Lo que Octavio Paz nos enseñó de la palabra Chingar

  • OCTAVIO PAZ, EL ÚNICO PREMIO Nobel de Literatura mexicano (31 de marzo de 1914- 19 de abril de 1998)

Antes de mandar a alguien muy lejos, de “chingar o ser chingado”, como dijo Octavio Paz, aquí van algunas curiosidades sobre esta exuberante expresión (y sus variaciones) que debes conocer.

La razón: quisimos celebrar de nuevo el Premio Nobel de Literatura  que le fue dado hace 25 años (10 de diciembre de 1990) al escritor mexicano, Octavio Paz, quien le dedicó un fragmento a esta palabra dentro el libro: El Laberinto de la Soledad.

1.     La Chingada hace referencia a la madre. Paz explica que la palabra representa a la Maternidad, ya sea la Llorona o cualquier madre sufrida.

2.     Su origen es azteca y viene de xinachtli (semilla de hortaliza).  El escritor se puso a investigar de dónde provenía la expresión y se topó con el libro  Anarquía del lenguaje en la América española de Darío Rubio. En él se dice que Chingaste es igual a xinachtli =  (semilla de hortaliza) o xinaxtli (aguamiel fermentado).

3.     En América Latina esta palabra se relaciona con el alcohol.  Por ejemplo, en Guatemala y el Salvador, Chingaste se refiere a los residuos o heces que quedan en el vaso. En  todo México se llama chínguere al  piquete al alcohol. Mientras que en Chile, Perú y Ecuador la chingana es la taberna.

4.     El significado que más predomina en la palabra Chingar es de violencia (aunque usted no lo crea). “El verbo denota violencia, salir de sí mismo y penetrar por la fuerza en otro. Y también, herir, rasgar, violar cuerpos, almas, objetos, destruir. Cuando algo se rompe, decimos: ‘se chingó’. Cuando alguien ejecuta un acto desmesurado y contra las reglas, comentamos: ‘hizo una chingadera’”, escribió el autor de Piedra de Sol.

5.     Para el mexicano, la expresión chingar se puede usar para decir que alguien es un ganador o un perdedor. Así lo explicó Octavio Paz: “La vida es una posibilidad de chingar o de ser chingado. Es decir, de humillar, castigar y ofender. O a la inversa. Esta concepción de la vida social como combate engendra fatalmente la división de la sociedad en fuertes y débiles. Los fuertes los chingones sin escrúpulos, duros e inexorables se rodean de fidelidades ardientes e interesadas”.

6.     Si te habías preguntado cómo luce la Chingada, Paz te diría que similar a China. “Cuando decimos ‘Vete a la Chingada’, enviamos a nuestro interlocutor a un espacio lejano, vago e indeterminado. Al país de las cosas rotas, gastadas. País gris, que no está en ninguna parte, inmenso y vacío. Y no sólo por simple asociación fonética lo comparamos a la China, que es también inmensa y remota”.