MES PATRIO CON ADORNOS, ENFERMOS Y DESOLACIÓN
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RAÚL GONZÁLEZ RIVERA
MES PATRIO CON ADORNOS, ENFERMOS Y DESOLACIÓN
Por más adornos que coloquen en alusión al mes patrio de septiembre, lo cual se debe reconocerse a la autoridad que lo esté haciendo, la ciudad muestra ya los estragos de la pandemia que genera más enfermos y la desolación fuera de las calles del centro histórico, en las periferias y el ir y venir en las tiendas que ofertan los productos básicos.
La gente soslaya a propósito que se trata de festejar a los héroes que le dieron al país la independencia del coloniaje de tres siglos, porque igual, desde entonces y antes el grueso de la población sigue siendo tan pobre como entonces.
Los registros del INEGI refieren que de 62 millones la cifra se elevó a 73 millones de mexicanos hundidos en la pobreza y doce millones de éstos están metidos sin una sola esperanza de abandonar la absoluta miseria. Las cuentas alegres solamente se dan en el discurso político, en tanto los pleitos en el escenario de lo público continúan a pasos de gigante.
En otros tiempos la gente gustaba de lucir sus mejores galas en estos días de recordatorio a la gesta que suscribieron nuestros antepasados, en la constante de las luchas que habrían de brindar a la patria, primero el sentido para sentirla como tal y lo consecuente que el festejo confirmara que el pueblo de manera mayoritaria estaba feliz.
Sin embargo, son días y noches de constante luto. Dice una actriz del cine azteca que solamente quien ha perdido un familiar en las garras del coronavirus o cuenta de un hijo o hija desaparecidos, es suficiente para entenderlos en su desesperación, la desolación que se pinta en sus rostros y la tristeza que no puede ser ocultada a su paso por nuestras ciudades.
El espectro que exhibe una ciudad en tiempo de crisis por los contagios, las muertes y los seres desaparecidos es demoledor, porque el abandono se aprecia a la distancia y los centenares de anuncios de “se vende” o “se renta”, de centenares de bienes inmuebles, le recuerdan a cualquiera que a la crisis de la salud debe agregarse la crisis económica, el desempleo y la temible inseguridad pública que galopa en forma tremendista por todos los rincones de nuestras ciudades.
El parque de Los Berros fue cerrado para las familias xalapeñas desde hace seis meses o más precisamente en marzo inició históricamente su clausura, pero en memoria del “padre” de la patria se iniciarán mañana los homenajes que el estado le rinde a los héroes y en memoria de la lucha por la Independencia de este apabullado país. Los símbolos patrios fueron en un pasado, inclusive no remoto, un motivo para que los mexicanos hicieran de su festejo un acto que religiosamente siguieron año con año.
Cierto es que la escuela dejó por lapsos el cultivo de la historia de un país que se sometió a los españoles y que lamentablemente, nadie en las aulas, les enseñó cómo hacerse ricos trabajando honestamente, como lo hicieron y siguen haciendo los vecinos del país del norte o a procurarse un acervo educativo y cultural que les permitiera asemejarse a la igualdad tan preciada que cuentan en su favor los estados de la Europa Occidental.
Los latinos, y específicamente los mexicanos, quedaron a la zaga, quizá alguna de sus justificaciones sea, que nacieron mil 500 años después de aquellos países desarrollados, y que por eso a las naciones de este lado del mundo se califique o llame del tercer mundo.
APAGAN LOS SEMÁFOROS, PERO NO HAY AGENTES DE TRÁNSITO
En algún momento hubo un gobierno del estado que quiso imponerse retirando los semáforos y acallando el pito de los agentes uniformados de Tránsito del Estado, pero a cambio instruyó que se dieran orientaciones sobre educación vial a los niños y adolescentes en vivo, en las calles y avenidas de la ciudad.
Don Rafael Platas, luciendo su uniforme de guardián del tránsito vehicular y peatonal, asumió el control de las calles personalmente y llevando a ejércitos indistintos de niñas y niños les introdujo en el escenario, donde los agentes cuidaban precisamente del paso en nuestras calles, además de comenzar en aquellos tiempos con la instalación precisamente de los semáforos.
Con el paso de los años se convencieron propios y ajenos al rubro en cuestión, que la conducción y cuidado de la circulación de personas y vehículos de motor era al cien, contando con el servicio de los semáforos, sobre todo en arterias tan complicadas como son las que tiene Xalapa, una ciudad surgida de la insana improvisación y que jamás ha contado con un plano regulador, como ocurrió en ciudades como Coatzacoalcos o el vecino puerto de Veracruz.
