SE TAMBALEA LA COALICIÓN Y POR ENDE, LA OPOSICIÓN LLEGARÁ MUY DÉBIL AL 2024

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

SE TAMBALEA LA COALICIÓN Y POR ENDE, LA OPOSICIÓN LLEGARÁ MUY DÉBIL AL 2024

                No cabe la menor duda que con la salida “temporal” del PRI, la alianza o coalición Va por México, simple y llanamente  no tendrá la fuerza suficiente para enfrentar las contiendas electorales  próximas y la correspondiente a la sucesión presidencial del 2024.

                Hay un dicho que dice “no hagas cosas malas que parezcan buenas” y estas, parecieran encajar perfectamente en este momento de toma de decisiones firmes, porque la ciudadanía se ha partido conforme a los distintos colores partidarios, puede perdonar  y no olvidar, así que la presunta salida de la alianza que acaba de anunciarse en mentideros albiazules, en el sentido de que el PRI sale temporalmente, pocos o nadie se la traga.

                Alejandro Alito  Moreno, sintió que el agua le llegaba a los aparejos y optó por librarse poniéndose de a pechito con el gobierno morenista.

                Inclusive Layda Sansores,  anunció  que se reservaría por un tiempo de seguir con los ataques en contra del ex gobernador, para quien había advertido que publicitaría  no uno sino varios videos más, alusivos a su carrera de corruptelas  cometidas cuando Alito fue mandatario del estado de Campeche.

                Es decir, viendo que el mundo se le viene encima, Alito además de negarse a renunciar a la dirigencia nacional del PRI, como se lo pidió lo más granado de la familia priista, optaría por vender su franela a los morenistas y así poderse librar de las pesquisas judiciales y de los amagos del partido en el poder, porque cedieran sus legisladores federales a hacer la aprobación de las iniciativas de reforma a diversas leyes, enviadas a su seno, por la administración de gobierno federal y que sin una mayoría, Morena, podría ser derrotado desde la tribuna y con los sufragios que emitan diputados y senadores contras de los morenistas.

                Por supuesto, con la presunta salida de Alito, la coalición Vamos por México, necesariamente también vería reducida su fuerza con rumbo a  los próximos comicios electorales, pues a decir de los analistas, el PAN solo no podría contra el movimiento de AMLO, como tampoco el PRI y menos los perredistas. Forzosa y necesariamente deberían ir aliados y esto se podrá confirmar o desmentir en la próxima elección de gobernador del estado de México.

                Total, que el viejo régimen, está a punto de extinguirse de la vida pública nacional y el personaje central de esta trama de la derrota persistente, es precisamente el campechano Alejandro Moreno, quien perdió primero en los comicios electorales del 2018, que en la pasada sucesión de gobernadores, igual dejó ir cuatro entidades del interior del país y que en el momento que corre, igual, el dirigente fuera de toda posición democrática, se niega a acatar la voluntad de las mayorías tricolores, porque renuncie y ya fuera de las trincheras partidistas, se defienda de las denuncias penales que tiene pendientes de resolver.

                Empero, es la hora en que Alito ni confirma ni niega si su partido dejó la alianza con PRD y PAN, lo que dicho coloquialmente sería un suicidio y despedida definitiva del PRI como partido en México, tras de 80 años de ejercer el poder en la República.

ES HISTÓRICO EL SILENCIO DE  EXPRESIDENTES DE LA REPÚBLICA, YA FUERA DE TODO PODER

                Una regla no escrita era aquella en la cual los ex presidentes de México  una vez de retorno a la vida privada, permanecían callados hasta el final de sus días, con la mira de no entorpecer el mandato del jefe político de las instituciones públicas, en el momento correspondiente.

                Generalmente, el mandatario entrante solía hacer algunos señalamientos en contra de su antecesor y hasta se perseguía, encarcelaba a varios de los presuntos funcionarios que se dedicaban a la rapiña con el erario público y los negocios, que hacían con los llamados grupos de interés.

                Así transcurrieron los sexenios priistas, en lo general y si acaso ex servidores públicos de poca monta, eran señalados de cometer actos de pillaje en contra del pueblo de México y hasta se les encarcelaba por algún tiempo en alguna de las cárceles del país.

                En la época contemporánea, un caso que atrajo los reflectores con alguna intensidad, fue cuando pasó a la cárcel unos meses el ingeniero y científico mexicano Eugenio Méndez Docurro. La nota, fue de 8 columnas, pues al personaje lo acompañaba una trayectoria de triunfos incuestionados en la asignatura en que era todo un especialista, como es la ingeniería.

