20 CURIOSIDADES DE LA VIDA Y TRAYECTORIA DE MARIO MORENO “CANTINFLAS”

Si hablamos de un icono de la cultura mexicana que en el siglo XX trascendió fronteras y se consolidó como uno de los más grandes comediantes del mundo, ese fue sin duda Mario Moreno, mejor conocido como Cantinflas.

Con una filmografía de más de cincuenta películas, el también llamado «Mimo de México» tuvo tal impacto en la cultura del mundo hispano que incluso la Real Academia Española agregó a su diccionario la palabra “cantinflear”, en relación a su peculiar manera de hablar mucho sin decir nada. Te compartimos aquí veinte aspectos de su vida y trayectoria para conocer mejor a este inigualable personaje.

SU ORIGEN HUMILDE Y SUS MÚLTIPLES OFICIOS

Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes nació un 12 de agosto de 1911 en la Ciudad de México, en el seno de una familia humilde y numerosa. Se crio en el llamado «barrio bravo» de Tepito y por deseos de su padre comenzó a estudiar Medicina, pero la falta de recursos y de interés lo llevaron a abandonar la carrera y ejercer múltiples oficios, como barrendero, albañil, peluquero, bolero y cartero, entre muchos otros. Incluso llegó a ser soldado al alistarse en el ejército mintiendo sobre su edad, aunque fue dado de baja cuando su padre reveló que solo tenía 16 años.

SUS INICIOS EN LAS CARPAS

Además de desempeñar numerosos oficios en su juventud, Mario Moreno incursionó también en los ámbitos del boxeo y del toreo, y demostró aptitudes artísticas destacándose como bailarín e imitador, lo que lo llevó a presentarse en distintas carpas o teatros ambulantes de la Ciudad de México. En dichos foros cantaba, bailaba charleston y tango, había acrobacias e imitaba a políticos o personalidades del medio del espectáculo como Al Jolson. Sería precisamente en ese mundo de las carpas donde el joven Mario Moreno encontraría su propio camino en su vida y en su profesión.

SU ESPOSA VALENTINA IVANOVA

Al inicio de la década de los treinta, luego de trabajar en el teatro-carpa Mayab, se incorporó al elenco del Salón Valentina, ubicado en el barrio de Tacuba. Dicha carpa era propiedad de Anita Ivanoff, artista de origen ruso que junto con sus hijas Olga, Valentina y Tamara, había emigrado a México buscando hacer carrera. Valentina, quien participaba como bailarina en el número estelar del espectáculo, cayó rendida ante la simpatía del joven Mario y ambos se enamoraron, casándose en 1934 en una sencilla ceremonia. Su matrimonio duró hasta la muerte de ella en 1966, víctima de cáncer en los huesos.

EL ORIGEN DEL PERSONAJE DE CANTINFLAS

El mayor brote de genialidad del joven Mario Moreno en los inicios de su carrera fue sin duda la invención del personaje de Cantinflas, el «peladito» de baja extracción social que con su hablar confuso consigue imponerse sobre los poderosos. Según varias fuentes, se inspiró para crearlo en un borrachito que trabajaba en el Teatro Follies, donde él ya se presentaba a mediados de la década de los treinta.

Se dice también que el nombre del personaje se le ocurrió a Mario Moreno cuando, al momento de una improvisación incoherente tras haber olvidado su parlamento, alguien del público le gritó: «¡Cuánto inflas!».

SU PRIMER TRIUNFO CINEMATOGRÁFICO: AHÍ ESTÁ EL DETALLE

Luego de triunfar en el Teatro Follies, donde ya el personaje de Cantinflas había adquirido fama por sus malabares lingüísticos y su inconfundible atuendo (conformado por sus pantalones caídos, su camiseta haraposa, su paliacate al cuello y su gorrito), se le presentó a Mario Moreno la oportunidad de dar el salto a la pantalla grande. Debutó con la película No te engañes, corazón, en 1936, pero fue en 1940 cuando se convirtió en toda una estrella gracias a Ahí está el detalle, dirigida por Juan Bustillo Oro, una desternillante comedia de enredos que a día de hoy muchos siguen considerando su mejor película.

SU PECULIAR FACETA COMO TORERO

Otra exitosa película de esta primera etapa de Cantinflas fue Ni sangre ni arena (1941), en la que su personaje es confundido con Manuel Márquez «Manolete», un famoso torero, y sin querer se ve en la necesidad de lanzarse al ruedo.

Esta ocasión no sería la primera ni la última en la que Mario Moreno se viera involucrado en el mundo de la tauromaquia, pues desde joven tuvo afición por la fiesta brava y se convirtió en un gran exponente de lo que se dio en llamar toreo bufo o cómico, es decir, lidiando al toro de manera divertida, buscando la risa del espectador.

