MULTAS DE MIL Y CINCO MIL PESOS A QUIEN NO PORTE UNA MÁSCARA

60 SEGUNDOS

RAÚL GONZÁLEZ RIVERA

MULTAS DE MIL Y CINCO MIL PESOS A QUIEN NO PORTE UNA MÁSCARA  

            En las redes sociales fue divulgado que el Cabildo de la ciudad acaba de acordar la imposición de una multa de mil pesos al ciudadano que no luzca máscara de protección contra el contagio de Covid 19.

            Además, si la persona es reincidente, es decir, que ya lo multaron y de nueva cuenta incurre en la supuesta falta, deberá pagar una multa de cinco mil pesos.

            Eso dice el texto difundido en redes sociales, lo que por otro lado alerta a quienes creyendo que es espontáneo el uso del protector, con motivo de la pandemia, consideren su uso y no se expongan a ser contagiados o perseguidos por el ayuntamiento de la ciudad.

            El presidente Andrés Manuel López Obrador en repetidas ocasiones ha dicho en sus conferencias mañaneras que gracias a la buena disposición de los mexicanos ha sido posible contener y aplanar la curva del coronavirus. Felicita a la ciudadanía porque sin haberse ejercido una medida coercitiva, como en otros lugares del mundo, la propagación de la enfermedad ha disminuido.

            Sin embargo, la entidad veracruzana, y particularmente Xalapa, se ha visto atrapada por un número mayor de contagiados, así que presumiblemente el cuerpo edilicio acaba de acordar una serie de medidas de prevención y protección a la población de la infección de Covid, y en caso contrario, de no portar su máscara, los ciudadanos se verán expuestos a tener que pagar una multa que va de los mil a los cinco mil pesos. En el primer caso, deberán pagarla aquéllos que por vez primera son sorprendidos sin el cubrebocas y de cinco mil pesos a aquéllos que reincidan.

            Por supuesto, algo faltaría en la aplicación de este correctivo y que consiste en saber quién o quiénes se encargarán de realizar esta labor de inspección, porque si son elementos de la policía municipal o agentes de tránsito, ya sabe usted cómo se las gastan –sugieren azorados ciudadanos– que leyeron con detenimiento el acuerdo pactado por los ediles de la ciudad.

            Patrulleros y motociclistas de tránsito, sobre todo, en estos días se han apostado en las entradas de la ciudad, tanto quienes viajan del puerto de Veracruz a la Ciudad de México, o viceversa, los cuales operan al estilo de la vieja escuela priista al ejercer la actividad vial, llevando a cabo el atraco de los traileros, piperos y automovilistas, a los costados de la rúa que va de Emiliano Zapata a Banderilla.

            Al grado de que ahora la estrategia impuesta por los sagaces uniformados de tránsito y policías viales es muy sencilla, los camiones de cuatro y cinco toneladas rehúyen a circular por el libramiento de Perote con rumbo al puerto de Veracruz, así que si prefieren cruzar la avenida Lázaro Cárdenas, lo que deben pensarlo sus conductores dos veces, ya que esta decisión les puede acarrear un alto costo teniendo que pagar caras infracciones o podrían caer con la clásica “mordida” que de siempre aplican los llamados servidores viales y de tránsito.

            En anteriores periodos constitucionales el Cabildo de la ciudad emitía un acuerdo en el sentido de prohibir el paso a los camiones de carga, las pipas y tráileres por las principales avenidas de la ciudad, para cuyas unidades el gobernador Miguel Alemán Velasco construyó el libramiento que inicia en Perote y concluye en territorio del municipio de Emiliano Zapata.

Con esta medida tratan autoridades –según lo cuentan– evitar los accidentes y otros siniestros que en un pasado arrojaron la pérdida de vidas humanas y de cuantiosos daños materiales. 

GUSTAVO CARVAJAL QUISO REFUNDAR AL PRI Y NADIE HIZO CASO

            Un nuevo PRI nunca se dio en la historia de ese partido a lo largo de 70 años y más. Los intentos por transformarlo no lo permitieron las mafias anidadas al amparo del poder público en el curso de tanto tiempo.

            Si con Plutarco Elías Calles resucitara, seguramente volvería a caer muerto al ver lo que hicieron del partido de masas que surgiera a propuesta suya, con una sigla distinta, pero para el caso era lo mismo.

            Insólitamente, el priismo alcanzó los máximos honores, como es el caso de haber asumido el poder central del país y ostentarlo por ocho décadas, sin contar con una ideología, no obstante que los tres sectores sociales de que se abasteció pudo mantener el equilibrio entre las fuerzas vivas del estado mexicano.

            En diferentes periodos se dieron los políticos que clamaron por un cambio de rumbo al partido, en el sentido de que viera realmente por las necesidades de la gente. Don Jesús Reyes Heroles, el destacado politólogo, zarandeó en repetidas ocasiones al viejo régimen, pero al final del día le mantenían un inédito respeto a su condición de intelectual, académico y escritor, pero soslayaron su llamado a renovar la maquinaria tricolor.

