VICENTE ROJO; LEGADO INÉDITO E ÍNTIMO

  • Un libro y 60 pinturas son los últimos trabajos del artista, cuyos restos fueron velados ayer

CIUDAD DE MÉXICO.

Una exposición de 60 pinturas inéditas en pequeño formato que podría titularse Juego de letras y el libro Apología de la morada, inspirado en un juguete de su infancia, son los últimos dos proyectos que trabajó y terminó el artista plástico Vicente Rojo (1932-2021).

Fallecido el miércoles pasado en un hospital de la Ciudad de México, a consecuencia de una insuficiencia cardiaca complicada con dos infecciones, el pintor, escultor, diseñador y tipógrafo ideó y dio vida hasta el último momento a diversos mundos que plasmó en colores, texturas y volúmenes.

Incluso, detalla su amigo y médico Arnoldo Kraus, hace dos semanas le comentó que el próximo libro que trabajarían juntos sería la Apología del periódico. El artista también dijo  en noviembre pasado que comenzaría la serie Jardines vistos a vuelo de pájaro.

El promotor Isaac Masri, amigo desde hace 50 años del creador mexicano de origen catalán, cuyos restos fueron velados ayer en la funeraria Gayosso de Sullivan, narra que se quedó con 60 cuadros inéditos de Rojo que integrarán Juego de letras.

La idea era exhibirla en el Centro Cultural Estación Indianilla, pero deseo hacer algo más nacional como homenaje póstumo. Acabo de proponer a Lucina Jiménez, directora del INBAL, que se presente en el Museo del Palacio de Bellas Artes y le gustó la idea. Merece la pena, pues es la última obra que confeccionó”.

Detalla que es un trabajo fantástico. “Es un resumen en pequeño formato de su obra. Es un cúmulo de todas las series que hizo a lo largo de su vida. Tiene un lenguaje y una iconografía congruentes. Lo trazó con mucho amor, enamorado de Bárbara Jacobs (su esposa). Ya no quería pintar en formato grande, me dijo ‘quiero recogerme, hacer algo íntimo’”.

Para el curador, quien veía en Rojo un mentor y un consejero, “no hay un artista en México que sea más congruente, humano, inteligente, elegante, sensible, leal y comprometido. Hoy se va el que será el gran artista de México, el más completo, el mejor que he visto”, indica.

Kraus, por su parte, destaca que hace un mes terminó con el pintor la Apología de la morada el sexto título de la serie de apologías que han creado al alimón desde hace ocho años, dedicadas al lápiz, al libro, a las cosas, al polvo y al papel.

Estábamos buscando financiamiento. Hoy (ayer), hablando con Antonio del Valle, acordamos que lo publicara la Fundación Kaluz. Y ya empezaba a pensar la Apología del periódico, pues me dijo que toda su vida tuvo entre sus manos periódicos y libros. Quería que yo escogiese algunos encabezados de los periódicos e hiciera un comentario y él pintaría cada nota periodística. Ya no se hará”, lamenta.

Añade que Apología de la morada, que reúne diez ilustraciones, recrea un juguete llamado Constructor Moderno, al que Rojo “dedicó, cuando niño, largas y dulces horas acompañado por él, fue casa y morada durante su infancia”.

Kraus narra que Rojo se hospitalizó el lunes pasado, el día de su cumpleaños 89. “Le hablé para cantarle Las mañanitas en hebreo. Le gustaba mucho oírlas y se puso feliz. Pero a mediodía se puso mal y tuvimos que ingresarlo a terapia intensiva.

Al día siguiente supimos que tenía dos infecciones: una pulmonar y una urinaria. Al estudiarlo, mis colegas y yo nos percatamos que tenía una insuficiencia cardiaca muy grave, severa”.

Asegura que cinco médicos atendieron a Rojo. “Eso te habla de la gravedad del caso; pero vimos que mejoraba, estaba intubado. El miércoles por la mañana estábamos muy optimistas. Cuando lo revisé, estaba sonriente, amable y platicador. Incluso hacia las 14:00 horas, estuvo contento con la visita de su familia.

Pero a las cuatro de la tarde se descompensó. No sabemos la causa, quizá la infección que no terminó de ceder o la insuficiencia cardiaca. Murió en paz, en calma, sin dolor, acompañado por su familia”, dice.

El médico y escritor concluye que “reunía una sabiduría y una humildad inmensas, difícil de encontrar en una persona. Para él, la palabra Yo no existía. Te enamorabas de él como ser humano”.

CATALÁN MUY MEXICANO

 El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, lamentó el fallecimiento del artista plástico, Vicente Rojo, a los 89 años, y dio el pésame a amigos y familiares.

Al iniciar su conferencia de prensa desde Palacio Nacional, López Obrador destacó que Vicente Rojo fue un gran pintor y escultor nacido en Barcelona y que emigró a México siendo muy niño para recibir protección del Gobierno de nuestro país.

Lo sentimos muy, muy mexicano como se sentía él. Lo conocí porque él hizo la fuente de la Plaza Juárez, frente a la Alameda cuando fui jefe de Gobierno y se reconstruyó todo ese espacio, abandonado desde el temblor del 85. Se construyeron los dos grandes edificios que los hizo el finado arquitecto Legorreta, donde está Relaciones Exteriores y el Poder Judicial de la Ciudad de México”, y recordó que la fuente que se ubica en ese lugar también fue obra de Vicente Rojo.

El jefe del Ejecutivo extendió a la comunidad cultural el pésame por el fallecimiento del artista.