LA INFLUENCIA DE CHAPLIN Y LA MUTUA ADMIRACIÓN ENTRE AMBOS

En 1943 Cantinflas protagoniza El circo, cinta en la que se nota como en ninguna otra la enorme influencia que tuvo el gran Charles Chaplin en el cómico mexicano, al grado de que puede ser considerada como un remake de su famosa película muda The Circus (1928).

Con el tiempo, el propio Chaplin llegaría a ser también un gran admirador de Cantinflas, calificándolo incluso como «el mejor comediante vivo». Y es que, si bien uno se valía sobre todo de la mímica y la gestualidad y el otro principalmente de la palabra, ambos interpretaban a personajes marginales de nobles sentimientos y críticos con el poder.

ICONO DE LA CULTURA MEXICANA

El 30 de agosto de 1953 tuvo lugar en la Ciudad de México la flamante inauguración del Teatro de los Insurgentes, con la puesta en escena Yo, Colón, protagonizada por Mario Moreno. La polémica estaba presente no tanto por la obra como por el mural de Diego Rivera que a día de hoy todavía adorna la fachada del teatro, pues el gran muralista mexicano había incorporado originalmente la figura de la Virgen de Guadalupe junto a la de Cantinflas, lo que fue considerado una blasfemia por sectores conservadores y algunos eclesiásticos. La Guadalupana fue finalmente excluida, pero ya desde entonces Cantinflas quedaba entronizado como icono cultural de México.

SU EXITOSA INCURSIÓN EN HOLLYWOOD

Tras protagonizar en 1956 la exitosa El bolero de Raquel (su primera película a color), ese mismo año, a insistencia del productor Michael Todd, Mario Moreno tuvo su debut en Hollywood con La vuelta al mundo en ochenta días, adaptación del clásico de Julio Verne dirigida por Michael Anderson.

La cinta fue un gran éxito de crítica y de taquilla, ganó cinco premios Óscar (incluyendo el de mejor película) y le permitió a Cantinflas convertirse en uno de los actores mejor pagados del mundo, además de ser el primer mexicano en ganar un Globo de Oro por su actuación.

PEPE Y LAS BARRERAS DEL IDIOMA

A pesar del éxito cosechado con La vuelta el mundo en ochenta días, la segunda experiencia de Cantinflas en el cine de Hollywood no fue tan afortunada. En Pepe, filmada en 1960 entre Estados Unidos y México bajo la dirección de George Sidney, Mario Moreno interpreta a un mozo de cuadras de un rancho, y pese a contar con los cameos de luminarias como Frank Sinatra, Janet Leigh o Sammy Davis Jr., la película fue una decepción taquillera, en buena medida porque su humor estaba profundamente arraigado en la lengua española y no se pudo traducir bien para las audiencias estadounidenses.

LA ADOPCIÓN DE SU HIJO MARIO

A inicios de la década de los sesenta, tras más de veinte años de matrimonio, Mario Moreno y su esposa Valentina Ivanova no habían podido tener hijos, por lo que decidieron adoptar uno. Si bien algunas versiones aseguran que la imposibilidad de la pareja de procrear se debía a la esterilidad de Cantinflas, hay otras que plantean que Mario Moreno Ivanova habría sido fruto de una relación fugaz del cómico con Marion Roberts, una chica estadounidense que estaba de vacaciones en México y que, tras dar a luz y dar a su hijo en adopción, terminó quitándose la vida en un hotel de la capital.

SU EXCELENCIA, EL CANTINFLAS MÁS POLÍTICO

Si bien la crítica social estuvo presente en el cine de Cantinflas desde su primera etapa, su película más abiertamente política es Su excelencia (1967), en la que interpreta a Lopitos, un burócrata de la ficticia República de Cocos, de la cual por azares del destino termina siendo nombrado embajador, participando en una asamblea internacional en la que su voto será decisivo para determinar qué bando dominará el mundo, si los Verdes (trasunto de Estados Unidos) o los Colorados (trasunto de la Unión Soviética). Al final Lopitos pronuncia un memorable discurso criticando a ambos bloques, exhortándolos a conseguir la paz y la libertad.

SU PROGRAMA DE DIBUJOS ANIMADOS

A inicios de la década de los setenta la influencia y popularidad de Cantinflas era tan grande que tuvo su propia serie de dibujos animados, titulada Cantinflas Show. Contó con la participación del animador español José Luis Moro, y el propio Mario Moreno daba voz al personaje principal. Compuesta por 53 episodios, tenía un enfoque didáctico con la idea de ilustrar y entretener al público infantil con temas como la mitología, la historia y la ciencia.

En 1982 Hanna-Barbera adaptó la serie, titulándola Cantinflas y sus amigos (Amigo and Friends). Además del inglés se dobló también a idiomas como el chino, el francés y el ruso.