            Aquí en la aldea, el junior de don Ángel Carvajal, el señor Gustavo Carvajal Moreno, pregonaba con su personal ejemplo, haciendo política cercana a la gente, e inclusive llamaba a la conciencia de los priistas aldeanos para abrir un compás entre lo que fue el viejo PRI de los sexenios previos a la llegada de Carlos Salinas al poder, y que se decidieran los noveles de la política por la refundación de su sigla.

            Carvajal Moreno tampoco logró que lo secundaran los jóvenes de su partido y dieran el giro que vaticinaba hace cuatro décadas, sin duda también, el final de un membrete partidario avejentado prematuramente.

            Algunos destellos iluminaron el cielo del suelo azteca para las militancias partidarias del Revolucionario Institucional con nuevos líderes, los que surgían como una esperanza de cambio para el pueblo cada seis años.

Luis Donaldo Colosio, seguramente, puede ser la última carta creíble entre la sociedad azteca, formada en linderos del dinosáurico partido. Sin embargo, todos saben cuál fue el destino que siguió al candidato, de quien se señalaba que de haber culminado en la conquista del poder, mucho se dijo habría ampliado seguramente el periodo de vida para el régimen surgido de la revolución de 1910, el cual, con todo y sus desaciertos y errores y horrores cometidos por sus beneficiarios directos, con chambas políticas, pudo cumplir más de 70 años de amamantarse del erario de manera ininterrumpida.

Algunos socios priistas aseguran que el nuevo PRI, ¿cuál?, se propondrá recuperar su presencia nacionalmente y que para ello, conforme a lo sustentado por su dirigente Alejandro Moreno, optaría por volver por sus fueros, como gobernó en el pasado, con lo cual seguramente también el líder estaría aniquilando de nueva cuenta lo que queda del membrete partidario en cuestión. Al tiempo.  

EMILIO LOZOYA, UN ATRACTIVO MEDIÁTICO DURANTE PANDEMIA

Si se trata de crear un atractivo mediático, bien podrían haberlo conseguido las autoridades que consiguieron traer al abogado Emilio Lozoya, ex director de Pemex y señalado para empinar en la justa por demostrar que hubo actos de corrupción, que jamás se castigaron cometidos en la paraestatal mencionada, y que ahora, por morbo quizá, algunos mexicanos estarán interesados en informarse de los negocios de unos cuantos, en detrimento de la vida económica del país.

Se trata de Emilio Lozoya un personaje que más se movió políticamente en el extranjero que dentro del país.  

Su paso por la paraestatal de Petróleos Mexicanos fue muy rápido, al grado de que muchos se preguntaban ayer cómo es realmente el junior allegado al presidente Enrique Peña Nieto. El común de los ciudadanos no lo recuerda y otros más refieren que es importante calcular los tiempos, porque tal vez la hora de declarar y que sus declaraciones tengan todavía la expectativa de admitir una sanción, quizá haya fenecido legalmente. 

Con su caso, se confirma la especie en el sentido de que nunca, que se recuerde, cuando conseguía México la devolución o extradición de un ex funcionario público, llegó a la cárcel, sino a un hospital bajo el prurito de que sufría una enfermedad, así ocurrió con la maestra Elba Esther Gordillo, la poderosa ex secretaria general del SNTE.

Numerosos mexicanos sufren consecuencias mortales y otros luchan contra la enfermedad del coronavirus ya por largos casi cinco meses y no se ve para cuándo vaya a capitular la pandemia que mantiene a una mayoría bajo confinamiento en casa. El estrés que enfrentan las familias aztecas resulta tremendista a estas alturas. Y alcanza lo mismo a los adultos que a los adolescentes y los menores de edad, a los ricos y a los pobres.

Un atractivo mediático probablemente lo represente el señor Emilio Lozoya, quien estaría condicionado para aparecer en uno de los juzgados de lo penal en el Reclusorio Norte, en donde el ex director de Pemex se podrá encontrar con el ex gobernador veracruzano Javier Duarte de Ochoa y el abogado Juan Collado, de ex funcionarios públicos encumbrados y ricos.

Bajo la condición de testigo protegido y no precisamente un indiciado, se cuenta extraoficialmente que no obstante que su primera audiencia será a puerta cerrada, ha trascendido que el papel que representará ante los jueces de la causa que se le persigue, estará enfocado en enderezar baterías en contra de dos o tres personajes que cogobernaron este país al lado del presidente Enrique Peña Nieto.

Del interés que Lozoya imponga en sus declaraciones depende que el modelo de justicia, que no corresponde de entrada con el sistema de justicia mexicano, sobre todo que se pretexte que el personaje extraditado enfrenta una anemia aguda, deberá ser lo suficientemente claro e inteligente para convencer a un pueblo que, en cuestiones semejantes, está a no creer en nada ni en nadie. Es todo.