FEMINICIDIOS, DESAPARICIONES E INSEGURIDAD, TEMAS INTOCADOS

60 SEGUNDOS

RAÚL GONZÁLEZ RIVERA

FEMINICIDIOS, DESAPARICIONES E INSEGURIDAD, TEMAS INTOCADOS

                   Hay tres temas que bien podrían asumir como bandera de lucha los próximos partidos políticos de estreno o, en su defecto, que alguno de los membretes existentes se decida por confrontar una tercia de rubros en los que necesariamente la gente está metida, muy por encima de saber si los ex presidentes del país robaron, porque hasta hoy siguen siendo intocables, aun aquéllos que protagonizaron crímenes de lesa humanidad y genocidio.

                   Estos temas tienen que ver con un creciente reclamo relacionado con las desapariciones forzadas, los feminicidios y la inseguridad pública.

                   Júrelo usted que si alguno de los tiradores por alguna de las 15 gubernaturas que estarán en juego el próximo año de 2021, invoca alguno de los tres renglones mencionados anteriormente, bien podría captar el interés de una mayoría, pues se trata de hechos que conforme trasciende el tiempo aumentan su persistencia y el país todo, avista con una singular preocupación que una problemática semejante, no cede, sino al contrario.

                   Hay molestia en algunos grupos plenamente identificados, porque las fuerzas del ejército mexicano patrullen las calles de nuestras ciudades, pero valdría la pena también hacer una reflexión relacionada con el tema, porque en la constante de los sucesos donde la violencia presenta cartas credenciales, la debilidad que muestran las fuerzas policiales, es evidente menor.

                   Queda pendiente todavía una interrogante en la ciudadanía por cuanto a saber qué papel jugará la Guardia Nacional, si ésta será coadyuvante del trabajo definido que realizan las fuerzas del Ejército Mexicano y los elementos de la Marina, porque dicha agrupación no se considera que vaya a sustituir a las distintas policías que operan en los estados del interior del país y los cuerpos de policía municipales, sobre los que existen profundas dudas acerca de su efectividad a la hora de proteger la vida de los ciudadanos y el patrimonio de una sociedad que perdió gran parte de la paz social.

                   No hay que olvidar que tiempos idos fueron mejores, es decir, cuando los ciudadanos y las familias completas podían caminar por las calles sin tener que confrontar temor alguno y que la zozobra dañe el sentir y la seguridad de quienes disfrutaban los parques públicos, la ida al cine, el café a la intemperie, sin más queja que experimentar los cambios del clima, que igual fue bastante generoso por largos periodos. Carlos Monsiváis, el escritor y poeta, advertía que el tiempo pasado fue mejor, pero ya no existe.

                   Si algunos candidatos, los del futuro, muestran algún interés por la temática que alude al terror, sobre todo cuando se anuncia que los presupuestos fueron reducidos en una asignatura que, en efecto, pareciera no va a tener el resultado que espera la ciudadanía azteca, bien podrían alcanzar exitosamente la silla de gobernador en alguna de las 15 gubernaturas que quedarán sujetas al escrutinio de los ciudadanos en el 2021.

                   Por cierto, siete de esas sillas de mandatarios estatales las ocupan todavía en su poder personajes del viejo régimen, es decir, del dinosáurico priismo, que se niega todavía a morir definitivamente, después de haber ostentado el poder por más de 70 años ininterrumpidamente. 

JUAN RAMÓN DE LA FUENTE, AL CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU

                   Ex rector de la UNAM, ex secretario de Salud y ahora representante de México en Nueva York, el doctor Juan Ramón de la Fuente, está llamado a cubrir una importante jornada como consejero pacifista desde las trincheras del Consejo de Seguridad, precisamente el órgano que debe velar por la paz mundial, pero también emitir su voto en los estados de guerra que tengan que afrontar en algún momento los países miembros de la organización mencionada.

                   Seguramente, en un momento como el que experimenta la humanidad, dicho sea de paso, porque las potencias mundiales, como es el caso del Tío Sam, Alemania, Rusia, China, la India, Irán y cuente usted a las naciones belicosas de la región latinoamericana y del Caribe, como podría ser Venezuela, que sigue resistiendo la tensión a que lo somete el imperio norteamericano, la intervención de México se espera será de película.

                   Ya no se repetirá la osada actuación de los elementos del Escuadrón 201, que de manera voluntaria aceptaron incorporarse al ejército estadounidense durante la segunda Guerra Mundial, con sus aviones artillados de misiles, que volaron entre otros, uno de los pilotos veracruzanos, Alfonso Flores Bello, personaje que incursionó en el cielo de los alemanes, soltó sus bombitas y con las mismas regresó a suelo azteca, no sin antes recibir el reconocimiento y una medalla de honor que le impuso la Casa Blanca.