EL PATRULLERO 777 Y LAS SUPERSTICIONES DE CANTINFLAS

Uno de los personajes más reconocidos de Cantinflas fue el del agente 777, que apareció en varias de sus primeras películas, como El gendarme desconocido (1941) o El bombero atómico (1950). Ya en su última etapa lo retomó como protagonista en la película El patrullero 777 (1978), en la que ofrece una mirada un tanto conservadora a una serie de problemas que acontecían en la capital mexicana.

Se dice, por cierto, que el 777 era el número cabalístico de Cantinflas, quien pudo haber heredado de sus padres ese carácter supersticioso, pues registraron como su fecha de nacimiento el 12 de agosto aun cuando nació el 13.

EL BARRENDERO, SU ÚLTIMA PELÍCULA

La última película de Cantinflas fue El barrendero, rodada en 1981, y en ella interpretaba a don Napo, un humilde barrendero que lo único que quiere es una nueva barredora para cumplir con su trabajo. La cinta adolece de algunos puntos flojos de la última etapa de Cantinflas, como su tendencia a un sermoneo moralino, un humor más simplón y edulcorado y una trama un tanto absurda, pero no deja de ser entrañable ver al cómico en su última actuación, llorando además en una de las escenas finales tras ver su sueño realizado, como si supiera que se estaba despidiendo de la gran pantalla.

IRÁN EORY Y OTRAS MUJERES EN LA VIDA DE CANTINFLAS

Aunque Valentina Ivanova fue el gran amor en la vida de Cantinflas, tras su muerte Mario Moreno intentó formalizar una nueva relación cuando conoció a la actriz española Irán Eory, a quien le propuso matrimonio en 1969. Sin embargo ella no aceptó por darle prioridad a su carrera.

Otra relación aún menos afortunada fue la que tuvo con la estadounidense Joyce Jett, quien lo devastó moral y económicamente al iniciar un juicio de divorcio construido sobre la mentira de que se había casado con ella legalmente. Se dice también que la actriz Miroslava Stern se suicidó por amor a él en 1955, cuando estaba todavía casado con Valentina.

UNO ERA MARIO MORENO Y OTRO ERA CANTINFLAS

Aunque en una de sus últimas entrevistas Mario Moreno declaró que Cantinflas nació con él y que eran prácticamente una misma persona, lo cierto es que se puede hablar de varias diferencias entre ambos. A diferencia del transgresor personaje del «peladito» que le sacaba ingeniosamente provecho a su incultura, Mario Moreno se volvió un apasionado de la lectura y llegó a ser un actor metódico y perfeccionista. Además, con el tiempo se volvió huraño y políticamente conservador, llegando a ser nombrado consejero del presidente Díaz Ordaz, tristemente célebre como represor que en 1968 ordenó la matanza de estudiantes en Tlatelolco.

SU MUERTE Y SU REPERCUSIÓN EN MÉXICO Y EN EL MUNDO

El 20 de abril de 1993, a los 81 años de edad, falleció en la Ciudad de México Mario Moreno «Cantinflas», a causa de un cáncer de pulmón que le fue detectado dos meses antes de su muerte.

La noticia de su fallecimiento causó gran pena y conmoción no solo entre los mexicanos, sino también en otros países que le rindieron homenajes póstumos. Su funeral duró tres días, y las multitudes que rodeaban a Mario Moreno Ivanova mientras trasladaba la urna con las cenizas de su padre hicieron patente el gran cariño del pueblo de México por uno de sus mayores iconos culturales.

LAS DISPUTAS LEGALES POR SU LEGADO

Tras la muerte de Cantinflas se desató una prolongada batalla legal entre su hijo, Mario Moreno Ivanova, y su sobrino, Eduardo Moreno Laparade, quienes se disputaron el control de las regalías de 34 películas protagonizadas por el famoso cómico y propiedad de Columbia Pictures. Aunque Moreno Ivanova aparecía como heredero universal de sus bienes, finalmente quedó asentado en una sentencia de 2014 que el actor le cedió los derechos de sus películas a su sobrino un mes y medio antes de morir, al parecer muy decepcionado por los problemas de adicción a las drogas que tenía su hijo, quien falleció en 2017.

HOMENAJEADO EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO

Finalmente, el mayor legado que dejó el «Mimo de México» está en su obra y en su enorme impacto en la cultura popular de México y de muchos otros países de habla hispana. Así se constató en los homenajes que en 2011 se llevaron a cabo con motivo del centenario de su nacimiento. Uno de ellos fue la exposición fotográfica que se instaló a lo largo de Paseo de la Reforma en la capital mexicana, un compendio de toda su carrera que fue contemplado con entrañable admiración por ese pueblo al que Cantinflas le dio el gran regalo de la risa. Ahí está el detalle, chatos.