Rescatan la prosa serpentina; reúnen por primera vez en español obras de Thomas Wolfe

  • Reúnen por primera vez los 58 relatos y novelas cortas del autor más químicamente puro de la literatura.

CIUDAD DE MÉXICO.

Thomas Wolfe (1900-1938) fue un observador fino, introspectivo y cáustico que en su prosa dejó un río, como Heráclito, donde las palabras son serpientes que no dejan de fluir y de cambiar.

Es una prosa granítica, atada a la experimentación que no ha perdido actualidad y forma un fresco de la cultura estadunidense.

Así lo comenta Amelia Pérez de Villar, traductora de Cuentos, volumen que reúne por primera vez en español los 58 relatos y novelas cortas, de los cuales 43 habían permanecido inéditos y dan cuenta del autor más químicamente puro de la literatura estadunidense, fallecido prematuramente a los 38 años.

Desde el punto de vista formal, es un autor que podría resultar barroco para la lectura de entretenimiento, pero su obra tiene muchas capas de lectura, así que nos permite analizarlo, estudiarlo y saborearlo desde diferentes puntos de vista”, afirma la traductora.

Además, “permite conocer la riqueza de su universo y un mundo interior tremendo, propio de alguien que vivió en un pueblo pequeño y que ansiaba ir a la ciudad”.

Su tema favorito es la creación de su país, pero no desde un punto de vista patriótico, lo cual le permite dar cuenta de cómo ese Estados Unidos o esa madre llamada Norteamérica llegó a ubicarse en el mundo y logró ser lo que hoy es”, abunda.

 Wolfe habla de América como un mito, como una madre primigenia que es casi una figura mitológica, por todo lo que el libro tiene de mostrarnos, con esa construcción de sí mismo, de lo que le rodea, de su geografía y sus ritos”.

A los 24 años Wolfe viajó a Europa, vivió en Inglaterra, recorrió Francia, Italia y Suiza. Incluso alcanzó gran popularidad en Alemania.

Sin embargo, en 1936 “fue testigo de algunos incidentes y ejemplos de discriminación contra los judíos que le hicieron replantearse su postura respecto a los derroteros políticos de aquel país. Así que regresó a Estados Unidos y publicó algunos relatos basados en dichas experiencias, tras lo cual fue vetado por el gobierno alemán”.

La repetición es un recurso estilístico en los cuentos de Wolfe, “es una letanía que responde a la experimentación. Aunado a esto, diría que el río es una constante en su obra por lo que tiene de cambiante, un continuo que no cesa de cambiar, como decía Heráclito”.

Yo creo que él, dado su carácter observador era del tipo que lee, tacha y desecha porque quiere conseguir una cosa granítica y sin fisuras, donde todo encaje”.

SABIDURÍA INCIERTA

A lo largo de la antología se asoman temas como la creación de Estados Unidos, la guerra, el boom inmobiliario, la fama y la justicia.

Él reflexiona sobre cómo la justicia no es igual para todos por mucho que se lo proponga y por mucho que nos lo quieran vender, como en su relato La justicia es ciega, donde deja al aire los defectos de un sistema que pareciera creado para lo opuesto”.

Pero también hay otro relato que habla sobre los expertos (Reflexiones sobre los expertos: Dexter Vespasiano Joyner), donde hace una sátira de las personas que lo saben todo.

Es algo que está en plena actualidad, porque hoy en día parece que todo mundo lo sabe todo y casi nadie tiene la humildad de reconocer que no entiende algún tema. Tenemos ese formato de mundo virtual en el que todo el mundo sale haciendo pasteles y enseñándonos a maquillarnos”.

Me reí mucho al traducirlo, porque me recordaba el mundo del postureo moderno, y también de los círculos literarios. Ahí él es muy cáustico, hablando de cómo unos autores llegan a la cúspide, a la fama y otros no, y cómo nos interesa más un autor insoportable pero que tiene ese toque exótico porque viene de Europa y nos interesa mucho más que uno que venga del condado de al lado”, concluye.

  TRUCOS AL TRADUCIR

 Para Amelia Pérez, la traducción siempre es un ejercicio de funambulismo o de andar por una cuerda floja.

Los correctores nos piden coherencia todo el tiempo y traducir las palabras de la misma manera, pero eso no siempre es posible, porque cada lengua tiene sus trucos”.

Wolfe “da mucha importancia a la palabra y, aunque repite muchos adjetivos, constantemente busca la luz, el color y la sonoridad del paisaje. Muchas veces no lo describe de una manera convencional, dándonos todos los detalles de lo que contiene, sino que en la inmensa mayoría de las veces le encanta transmitir las sensaciones más etéreas y elevadas del entorno”.

Además, reconoce que el autor “generó una escuela, una especie de barroquismo o decadentismo que influyó en todos los autores norteamericanos”.

Y, sin duda, lo encontramos en la América de Scott Fitzgerald, con los años 20, el jazz de Nueva York y los primeros automóviles, hasta la de William Faulkner, mucho más rural y agreste, con un carácter más recio y un modo de vida más llano”.

En suma, la traducción y compilación de Cuentos “es una obra titánica porque compila todos los relatos cortos de Wolfe, en la medida de un todo que no es absoluto, porque siempre puede salir alguna pequeña cosa. Tengamos en cuenta que en la época de Wolfe publicaba mucho en revistas y claro, es complicado compendiar la obra de uno de estos autores, porque escribía en revistas literarias y en periódicos. Así que  el compendio ya es difícil”.