                Otro caso, que llamó la atención,  cuando un juez dicta prisión al ingeniero Jorge Díaz Serrano, en contra de quien pesaban supuestos delitos cometidos con las finanzas de la empresa paraestatal de Pemex. Es decir, que los casos que llamaban a la expectación, sin duda, se debía a que involucraba a funcionarios públicos de primeros niveles en la jerarquía burocrática y política  de este país. Sin embargo en ambos casos, la historia los absolvió y los tribunales, los pusieron en libertad pasado los nubarrones con que se pretendía encubrir el papel representado por los principales timoneles de la nación azteca.

                Si usted quiere, cuando el presidente Carlos Salinas  asume la conducción de la política a la mexicana de uno de los sexenios priistas más exigentes y duros contra todo lo que se moviera contra la gestión del economista en cuestión, fue a unos días de iniciar su gobierno, el encarcelamiento con lujo de poderío del líder petrolero Joaquín Hernández Galicia (a) “LA Quina”, considerado como todo un acto de un justiciero, porque  el líder del gremio petrolero, simplemente era un intocable.

                Empero, los ex presidentes se reservaban de hacer observaciones, señalamientos, menos de elevar sus defensas a través de los medios a la opinión pública. Esta actitud  por parte de los priistas, coadyuvó a consolidar sin duda, el régimen octogenario de este país. 

                Práctica o enseñanza que seguramente dieron sobre todo los  mandatarios  como Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos y que siguieron a pie juntillas el populista Luis Echeverría Alvarez, el académico  José López Portillo y todos cuantos  heredaron la silla presidencial, hasta el propio Enrique Peña Nieto, de los cuales, muchos ciudadanos, se preguntan por qué guardan silencio y no emiten una sola opinión, pese a que ahora son señalados de haber cometido graves fallas en sus administraciones respectivas. Claro, una persecución judicial ya prescribió en prácticamente todos sus casos, empero, los panistas Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa, siguen teniendo un activismo político, en contra del régimen presente, pero sin tocar a los pasados gobiernos tricolores.

HAY QUE EVITAR CATASTROFES, RELEVANDO EL PARQUE VEHICULAR URBANO DE PASAJEROS

                Un conductor que no chofer de  taxi tolerado, confiesa que en el ámbito de los hombres y mujeres que manejan  autobuses urbanos, taxis libres y los que prestan servicios   de radio taxis, la diferencia es que unos se capacitan acudiendo a cursos y otras enseñanzas  y los otros, que salen del rancho y se montan en un camión del servicio urbano, convirtiéndose en una seria amenaza para el resto de la población.

                En esta época a nadie interesa  el bienestar de la vida en común de los ciudadanos, pero hay los medios que si prestan su espacio y voz para advertir los graves riesgos que corre la ciudadanía, al caminar por nuestras calles y avenidas, por desgracia, debido a la incapacidad, deficiencias y ausencia de total capacitación de una mayoría de los choferes del servicio urbano, que como puede apreciarse cotidianamente, se transforman en una amenaza pública.

                Los servicios al público usuario, suelen ser malos, debido a la improvisación bajo la cual operan sus choferes, cuya mayoría, sin dominar  la mecánica automotriz ni leer el reglamento de tránsito y menos aún, prepararse en la conducción de un vehículo, que incluya el  mínimo conocimiento teórico de cómo debe tratar a los usuarios de las distintas unidades que transportan cotidianamente a pasajeros, dentro y fuera de nuestras ciudades.

                A la par de lo que aquí se asienta, el parque vehicular en el caso del servicio urbano, va de mal en peor. Autobuses  distantes  de toda inspección sanitaria en sus interiores, asientos destruidos, pestilentes, choferes sin bañarse y sin suficiente ventilación, las unidades se convierten en peligrosas latas de sardinas, sobre todo en tiempos de pandemia.

                Un conductor, es el que conduce un autobús de primera, en la línea que  realiza viajes hacia el exterior de la entidad veracruzana. Se trata de un personaje que sabe de mecánica automotriz, cuida su autobús, viste limpio y de corbata y saco, sabe tratar al público usuario, atiende señalamientos viales y es respetuoso de los semáforos, donde siguen operando y percibe un salario decoroso.

                Un chofer es quien maneja un taxi libre o un autobús del servicio urbano, descuidado en su presentación personal, apestosa su unidad vehicular, hace correr su vehículo a grandes velocidades dentro de la ciudad, se pasa los altos, se atraviesa al automovilista más cuidadoso y por añadidura, si el sistema de frenos de su camión, ha sido inspeccionado.

                Queda la constante de siniestros y accidentes viales, interminables que no coinciden con la que fuera la Atenas  de Veracruz. Es todo.