LIBRE CONSUMO DE LA MARIHUANA, PODRÍA BAJAR CIFRA DE LOS ADICTOS

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

LIBRE CONSUMO DE LA MARIHUANA, PODRÍA BAJAR CIFRA DE LOS ADICTOS

La vieja idea del expresidente Vicente Fox, consistía en que despenalizando el uso o consumo de la marihuana, también reduciría enormidades la expectativa de que más jóvenes se pudieran envenenar con la cannabis y aumentara la cifra o porcentajes de víctimas mortales, por tal razón.

                Cultivar la yerba, bien podría favorecer su uso en determinados padecimientos y enfermedades, según también lo han vertido científicos de la medicina.

                De hecho, el ex presidente Fox, se congratula con el anuncio dado a conocer en el sentido de que la Corte, anuncia la despenalización del consumo de la marihuana, aunque esto no quiere decir, que será ofrecida en mercado abierto, y para adictos y no adictos. Se trata, conforme a la ley que rige la salud pública, de un futuro producto con fines médicos exclusivamente.

                Inclusive hay quienes advierten que la cifra de consumidores o usuarios de marihuana, puede disminuir drásticamente, porque da la casualidad que en el caso de los mexicanos, lo prohibido es de un antojo impresionante, pero una vez que se legaliza su uso, desde el punto de vista comercial, se desploma como ocurrió con el whiskey y los cigarrillos. Esto aquí en México, como en el primer mundo, y particularmente los Estados Unidos de Norteamérica.

                En el país, los consumidores de marihuana, son los menos. El cigarrillo, los licores y los vinos, supera al primer producto. La hoja de marihuana, inclusive, fue destruida sistemáticamente en decenios por las fuerzas armadas y los cuerpos de policía.

 Sin embargo, fumadores procedentes del vecino país del norte, la introdujeron en territorio azteca y su principal clientela, se conformó con legiones de muchachos estudiantes de la escuela secundaria inicialmente, luego, los asistentes a la escuela de bachilleres y los grupos exquisitos de universitarios, dedicados se decía, al arte, la música y el teatro.

Empero, la marihuana ha sido parte de un mundillo de personajes dedicados a diferentes actividades aquí y en el resto del planeta tierra, con vistas a curarse de males de salud corporal y por otro lado, le han encontrado propiedades relacionadas con el placer, a semejanza del que les ofrece el cigarrillo a los fumadores.

Por supuesto, en el arranque, ya sin las prohibiciones de ley, continuará la corriente de usuarios de la marihuana con alguna fuerte intención, sin embargo, se considera que va a ocurrir lo que pasó con licores y los cigarrillos, que una vez legalizado su consumo, disminuyeron sus consumidores, no obstante que en el mundo se registra una suma de 12 millones de muertes cada año, por consumo de tabaco en sus diferentes variedades.

Sin embargo, los padres de familia particularmente, deberán tener cuidado extremo, para vigilar y no permitir que sus menores hijos, nomás por las facilidades de venta que ofrezca la venta de marihuana, aquellos puedan tener el acceso de rigor, sabedores de que la ley amparará su consumo o uso. Esperemos.

PASÓ  LA ELECCIÓN HISTÓRICA DEL 6 DE JUNIO, Y YA NADIE SE ACUERDA

El mundillo de lo político se muestra asombrado de que ya transcurrió la elección del último 6 de junio, la que fue calificada como histórica, y ya nadie en esos linderos hace alusión alguna a los gobernadores electos, los alcaldes de estreno y menos quien se acuerde de preguntar finalmente quiénes serán diputados federales y locales.

Por botón de muestra, sobre tierras veracruzanas, el vendaval político, que además cobró candidatos asesinados, secuestrados y golpeados, es la hora, en que la histórica gesta pasó al olvido.

Y sabe usted porque ocurre este soslayo y olvido, sin duda, tiene que ver con la vida apresurada y a la vez sin grandes esperanzas que a millones de mexicanos, los ha arrinconado la pandemia del coronavirus.

Si miles de trabajadores recobraron su empleo y de nueva cuenta se han visto incorporados al IMSS, enhorabuena. Sin embargo, el país ha podido cobrar una nueva cifra de mexicanos que cayeron de la clase media, a la baja y en numerosos ejemplos, a la que sobrevive de manera paupérrima, la que demanda limosna en la calle, o bien comete menores atracos por hambre en los centros comerciales y en las rúas menos socorridas por el cotidiano habitar de un país empobrecido.

A diferencia de lo que sucede en los países del primer mundo, en que los grados de politización de sus gobernados son de los más altos porcentajes, en México, la hambruna, el desempleo, la violencia e inseguridad, se imponen como quiera al menor interés, que puede ser de algún sector de sus pobladores, que leen un periódico, una revista o se beben un noticiario en la televisión. Empero, las mayorías a nada de ello atienden.

