SE ARMAN LOS GRINGOS Y VITOREAN A DONALD TRUMP

60 SEGUNDOS

RAÚL GONZÁLEZ RIVERA

SE ARMAN LOS GRINGOS Y VITOREAN A DONALD TRUMP

Al menos en este año, los fabricantes de armamento bélico de los Estados Unidos de Norteamérica han podido vender a sus paisanos en suelo yanqui alrededor de 12 millones de dólares.

Las armas preferidas de los yanquis es la ametralladora AK y la R-15 y les promete el presidente Trump que si se reelige va autorizar que en toda la Unión Americana se puedan adquirir armas de manera directa, porque hay que estar listos para contraatacar a los terroristas, sobre todo si son latinoamericanos y mexicanos.

            Semejante osadía es imputable al presidente Trump, como una promesa que vuelve a repetir, que ya puso en marcha en su primera campaña electoral y que a los blancos norteamericanos gusta, saludan a su presidente como si fuera el famoso “Exterminador” o les fascina verlo como a “Rambo”, a los cuales vitorean hasta la hilaridad.

            A los latinos y mexicanos que radican en suelo norteamericano seguramente esta medida les disgusta, porque la constante de ciudadanos blancos es que lanzan bravatas y amagan con sacarlos de su país, lo que no dejan de alardear y soltar con tono altamente tremendista cada que lo pueden hacer en las ciudades estadounidenses. 

            Trump ha dicho que buscará que el servicio de médicos y medicinas sea gratuito enteramente para los blancos y vuelve a amagar con que México debe levantar el muro entre los dos países y acusa que de ganar el partido demócrata la próxima elección del 3 de noviembre, la poderosa nación del norte va a virar hacia una izquierda, a semejanza de la  experimentan los venezolanos.

            Sin duda, el mundo está loco o en la realidad los gringos, ese modelo de político quieren volver a tener como su presidente.

            Al oído de los yanquis llegan las promesas de Trump como algo cierto, que no tiene ninguna duda de que se vaya a realizar. Le creen a pie juntillas, cuando el magnate confirma que en un segundo cuatrienio de su mandato como presidente hará que Estados Unidos sea nuevamente la potencia mundial que fue anteriormente, muy rica y que será capaz de enviar a sus astronautas a los planetas de  Marte y a la Luna, y en la segunda aventura al espacio enviará por vez primera a una mujer a la conquista precisamente de la luna.

            El billete verde es el dogma y religión que a los gringos gusta enormidades que lo diga su presidente y candidato. 

            Les ofrece que el imperio norteamericano debe seguir siendo primero en todo el mundo y se compromete a lograrlo en los próximos cuatro años. Les dice también a sus coterráneos que el Tío Sam debe ser nuevamente el más poderoso del planeta tierra y que entre sus planes está conseguir que todos los gringos puedan adquirir algún armamento para su personal protección y se puedan defender de sus enemigos los “terroristas” latinoamericanos. 

            Se compromete a ver porque ya no ingresen a suelo estadounidense más inmigrantes indocumentados y asegura que montará una mayor seguridad en las fronteras con México. Además en medio de su trastornado legajo de ideas afirma ante sus simpatizantes que va a deportar al mayor número de ilegales mexicanos. 

            Otra de las posibles trampas que hará para quedarse el magnate en la Casa Blanca, es conseguir en lo posible que no haya voto presencialmente de los ciudadanos ante las urnas electorales, sino que sea a través del correo, para lo cual ya opera como director de esa oficina uno de sus cuates más cercanos, lo que podría dar pie al más escandaloso fraude electoral en puerta en el país que se ha preciado de ser históricamente el campeón de la democracia del planeta tierra. Esperemos.  

ES MÁS FUERTE EL JUICIO DE LA HISTORIA, QUE LA PROPIA LEY  

            Ciertamente, la ley suele desmarcarse de la justicia, así que no en todos los casos en los cuales se juzga a un presunto delincuente, gana la justicia, sino que con la aplicación de la ley se va al bote, purga una condena y sanseacabó.

            En el caso de los ex presidentes de México, a los cuales un probado delincuente, según se puede observar de cuanto de este personaje cuentan, poco habría que creerle, porque además el señor Emilio Lozoya necesitaría montañas de pruebas para poder incriminar y conseguir el castigo que se considera no llegará a los ex mandatarios más señalados, como es el caso de Carlos Salinas, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

            Sin embargo, si se consigue que los ciudadanos se erijan en un jurado popular, un sistema que en México no ha sido utilizado prácticamente nunca en el ámbito de la legislación penal y hacen los señalamientos de rigor en contra de las pillerías más notables que hubieran detectado del trabajo desempeñadlo por los ex presidentes, su juicio bien podría históricamente marcarlos por el devenir histórico de este país.

            Si se dejara que conforme a la práctica de los juicios orales se tratara de de sentar a los ex presidentes en el banquillo de los acusados, lo más seguro es que se salvarían de ser juzgados, debido a que han transcurrido muchos años y seguramente los presuntos delitos que se les quisieran imputar ya prescribieron. Esto en estricto apego a derecho, dicen los juristas.