                   Fuera de esa hazaña del famoso Escuadrón 201, durante la segunda Guerra Mundial, ninguna otra intervención han tenido que enfrentar las fuerzas armadas del aire mexicanas.

                   Se dio una amenaza de guerra entre México y Guatemala, pero afortunadamente cupo más la cordura diplomática y los buenos oficios elevados a la mesa de negociaciones de ambos países, para que se suspendiera el amago bélico del dictador guatemalteco Miguel Ángel Idígoras.

                   A las bravatas del dictador guatemalteco, el presidente Adolfo López Mateos respondería en el mismo tono, anunciando que si tenía que hacer una “declaratoria de guerra” la haría en defensa de que por la frontera sur Guatemala no le podría robar a México, como se temía que lo intentara invadiendo parte de su territorio.

                   Por fortuna, el suceso causó un gran revuelo pero sólo en las páginas de los periódicos nacionales, porque no llegó el agua a desbordar el río. López Mateos salió airoso de este conflicto ocurrido en el año de 1959 y el Consejo de Seguridad de la ONU, cuentan estudiosos y tratadistas internacionales, se mantuvo a la expectativa únicamente.

                   Podrían más el entendimiento y la negociación diplomática que un cruce de balazos que habría acarreado seguramente muertes innecesarias.

                   Con Vicente Fox, siendo presidente, México jugó un papel un tanto cuestionado precisamente como miembro del Consejo de Seguridad, así que ahora, por medio del siquiatra Juan Ramón de la Fuente, el país tendrá la oportunidad de rendir a los ojos de los 187 estados miembros de la ONU, el ejercicio de una diplomacia pacifista, no bélica. Al tiempo.  

ACOSTA LAGUNES CUIDABA DIARIAMENTE JARDINES DE XALAPA  

                   La aldea capitalina contaba tan sólo con las dos únicas entradas, una viniendo de la Ciudad de México y la otra del puerto de Veracruz, de dos carriles, sin camellones en medio, lo que contrajo en un rictus de enojo al gobernador Agustín Acosta Lagunes, quien advertía que desde el altiplano las cosas se veían mejor y anunciaba que le iba a cambiar su imagen a la otrora ciudad de las flores.

                   Tras de realizar una campaña prelectoral incendiaria con el discurso, el candidato priista al gobierno del estado prometía transformar al estado, convirtiéndolo en “granero y yunque de la nación”, lo que a los campesinos, obreros y gente de bien le daba la esperanza de proyectar la imagen de un estado visionario, pujante, progresista y que desarrollara a la par de las entidades vecinas como Puebla, Tlaxcala, Querétaro y Tabasco, entre otras entidades.

                   El hombre de Paso de Ovejas gustaba de gastar con una gran ironía la broma acerca de que algunos políticos daban a Xalapa el título de la Atenas veracruzana, siendo que no había más biblioteca que la Central de la UV, porque otras que operaban de manera privada simplemente cerraron sus puertas. Xalapa carecía de lectores de los buenos libros, sus estudiantes leían poco o nada y en ocasiones ni los textos que les exigían sus profesores.

                   Y así como la falta de lectores y bibliotecas, también los jardines prácticamente eran inexistentes y los paseos tradicionales de Los Berros y el Parque Juárez, la calle de Enríquez, poco a poco deslucieron debido a que la riqueza de sus follajes, igual, se fue derrumbando.

                   Fue don Agustín quien reordenó la siembra de flores y que sus calles, donde las hay y la carretera de Banderilla a Emiliano Zapata, fuera ampliada a cuatro carriles y un camellón en medio, al cual dotaría de plantas, árboles y flores. La avenida Lázaro Cárdenas permitió a viajeros de todo el país cruzar por ésta, sin tener que transitar por las avenidas Xalapa, Américas, Manuel Ávila Camacho y las rúas de Ruiz Cortines y la de Ignacio de la Llave, también construidas en el sexenio Acostalagunista.

                   Todos los días la gente se acostumbró a encontrarse con el gobernador, quien cuidaba personalmente que la jardinería fuera cuidada, regada y protegida de los cambios del clima, de la lluvia y el sol. Fue en ese lapso que sobre todo los auténticos xalapeños pudieron rememorar que su ciudad ciertamente había sido calificada como la Cuernavaca de Veracruz.

                   La ampliación del Museo de Antropología fue otra de las obras que heredó Acosta Lagunes a los xalapeños, enriqueciendo sus espacios con piezas arqueológicas y celebrando pláticas, conferencias y difundiendo con imágenes la riqueza cultural de numerosos poblados que conforman la geografía estatal. Esto por supuesto, las buenas familias de la ciudad lo recuerdan con la añoranza que les trajeron gobiernos de la sucesión y ahora la pandemia. Es todo.