antiguos alquimistas buscaron arduamente la mutación de los metales comunes en oro, consagrando para ello su vida, Renatta Vega Arias se esmera en transformar cualquier paisaje que su mirada y corazón hayan registrado durante sus viajes, en una eternidad; y ya sabemos que el tiempo es oro.
Retortas y matraces son suplidos por su paleta, instrumento principal e indispensable para los artistas del pincel, la tela, el ojo entrenado y la sensibilidad a flor de piel. Pupilas que captan las tonalidades del paisaje donde residen el misterio y el poder del reino vegetal: las clorofilas. Moléculas complejas e indispensables para la vida, que proliferan en este mundo pero que van disminuyendo cada lustro debido a la imparable voracidad del hombre.
Y cuando no es la clorofila, es la coloración del mar que absorbe los tonos naranjas y rojos de la luz blanca reflejando los otros colores del espectro. Lo mismo pasa con el cielo.
Entre lo azul y lo verde, Renatta tiende un arco de luz y de maestría, un boleto para un viaje donde nos va mostrando, con la destreza de su pincel, a los seres vegetales de cerca o de lejos. Ellos están siempre presentes en la mano que pinta su obra durante este viaje.
En lo verde y en lo azul reside el secreto de su pincel.
Tal vez Renatta pinta para dejarnos el legado de lo que es nuestro mundo. Desde una visión propia recrea cada porción, cada centímetro o metro cuadrados que ella ha visitado con los ojos y con su crítica mirada de experta y de maga.
Desde su estudio o in situ, Renatta registra las formas, los espesores, la lejanía, los cambios de luces, de humedad; los cambios de hojas, de estaciones; los cambios de estado de la naturaleza y de
ella misma.
Aunque esto suene terrible, tal vez celebramos el recuerdo del paisaje perdido, pero cada una de las obras de esta muestra es un boleto para viajar sin tiempo, en el justo momento en el que lo miramos.
Los paisajes el paisaje nuestro paisaje su paisaje es una forma de trascender desde el pincel y el estudio de Renatta, laboratorio donde se transmuta la clorofila, en oro.