Día internacional de la danza: Mover cuerpo y pensamiento

  • La coreógrafa y bailarina Evoé Sotelo cierra su gestión al frente de Danza UNAM con una actividad que convoca a 177 compañías y mil 700 artistas

Desde la perspectiva de la danza, moverse no sólo implica desplazar el cuerpo para bailar, “la danza significa también agitar nuestro pensamiento, activarnos dentro de una comunidad y participar de lo que sucede dentro de ese espacio social”, comenta la coreógrafa y bailarina Evoé Sotelo.

En el movimiento siempre está la posibilidad de construir algo nuevo, de poner en acción nuestro pensamiento crítico, de incidir de manera propositiva en los cambios”, afirma en entrevista con Excélsior la directora de Danza UNAM.

Por esta razón, la investigadora seleccionó la frase Provocando el movimiento como lema de la celebración del Día Internacional de la Danza (DID) el 27 de abril en siete escenarios del Centro Cultural Universitario.

La octava edición del DID Danza, “la rebelión de los cuerpos que buscan, expresan y comparten significados”, ofrecerá 12 horas de programación continua, de 10:00 a 22:00 horas, en la que participarán 177 compañías y mil 700 artistas de siete estados, desde Baja California hasta Oaxaca, y de Colombia y España.

Evoé Sotelo, coreógrafa y bailarina.

Con el coreógrafo español Juan Domínguez y el Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández como invitados, el DID Danza 2024 será la actividad con la que Sotelo cerrará su ciclo como titular de Danza UNAM, tras siete años al frente.

También estamos reflexionando sobre el contexto político nacional y sobre el espacio universitario, en este periodo de cambios y nuevas perspectivas. Pensando también que ya estoy terminando mi ciclo en esta dirección, el 30 de abril; el DID es mi último evento, lo que me alegra, porque es el más importante y querido.

Es fundamental moverse. Este ciclo fue muy nutritivo, lleno de oportunidades para impulsar proyectos, para pensar la danza y abrir espacio para esas danzas menos visibles. Es tiempo de cerrar y moverse. Con mucha expectativa de lo que viene”, señala la gestora cultural.

La egresada de Coreografía de la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del INBA y especialista en Políticas Culturales y Gestión Cultural por la UAM admite que el periodo de la pandemia fue difícil; pero, a pesar de esto, hubo varios logros durante su gestión.

Estuvimos muy activos. Propusimos contenidos que quedan como un documento histórico. En la adversidad siempre emerge nuestra naturaleza creativa.

Me tocó establecer los lineamientos del Taller Coreográfico de la UNAM, que no habían existido en más de 40 años; integrar la Compañía Juvenil de Danza Contemporánea, de nueva creación, y también concebimos sus lineamientos; y el surgimiento de la Cátedra Gloria Contreras, con sus respectivos lineamientos”, detalla.

Bailarines ejecutando una rutina.
La también docente agrega que le tocó generar cuerpos colegiados, “que son importantes ahora”; también regular el recurso de hacer convocatorias públicas, para la participación amplia del sector. “Fue un ejercicio democrático. Fue un trabajo muy laborioso y comprometido. A veces los funcionarios le sacan la vuelta a lo jurídico, pero ya quedó la estructura”.

La codirectora desde 1992 de la compañía Quiatora Monorriel, al lado de Benito González, a la que regresará a crear y a bailar, destaca que el lema de la Dirección de Danza siempre ha sido Todas las voces, todos los cuerpos.

Hemos propiciado que el desarrollo de la danza desde la UNAM integre una perspectiva plural e incluyente; trabajamos con todos los sectores, comunidades y géneros. La danza y sus vínculos con la ciencia y la tecnología, la transdisciplina.

Se ha diversificado la experiencia de la danza. Ésta ya no es una opción sólo para el disfrute, sino que se entiende como espacio de expresión humana complejo, diverso y que propicia y remueve nuestras nociones sobre la disciplina y el arte. La danza también es una forma de pensamiento crítico”, concluye.

Sotelo considera que el DID Danza se ha consolidado. “En 2023 recuperamos los 25 mil asistentes que tuvimos en 2019, previo a la pandemia. Creo que este año podemos superar esta cifra. Pues hemos visto que ya se regularizó por completo la afluencia del público a funciones y talleres. Sin embargo, no apostamos por llegar a un número, lo que nos importa es la calidad de la programación”.