El que se enoja pierde relación entre la ira y la salud

Existe una relación directa entre estar constantemente enojado, en actitud competitiva y agresiva, con la enfermedad cardiaca prematura. Investigaciones recientes indican que los hombres que tienen un pobre manejo del enojo tienen mayor probabilidad de sufrir infartos antes de los cincuenta y cinco años, en comparación a otros hombres con mejor manejo de sus emociones. Por otra parte, otro estudio sugirió que el índice de hostilidad de los sujetos era mejor para predecir la incidencia de infartos que otros factores más conocidos, como lo son: niveles de colesterol, consumo de alcohol, fumar y tener sobrepeso.

Además de esto existe mucha evidencia de que el enojo está relacionado con cáncer, depresión, trastornos de ansiedad, y que en general deprime el sistema inmunológico; de esto resulta que la gente que tiene un pobre manejo del enojo enferme constantemente de gripas, jaquecas y problemas gastrointestinales.
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Para hacer las cosas peores, estas personas tienden a buscar alivio de estos estados de ánimo por medio de otros hábitos que ponen en riesgo su salud, como son: fumar, beber en exceso o consumir drogas. También pueden buscar fugarse de estos enojos por medio de conductas compulsivas, como son: el trabajo excesivo (workaholism) y otras actitudes perfeccionistas.

Los efectos negativos del enojo tienen más que ver con la duración que con la intensidad o frecuencia del enojo. La experiencia normal del enojo tiene una duración limitada de minutos, pero sus formas más sutiles, como el resentimiento, la impaciencia, la irritabilidad y una actitud gruñona en general, pueden durar horas, días e incluso más.

Algunos experimentos de laboratorio muestran cómo incluso estas formas más sutiles de enojo disminuyen las habilidades relacionadas con la resolución de problemas y la competencia general en el desempeño, ya que además de incrementar el índice de error, el enojo disminuye y hace más estrecha la capacidad de enfoque mental, lo que tiende a oscurecer perspectivas alternativas. No hay nada que puedas hacer estando bajo estos estados de ánimo, que no puedas hacer mejor no estándolo.
Para concluir, podemos decir que las personas que tienen problemas con el manejo del enojo viven menos, enferman más, se deprimen más, son más propensos a cometer errores en su vida, y que estos errores pueden tener muy variadas consecuencias en todas las áreas de sus vidas en las que el juicio sea un factor determinante.

Si tú, o alguien que tú conozcas tiene problemas para manejar su enojo, existen muchas cosas que pueden ayudarlos; para empezar, todos los tipos de meditación, incluyendo el yoga, suelen ser sumamente efectivas. Las redes de apoyo, los grupos de autoayuda y las actividades sociales relajadas pueden resultar también útiles. Además, existen técnicas efectivas que pueden ayudar, como por ejemplo el “tiempo fuera” (time out). Sin embargo, las personas con problemas de enojo suelen presentar un estilo de pensamiento enojado, estilos de relaciones de enojo, maneras de ver la vida enojados y toda una serie de hábitos de enojo que se resuelven mejor con ayuda psicológica profesional.