Los pleitos entre políticos, en verdad cansan y provocan un hartazgo en la gente, porque las mayorías aplastantes habitan en una gran nación, pero alejada de las cuestiones políticas, o se interesa sí acaso en los días en que van a celebrarse comicios electorales.

 La última elección fue quizá de las más sangrientas que pudo atestiguar el México de nuestros días, sin embargo, es la hora en que prácticamente nadie pregunta sobre la identidad de los asesinos de candidatos, sí están preso, hay órdenes de captura o existe la sospecha de que entre los propios grupos y caciques políticos, se dieron toda clase de estos ilícitos.

Fíjese usted, que el gobernador Silvano Aureoles, trata de demostrar que el narcotráfico se apoderó de Morena, en Michoacán y nadie le hace caso.

Si el junior Luis Donaldo Colosio Riojas, se deslinda de Movimiento Ciudadano, el partido que le dio el triunfo electoral en Monterrey, Nuevo León, a quién realmente le va a importar que lo haya hecho público. Inclusive, el jerarca nacional de MC Dante Delgado, ninguna declaración ha rendido al respecto.

Vaya, el actor de las novelas televisivas, Eduardo Yáñez, llamó “huevones” a los muchachos de 18 a 29 años de edad, que reciben becas del grupo “Jóvenes construyendo el futuro” y no obstante, que haya sentenciado una verdad a medias, nadie del público azteca, hizo caso de su declaración.

La cosa pública, lamentablemente, no es de las mayorías en un México que sigue estando sediento y hambriento de justicia.

SIN IDEOLOGÍAS EN EL PAÍS, ES DIFÍCIL QUE MAYORÍAS ASISTAN A URNAS ELECTORALES

Con 30 millones de ciudadanos mexicanos, que no votaron en comicios celebrados el pasado 6 de junio y los que sufragaron, acudieron a la cita histórica, por el conocimiento de un proceso electoral que fue catalogado de único, algún interés debió haber despertado en la otra mitad del número de electores registrados por el INE pero el acontecimiento no reflejó una ideología en específico.

Los tiempos de irse a la cargada el común de electores, los conoce muy bien.

Corría el año de estreno del actual siglo XX, cuando la democracia abría un paréntesis en la vida nacional, pues recibiría al señor Vicente Fox, como su nuevo presidente un país que ya había experimentado el coloniaje, la dictadura de Porfirio Díaz, antes el régimen demócrata de Benito Juárez y tiempo más atrás, el periodo de Independencia.

Con todo este bagaje de experiencias históricas, logrados a lo largo de 500 años, los mexicanos llegaron al siglo XXI sin identificar a plenitud una ideología, como consecuencias de que el panismo ponía un dique de contención al viejo régimen priista, tras de ocho décadas cuando menos de ejercer el poder ininterrumpidamente en el México atribulado por haber tenido que enfrentar tantas desventuras.

El pueblo por supuesto, suele ser el artífice de toda movilización y cambio en el mundo. Sin embargo, en México la cosa pública había tenido otro trato.

Todavía permanece en la memoria de los jóvenes estudiantes- entonces- de la facultad de Derecho, que su mentalidad era estrictamente priista, porque así les convenía y tradicionalmente se lo habrían impreso sus progenitores, los maestros en la escuela y   en la facultad, siendo estudiantes de Derecho, se volcarían por la conveniencia, cosa que se veía natural, que ocurriera.

Era el momento de brindarle al candidato panista, que su triunfo era inobjetable en las urnas electorales, así que, haciendo a un lado sus horas de clase, en tropel, decenas, abordarían la flotilla de autobuses, que había de arribar a inmediaciones de la escuela forjadora de licenciados en derecho, en la zona universitaria, para cargar con ellos y transportarlos al vecino puerto de Veracruz, en donde las masas  populares se concentrarían para realizar un cierre apoteótico de campaña del abanderado albiazul.

Veracruz, estaría presentando así sus honores al político y empresario. La pléyade de muchachos universitarios, sin un ápice de cultura política ni de conocimiento acerca del tema de las ideologías, repetiría seis años más tardes la misma suerte, concentrarse en torno a la figura de Felipe Calderón y así continuarían con el apoyo al priista Enrique Peña Nieto.

Llegó el hartazgo al común de mexicanos y en la transformación, vieron la expectativa de que ahora sí, como se decía tras de concluir gestiones cada sexenio priista, viene el cambio verdadero, con el resultado que todos conocen, consistente en 33 millones de ciudadanos, que sufragaron en las urnas electorales en favor de AMLO, claro está, sin saberse a ciencia cierta si los mexicanos continúan ajenos al dominio de las llamadas ideologías partidarias. Es todo.