Contaminación detona leucemia y daños renales

  • Empresas del ramo automotriz, eléctrico, químico y textil en la Cuenca del Alto Atoyac generan exposición a agentes tóxicos.

La exposición a agentes altamente tóxicos como arsénico, malatión, glufosinato, glifosato y picloram, plomo, cromo y cadmio está detrás de casos de enfermedad renal crónica (ERC), leucemias agudas y padecimientos cardiovasculares que padecen habitantes de la Cuenca del Alto Atoyac (CAA), que abarca municipios de Puebla y Tlaxcala.

Dichos tóxicos, emitidos por las industrias asentadas en la cuenca, principalmente del ramo automotriz, eléctrico, químico y textil, entran en el organismo de los pobladores por agua, tierra y aire.

Así lo advierte el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) en su primer informe estratégico Cuenca del Alto Atoyac (Tlaxcala y Puebla): Región de emergencia sanitaria y ambiental; problemática socioambiental y recomendaciones para su atención integral, realizado luego de que, en los últimos años, se prendieran las alarmas por el incremento en la mortalidad de jóvenes de la región debido a casos de ERC.

El estudio que durante abril y mayo el Conahcyt promoverá mediante webinars, para promover mayores aportes que complementen el primer informe advierte que las industrias establecidas en la CAA son las que más emiten contaminantes en la región.

Entre los tóxicos más importantes se encuentran: metales pesados, metaloides, compuestos orgánico-sintéticos, plaguicidas, entre otros, que son vertidos y emitidos al agua, al aire y al suelo”, alerta.

Mapa que muestra las zonas afectadas en la Cuenca del Alto Atoyac.
Los elementos y compuestos químicos encontrados en la población participante en los distintos estudios son tóxicos. Los efectos adversos en la salud humana son ampliamente conocidos y de carácter sistémico, porque pueden causar mortalidad prematura”, indica.

Subraya también que los contaminantes que causan enfermedades y muertes en la CAA, “no solamente se descargan y acumulan en el agua, sino también en el aire y en el suelo, complicando los escenarios de exposición a los que han estado sujetos los pobladores de esta región”.

UN PROBLEMA AÑEJO
Aunque en 2011, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) publicó una Declaratoria de Clasificación de los ríos Atoyac y Xochiac, estableciendo metas de calidad del agua para limitar la descarga de contaminantes a la red fluvial, más de una década después, la contaminación en estos afluentes, que corren por la CAA, persiste.

En 2015, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Conagua clausuraron 27 industrias establecidas en la cuenca del río Atoyac, en Puebla y Tlaxcala, debido a descargas contaminantes y el manejo inadecuado de residuos peligrosos.

De acuerdo con el más reciente monitoreo de aguas superficiales de la Conagua (2022), el río Alto Atoyac se encuentra entre los más contaminados del país, en semáforo rojo en materia de contaminación, pues no cubre uno sólo de los criterios que implica su monitoreo, ya que recibe un alto volumen de descargas industriales y municipales que convierte sus aguas en veneno.

En su primer informe, el Conahcyt destaca el impacto ambiental lo largo de las últimas décadas.

La región presenció un desarrollo económico de aparente prosperidad, pero la organización de procesos mercantiles globales, que privilegió la rentabilidad de empresas transnacionales, promovió ‘externalidades’ sanitarias, sociales y ambientales de consecuencias graves para las comunidades locales. Lo anterior ha provocado que en esta cuenca se presenten tasas de incidencia, prevalencia y mortalidad de enfermedades prevenibles mucho mayores a los promedios nacionales.

La evidencia científica presentada en este primer informe demuestra que estas altas tasas son causadas por la exposición a tóxicos y procesos contaminantes de las industrias”, afirma.

Gráficas de barras que muestran los contaminantes que hay en la Cuenca del Alto Atoyac.

ENFERMEDADES DE CADA DÍA
En la Cuenca del Alto Atoyac, la incidencia y mortalidad por enfermedad renal crónica están por encima del promedio nacional, mientras que en la región, la mayoría de los casos de leucemia son de alto riesgo.

La población en esta cuenca asciende a un millón 133 mil 149 habitantes de 47 municipios de Tlaxcala (79.5% de la población total de la entidad) y dos millones 844 mil 364 habitantes de Puebla, lo que equivale a casi la mitad de la población total poblana.

La enfermedad renal crónica es uno de los focos rojos de la región, atribuido directamente a la alta contaminación. En esta zona, la ERC ha afectado, sobre todo, a los jóvenes de entre 20 y 24 años. Para este grupo etario, la tasa de mortalidad se incrementó 58% en la última década.

Para el 60% de los municipios en la CAA, la primera causa de egresos hospitalarios está directamente relacionada con la fase terminal de la ERC, una de las más costosas en términos económicos, no sólo para el sistema de salud, también para las familias, en quienes además recae un alto peso psicoemocional”, establece el reporte.

En el tema de leucemias, explica que cerca de 41% de los casos en menores de 19 años en los estados de Tlaxcala y Puebla residen en la CAA, mientras que 58% de éstos son de alto riesgo.

Detalla que los municipios de Ocoyucan, Coronango, Juan C. Bonilla, San Pedro Cholula, San Andrés Cholula y Puebla en el estado de Puebla, y Papalotla de Xicohténcatl y Tenancingo en Tlaxcala, al sur de la cuenca, “presentan las relaciones más significativas entre tasas elevadas de mortalidad por leucemias agudas en personas de 0 a 19 años y los niveles de contaminación más altos por metales y arsénico detectados en el río”.

Al margen del río Atoyac, que es utilizado como basurero, se recogieron más de ocho mil toneladas de basura.

RECOMENDACIONES
Éstas son algunas de las sugerencias que el Conahcyt da para atender la problemática en la Cuenca del Alto Atoyac (CAA):

Crear una red de monitoreo ambiental en la zona.
Instaurar un programa de análisis químico atmosférico para sustancias orgánicas sintéticas, plaguicidas y partículas suspendidas.
Vigilar la presencia de metales pesados y plaguicidas en hortalizas y otros alimentos.
Crear un organismo para el diagnóstico de la salud pública ambiental.
Implementar un programa de tamizaje para la detección temprana de enfermedad renal crónica (ERC).
Establecer unidades médicas móviles enfocadas en la detección temprana de enfermedades como leucemias y ERC.
Declaración de región como zona prioritaria de investigación y atención sanitaria, ambiental y social.
Diseñar un plan de respuesta ambiental a partir de la información acumulada hasta ahora y con la que arroje el monitoreo de la red fluvial, la atmósfera y el suelo.