EL PUERTO DE VERACRUZ, ENTRE LA VIOLENCIA Y LA MODERNIDAD
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RAUL GONZALEZ RIVERA
EL PUERTO DE VERACRUZ, ENTRE LA VIOLENCIA Y LA MODERNIDAD
Los porteños o jarochos específicamente, están pasando las de Caín, debido a la violencia que se ha desatado en las últimas semanas, con saldo de robos a mano armada, ataques en casas habitación y el terror pintado en el rostro de jovencitas, hijos y nietos de prominentes familias, que a su vez aseguran que la vida pende de un hilo, y que la tierra de Salvador Díaz Mirón se encuentra metida en un profundo bache, cuando también se habla del nuevo Veracruz, que se construye desde hace ya varios años atrás.
Lo que ocurre- señalan buenas familias porteñas- es que la tranquilidad se les acabó. La alegría que derrochaban los porteños, no encuentra la paz en estos momentos. La delincuencia prácticamente desbordó lo que quedaba de la sociedad creyente todavía de que el orden tendría que sobrevenir. No es así. Nomás el día de anteayer se registraron cinco atentados, con intenciones por parte de sus autores de despojar de sus bienes a conocidas y añejas familias de esa municipalidad.
La seguridad pública, no corresponde brindarla al ayuntamiento local, no obstante que en la letra se diga lo contrario. La policía municipal, como sucede en las municipalidades donde viene operando, está bastante lejanas de ser una corporación actualizada, con elementos previamente capacitados al grito de las exigencias y necesidades sociales del momento, carece de armamento sofisticado y en algunos casos, viajan en camionetas, con el logotipo de rigor, pero definitivamente no saben hacia donde van, que tratan de decirle a la población con imprimirles a sus vehículos velocidades, como si estuvieran en la competición de carros de carreras en Monte Carlo.
La constante de actos de pillaje y otros, mantiene a los porteños con el Jesús en los labios, en una tierra que de siempre había sido asiento y residencia de ciudadanos alegres, familias completas que degustaban todos los días en el área de los portales, ya fuera bebiendo café o consumiendo bebidas espirituosas.
Días de paz social y sana recreación, hacía constar en sus largas entrevistas publicadas en el decano de la prensa nacional, por el maestro Alfonso Valencia Ríos. Veracruz, estaba n un cuarto o quinto lugar, entre los puertos preferidos de los turistas procedentes del extranjero y el resto de la nación azteca.
Sin embargo, de un tiempo acá, pero principalmente en los dos últimos años las secuelas de la violencia se han ensañado en las calles, barrios tradicionales, colonias y pasajes de un puerto cuya gente que lo habita poco lee los libros, algo la prensa escrita, pero que gustaba de reír, cantar, bailar y llorar en sus tantos espacios para el bailongo y la fiesta, que nunca terminaba.
Jarochos de todos los tiempos, añoran los días en que gobernaron paisanos suyos de cepa, como fueron Arturo Llorente González. Manlio Fabio Tapia Camacho, Roberto Avila González, Virgilio Cruz Parra, Juan Maldonado Peredo y hasta el abogado Alberto Tejeda Patraca.
Hoy, se duda que los porteños vayan a celebrar su fiesta de carnaval de febrero próximo. La pandemia por el coronavirus y la inseguridad, no tienen para cuando terminar, menos que les vayan a permitir un espacio en el tiempo, para reencontrarse con la tradicional fiesta, todo un agasajo para el grueso de los veracruzanos, que radican y llegan a estas tierras, que no salen de su asombro, porque tienen bastante tiempo de estar a la espera de que soplen vientos más generosos y ajenos a todo aquello que atormenta cotidianamente la existencia de un pueblo sano y feliz. Al tiempo.
LUIS ALBERTO POZOS GUZMÁN, VOLVIÓ A XICO EN PUEBLO MÁGICO
A la distancia es cuando se recuerda la huella que dejaron los habitantes de la histórica ciudad de Xico, como es el caso del CP Luis Alberto Pozos Guzmán, personaje que gran parte de su vida la dedicó a fortalecer las filas priistas, pero cuando el pueblo lo apuntaba para ocupar la presidencia municipal, el partido tricolor se lo negó, así que el panismo aprovechó ese tropiezo, para abanderar las aspiraciones de uno de los hijos pródigos de esas tierras.
En las trincheras del viejo régimen, el contador de profesión, habría servido en todos los frentes de la batalla que libraban socios priistas, contra los propios priistas. Sorda, pero pacífica fue es aguerra por los huesos del poder público, aun en la esfera menos socorrida en otros tiempos, que era convertirse en el edil mayor del ayuntamiento municipal.
Ahora bien, si los priistas lo perdieron todo o casi todo, es porque ellos así se lo buscaron, pero el pueblo que no es tonto ni tarado optó por darles las espaldas. No era nada reconfortante que la gran sociedad siguiera rindiendo su apoyo a los políticos egresados de las filas tricolores y que en uso del poder enriquecieran hasta el asco, y voltearan la espalda a los ciudadanos común y corrientes.
