Ante la falta de respiradores, decisión sobre quién recibirá acceso a recursos podría tomarse lanzando una moneda

  • El Consejo de Salubridad General es un órgano colegiado que depende directamente del Presidente de la República. Es la autoridad sanitaria cuyas disposiciones son obligatorias en el país.

Ciudad de México

El Consejo de Salubridad General en México lanzó este fin de semana la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica, en el cual se establecen las disposiciones científicas y éticas para atender la contingencia del COVID-19 en los diferentes hospitales públicos y privados del país.

Entre los lineamientos destaca la realización de video llamadas telefónicas para pacientes en estado crítico que deseen despedirse de sus familiares, recomendaciones para determinar qué enfermo será sujeto a los recursos del sector salud disponibles, como si tiene otra enfermedad o si es más joven, así como una serie de reglas para que los familiares de estos pacientes puedan apelar a las decisiones médicas.

En el caso de existir un empate entre dos pacientes con las mismas características como edad y sexo que requieran respiradores, uno de los insumos que en la guía se reconoce que escasean, se deberá “recurrir al principio vida-completa. Ello quiere decir que pacientes más jóvenes han de recibir atención de cuidados intensivos sobre pacientes de mayor edad. Las categorías de edad propuestas son: 0-12, 12-40, 4160, 61-75, y +75”.

Sin embargo, también se establece que si al recurrir al principio de vida-completa no hay desempate, “la decisión sobre quién recibirá acceso a los recursos escasos deberá de tomarse al azar (por ejemplo, lanzando una moneda)”.

Además, el sexo del paciente también influirá cuando exista un empate. Para ello el Consejo de Salubridad General recomienda “tomar en cuenta que la tasa de mortalidad por COVID-19 no es la misma entre los sexos”.

El Consejo de Salubridad General es un órgano colegiado que depende directamente del Presidente de la República. Es la autoridad sanitaria cuyas disposiciones son obligatorias en el país.

En la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica lanzada este fin de semana sus integrantes reconocen que ante “la carencia de equipos suficientes en medicina crítica”, como es el virus del COVID-19, es necesario “tratar de resolver algunos de los problemas éticos que surgen durante una emergencia de salud pública, y disminuir la angustia moral que enfrentará el personal de salud ante la necesidad de asignar recursos escasos de medicina crítica”.

La guía también muestra los lineamientos para que la “distribución de los recursos limitados no se lleve a cabo de manera arbitraria o discriminatoria, sino con criterios de atención a la salud pública”.

Una de las disposiciones establecidas es que cada centro de salud, público o privado, donde se provea atención médica por Covid-19 deberá conformar órganos de triaje, que se encargarán “de asignar los recursos escasos de medicina crítica”.

Los grupos de triaje serán “nombrados conjuntamente por el director de la unidad de cuidados críticos y el director del servicio de salud”.

Sobre el perfil de sus integrantes el documento indica que estos grupos o equipos estarán conformados por tres personas, idealmente, por un médico intensivista o urgenciólogo; un profesional de enfermería intensivista o urgencias médicas; y un administrador del centro de salud.

Además, la guía ofrece con ejemplos los criterios que deben tomarse en cuenta para disponer de respiradores, un bien que escasea de acuerdo con la guía. Se privilegia a los pacientes que son jóvenes por encima de personas de mayor edad, pero también si se tiene uno o más enfermedades. En caso de dos pacientes con las mismas posibilidades se establecen los criterios de desempate arriba señalados.

“Utilizar estos principios para asignar recursos de medicina critica escasos genera problemas cuando no enfrentamos a casos como el que siguiente: paciente A de 80 años necesita de un ventilador, paciente B de 20 años necesita de un ventilador. Si paciente A recibe el ventilador ella vivirá 7 años más, si paciente B recibe el ventilador ella vivirá 65 años más. Ante dicho problema se tiene que introducir un principio adicional: salvar la mayor cantidad vidas-por-completarse…Una vida-por-completarse se deben de entender como aquella que aún no ha pasado por los diferentes estados de desarrollo bio-psico-social humanos (i.e. infancia, adolescencia, edad adulta, vejez)”.

A consideración de los integrantes del Consejo, el “recurrir al principio de vida-completa no discrimina injustamente a las personas comparativamente más viejas. Ello es así pues la persona que no recibe tratamiento ha gozado de un bien, vivir una vida que incluye más etapas, por más tiempo. Esto quiere decir que la persona de menor edad está en una situación donde perdería mucho más si no accede a los recursos escasos de medicina crítica. Lo que perdería es la posibilidad de obtener el bien de vivir una vida que incluye más etapas”.