            Al común de mexicanos habrá que llevarle mucho más que los ilícitos que pudieran haber cometido los ex presidentes, el conocimiento paso a paso del trabajo que como tales desarrollaron, porque no obstante que el pueblo azteca sea muy listo y avispado, suele tener en materia de política y los políticos una corta memoria. Y en días como éstos, lo que más le preocupa es la hambruna, el desempleo, el coronavirus y la inseguridad pública.

            Un proceso penal prácticamente sería interminable, sin embargo con la consulta ciudadana sería el pueblo quien se erigiera en el gran jurado y una vez que tengan los casos en sus manos, estigmatizarlos, con la certidumbre –así se considera– de que en el correr del tiempo quedaría grabado y de manifiesto que la  corrupción y sus autores intelectuales más importantes como fueron en su momento en este país, igual, sería y fue castigada, no con cárcel, pero sí con el descrédito con que la página histórica lo registraría en el porvenir.

            Obviamente, si no son llevados a consulta todos los ex presidentes de los últimos 36 años, sería muy importante que el caso por su naturaleza más emblemático, y al que se le atribuyen de siempre los años peores que hayan vivido los mexicanos a la fecha, sería el economista Carlos Salinas de Gortari. Dicho esto, no por la gente sencilla del pueblo, que lo ignora rotundamente todo de cuanto los letrados, académicos y periodistas bien conocen la trayectoria del mandatario que impuso a los mexicanos el régimen neoliberal, ni duda. 

PLANTONES Y LAS PROTESTAS EN LA PLAZA LERDO DE TEJADA

            Nadie imaginaría del régimen que encabezó don Rafael Murillo Vidal, que cuando ordenó que se retiraran las banquitas, se borraran los jardines, se quitaran las lámparas del alumbrado público y dejaran de dar la vuelta por un simbólico arroyo de circulación los automovilistas que bajaban de Doctor Lucio hacia la calle de Enríquez y dejara de ofrecerse como parque para la recreación de quienes gustaban de leer un libro o un diario, para convertirlo en la plazoleta fría, sin chiste, que ahora es, pero la cual se convertiría en el lugar emblemático de las protestas sociales.

            Sí. Allí tuvo su asiento un parquecito históricamente hermoso y aireado. En su entorno se levantaban enormes árboles de diversas especies, hasta donde llegaban viejas familias, jubilados y pensionistas para tomar el fresco de la tarde-noche, bolearse sus zapatos, leer alguna de las lecturas que los viejos xalapeños no dejaban de seguir y de las pocas parejitas de enamorados que entre arrumacos se deleitaban respirando el aire fresco, el silencio que imperaba y si acaso se escuchaba el motor de los autobuses, el chirriar de neumáticos de algún vago que gustaba de imprimir velocidades de espanto a sus vehículos.

            Ese era el Xalapa de antes. El parque Lerdo no gustó al gobernador Murillo Vidal y mandó transformarlo en la enorme plancha fría, desolada y muchas veces maloliente, que lo único que sigue conservando en su espacio es el busto erigido a la memoria del legendario héroe de la historia nacional, Lerdo de Tejada.

            Sin embargo, ese espacio pronto se vería agolpado de manifestantes contra las políticas públicas del viejo régimen y los reclamos que fueron primeramente de los estudiantes con motivo de la matanza de Tlatelolco, en el 68. Allí se dieron cita los huelguistas de hambre y los mítines, únicos quizá después de la lucha revolucionaria de 1910, que contaron con la simpatía y apoyos de la llamada sociedad civil.

            Después, cada ocho días la cita de las madres ecologistas que clamaron siempre porque cerraran la planta nuclear de Laguna Verde. Su acierto estuvo en que contaron con el respaldo popular, mas nunca ningún gobierno, el federal, el estatal y los municipales, ni vieron ni escucharon las exaltadas voces de las mujeres que acusaron con su protesta que en la costa veracruzana se había sembrado una bombita de tiempo.

            Posteriormente, otra de las manifestaciones más  virulentas fueron las escenificadas por los desnudos del movimiento de los 400 Pueblos.

            Por supuesto, la lucha de los pensionistas que se dio en el sexenio del gobernador Javier Duarte no se olvida. Allí elevaron sus voces los académicos que habiendo cumplido exitosamente con su jornada laboral de 30 años cuando menos, justo cuando debían recibir sus pensiones con puntualidad, alguien de palacio de gobierno envió a los uniformados de la SSP a golpear a no pocos de los  viejos y respetados ex maestros de distintos planteles universitarios y de la Escuela Normal Veracruzana.

            Ayer domingo se dieron cita las madres y demás familiares de tantos desaparecidos sobre tierras veracruzanas, movimiento que no obstante lo ruidoso que se dio, por la constante de los gritos y reclamos desesperados, porque una multitud de jóvenes, hombres y mujeres siguen sin reaparecer en sus casas, la respuesta como en el ayer, transcurrió en el más absoluto silencio. Como llegaron, más tarde se retiraron los manifestantes, la mayoría de ellos con el terror pintado en sus rostros.

            El resultado de tantas protestas sociales es que en ninguna, en su momento o después de realizadas, hubo o se dio que alguna autoridad las atendiera y menos les diera una alternativa de solución. Es decir, que así como nació muerta la plancha de cemento Lerdo de Tejada, igual los movimientos que de alguna forma representaron una lucha social también quedaron seguramente reservados para el eterno silencio, porque ninguna autoridad les hizo caso en su oportunidad. Es Todo.