Hoy día, la ciudad vive un caos que puede alcanzar de entre 18 y 24 horas. Y es que ahora en la mayoría de las arterias públicas no hay semáforos, lo cual se antoja como una verdadera catástrofe, porque hay calles como Juan Soto donde el Uno por Uno simplemente llama a que se escenifique una colisión de automovilistas.
En la calle de Xalapeños Ilustres, ídem, y en general el sistemita de Uno por Uno no funciona y la ausencia de uniformados de tránsito o transporte torna mucho más complicada la circulación que anteriormente en que operaba de alguna manera el servicio de los semáforos,
Por obvias razones, el tumulto lo provocan los policías viales que están a la caza de automovilistas y traileros en las entradas de Xalapa, ya sea viniendo de la ciudad de México como de ida al puerto de Veracruz. Se cuenta que en tiempos de transformar la vida pública de los mexicanos, es creíble que un cambio debiera ocurrir de entrada con un servicio tan elemental como es el vial o de tránsito.
Si a esto le suma usted los operativos que realizan las compañías de grúas, todos estos atracos caen necesariamente en la más absoluta ilegalidad, consistentes en el levantamiento de automóviles nomás por peteneras, entre el ayer y el presente no hay ninguna diferencia.
Tampoco hay quién meta en cintura a los automovilistas que dejan abandonados sus vehículos por semanas y meses en muchas calles, como que en las rúas de doble sentido, en donde tránsito confirma su ausencia, porque teniendo la oportunidad de oro para levantar infracciones imponiendo multas conforme al reglamento de la Ley de Tránsito estatal y no lo hace.
La vox populi coincide en que al menos en esta asignatura, al momento siguen operando autoridades viales, igual que las menos soberbias y prepotentes de los regímenes tricolores del pasado.
GILBRÁN RAMÍREZ VA POR LA DIRIGENCIA NACIONAL DE MORENA
El joven Gilbrán Ramírez, politólogo a los 30 años de edad, soltó una tronante declaración que de momento acalló las voces de los morenistas supuestamente más recalcitrantes con dicha doctrina, al sentenciar categóricamente que no existe Morena, que está en ruinas todo cuanto hace y que los pleitos hacia sus interiores evidencian el derrumbe de un novedoso membrete partidista, que estaría por sucumbir radicalmente.
Gibrán Ramírez, joven filósofo, asegura que es simpatizante del presidente López Obrador desde que contaba con 14 años de edad. Ahora tiene 30 años y la madurez suficiente para disputarle a los morenistas la conducción de un partido que, a ciencia cierta, ha venido dando tumbos, sin saber por qué ruta inclinarse.
Si bien ganó la elección presidencial de 2018, esto se debió única y absolutamente a la presencia del único líder creíble que había en ese momento y que es el actual presidente de la república.
Lamentablemente para su causa, el movimiento en cuestión ha tenido que aceptar que es bastante débil, que la elección que viene de 15 gobernadores en el interior del país, será una dura prueba para convencer a un electorado que por avispado, igual, se ha fraccionado inobjetablemente.
Y es que a decir, un verdadero dirigente, que pueda ser lo suficientemente confiable para levantar o erigir o mantener la credibilidad de un partido que ganó las elecciones de manera prácticamente absoluta, no lo ha habido y los que tuvieron la suerte de encabezar a Morena-partido, no levantan el ánimo de la gente, como fue en el pasado no lejano.
El politólogo Gilbrán se ha dado a conocer por sus apariciones en los canales de la televisión oficiales, sobre todo porque ha tenido que confrontar a poderosos hombres de la empresa y la política, lo mismo de su filiación partidista, como de otras siglas y a los propios colegas suyos y periodistas, a los que ha replicado con valentía, pero lo cual no le augura un futuro muy promisorio, pero en este momento se defiende porque lo acusan de parecer un indígena inculto. Algunos le critican inclusive si usa o no bigote.
Empero, hay que reconocer a Gilbrán, quien pese a su corta edad ha podido navegar en las nauseabundas aguas del quehacer que tiene conexiones con la política y sus actores y actrices más probados en la supuesta lucha de la izquierda.
Más aun, se ha empeñado en acusar la improvisación de los amos de Morena, lo cual le da pie para anunciar que se la rifará con cualquiera de sus gallos, por la presidencia de un joven partido también, que bajo esta tesitura, igual, puede derrumbarse porque en nada su reciente creación es garantía de triunfo en el porvenir inmediato. Al tiempo.