Las huestes que encabezó Gonzalo Morgado Huesca, se hartaron de los beneficios de ocupar chambas políticas por más de 40 años-
O acaso los lideres, viejos lobos del mar, como Carlos Domínguez Milian o Manuel Ramos Gurrión, amo y señor de todas las artes y mañas que el partido pudiera alcanzado en más de medio siglo, presumieron que podrían ganar la eternidad, claro que no, se fueron de este mundo, otros le siguieron los pasos heredados, pero su final estaba próximo como podía sospecharse a la distancia.
La soberbia nubló la vista de los amos del partido y los clarividentes, que aseguraban que un priismo como aquel estaba condenado a alcanzar los cien años de vida, no obstante que la indisciplina a muchos empujaría a abandonar sus nauseabundos despachos de Moreno y Ruiz Cortines, y prefirieron pasarse a filas de la oposición, total, que con esta medida quedaba de manifiesto que el viejo régimen jamás ostentó una sólida ideología.
Así que personajes, como Luis Alberto Pozos Guzmán, prefirieron irse, aceptar que les llamaran tránsfugas, traidores y desleales. Que ya como militante del partido albiazul, igual conquistó el voto de sus paisanos, la hizo de alcalde de Xico y hasta logró la calificación de pueblo mágico para su municipalidad.
ANDIDATOS DE MORENA, CONTRA POBREZA, DELINCUENCIA Y EL COVID
Sin duda, el presidente Andrés Manuel López Obrador al no figurar en las listas del próximo proceso electoral, dejará en manos de candidatos morenistas la gran tarea de responder a los tres grandes problemas que afronta la sociedad azteca, y a los cuales sigue sin vérseles su final de manera feliz.
Lo primero, que dichos candidatos, no tendrán el arrastre, carisma y forma de pensar de su jefe y guía, que en este caso, es el político tabasqueño.
En 2018, muchos se subieron al carro triunfalista del presidente, y consiguieron chambas políticas por decenas. Sin embargo, ninguno de esos personajes que ahora cobran muy bien, ha imitado siquiera una conferencia mañanera cada semana, menos aún ha podido dar respuesta a las grandes insatisfacciones y demandas populares.
La sociedad mexicana, enfrenta con bastante seriedad los estragos que está provocándole la hambruna, que deriva en una pobreza lastimosa, extrema. Becas, apoyos y demás regalías que en muchos casos siguen fluyendo desde la cima del poder, han sido bienvenidos, pero no resuelven al grueso de compatriotas el desempleo, que se bambolea victorioso tras de sufrir los otros dos golpes, cuasi mortales de la inseguridad pública y el coronavirus.
Cierto, la violencia en las calles no cesa. La cifra de muertos rebasa a los numeritos de los regímenes anteriores, así que ya no se puede echar la culpa a los ex servidores públicos de un pasado ominoso, que arrancó hace 36 años y que causó verdaderas calamidades al país y sus habitantes en todos los rincones de esta patria ensangrentada.
Está por terminar el año, y el coronavirus sigue cobrando enfermos y víctimas mortales. Los actores de la coordinación sanitaria desgañitan tratando de conminar a los mexicanos a saber resguardarse y mantener las condiciones de sana distancia, lavarse las manos constantemente y portar el cubre-bocas, aunque el presidente AMLO asegura que le han dicho los expertos en salud pública, que no es necesario. Cita en su caso al doctor Hugo López Gatel-Ramírez.
Tal vez, esté faltando el mensaje que brinde a la sociedad civil, una mayor certidumbre acerca de las políticas públicas que aplican conforme a la estrategia seguida a raíz de aparecer en México, el primer contagiado de la pandemia.
Así que, en el caso de futuros candidatos morenistas, tendrán la doble misión de convencer para vencer a un electorado, si bien votó en favor y conserva hasta en un 71 por ciento las simpatías y confianza en el presidente López Obrador, más no es en el caso de los futuros aspirantes a curules locales y federales, como corresponderá a la entidad veracruzana.
Si algunos que ya están en el poder legislativo, pretenden repetir, mucho tendrán que demostrar al pueblo para no verse rebasados por las exigencias electorales y sociales, porque el papel que han jugado no pocos de aquellos, no fue ni es el esperado popularmente. Es decir, que se subieron al carruaje del reparto de privilegios y huesos que roer, pero no han correspondido aún a la voluntad de la sociedad.
Y en esas condiciones, que los candidatos harán con su sola presencia, que se dé el piso parejo para todos cuantos buscarán chambas de diputados locales y de diputados federales. Más aún, porque quienes lo quieran hacer como candidatos independientes, es decir, sin ostentar ninguna bandera partidista, estarán en igualdad de condiciones para competir, ganar o perder. Esperemos.
El 71 por ciento de las preferencias sociales, lo obtiene AMLO, no el resto de colaboradores ni ediles ni funcionarios gubernamentales en la gran provincia azteca, que se anclaron en las trincheras de Morena y lograron chamba política. Es todo.