LA CRUELDAD Y EL INFARTO

La crueldad estruja el corazón de quien la recibe. ¿Te preguntaras cómo es esto? Vamos a explicarte desde aquí una nueva manera de concebir la relación de las emociones, su proyección externa y el “efecto” que generan a quien las recibe. Las emociones negativas en general, realizan una acción de apretar, estrujar y comprimir. En este caso, si hablamos de la crueldad (que se genera desde el órgano interno del corazón), cuando se proyecta hacia afuera y otra persona lo “recibe”, esa emoción, palabra, acto, etc… le van a causar una compresión a su órgano interno del corazón.

Pongamos un ejemplo: Una madre trata con crueldad a su hijo porque ha tenido un mal día, y le dice palabras duras que al pequeño le afectan de una manera mucho más grave de lo que la madre podría imaginar.

La madre queda tranquila porque ha “descargado” su negatividad al hijo, sin embargo el hijo queda con el corazón comprimido, por lo que a partir de ahí se le pueden generar enfermedades de tipo circulatorio. Quizás no en el momento presente, pero a lo largo del tiempo si se repite la situación, el corazón se acostumbra a comprimirse y desencadena un factor de riego de infarto cuando es adulto.

Si tú de adulto estas en una situación de riesgo de infarto o de problemas circulatorios, pregúntate si recibiste ese tipo de trato cuando eras pequeño.

Hay muchos diferentes métodos para desprogramar este tipo de información incrustada en nuestra memoria y ADN, solo haciéndote consciente de ello podrás aplicar la solución. Busca ayuda de algún profesional especializado y libérate de los programas basura que te inculcaron de pequeño.

Aclaración: todo esto no parte de pruebas científicas, sino de mi experiencia personal.