TODO RELEVO ES SALUDABLE EN LA UNIVERSIDAD VERACRUZANA

  • El pueblo no necesita, que su gobierno se queje y culpe a su antecesor. Es votado, para que mejore la situación, por eso fue elegido…para dar soluciones. Para quejarse ya está el pueblo”: Evita Perón.

60 SEGUNDOS

RAUL GONZALEZ RIVERA

TODO RELEVO ES SALUDABLE EN  LA UNIVERSIDAD VERACRUZANA

Cada relevo en la Universidad Veracruzana, en lo que hace a su principal puesto, igual, la historia nos demuestra que la ha dirigido el hombre o mujer adecuados. Es su momento estelar para quienes han podido forjarse una carrera académica o en la investigación científica, lo cual, suele reconocerlo el resto de la comunidad académica y sus estudiantes.

                Por supuesto, el cambio generacional, va al parejo de los cambios en el timón de mando universitario.

                La máxima casa de estudios, ahora, disfruta de la autonomía de que la dotó el gobernador Miguel Alemán Velasco.

                Antes, su padre, el entonces presidente de la república Miguel Alemán Valdés, otorgó su autonomía a la UNAM, la casa de estudios, que surgió a la vida universitaria bajo el régimen del presidente Porfirio Díaz.

                Así la UV ha tenido rectores de todas las asignaturas que la cultura y enseñanza oferta en este país.

                Rectores de una gran trayectoria intelectual, como fueron seguramente Gonzalo Aguirre Beltrán y Sergio Salmerón Roiz. Hasta antes de la administración del gobernador Marco Antonio Muñoz T., los estudiantes que aspiraban a cursar una carrera profesional, debían viajar a la ciudad de México. Consecuentemente, los primeros abogados y médicos cirujanos, vinieron del antiguo DF y ejercieron sus especialidades aquí en favor de la comunidad veracruzana.

                Empero, los rectores de la máxima casa de estudios, dieron lo mejor de suyo, se decía, con el objetivo de perfilar a la Universidad Veracruzana, entre las principales universidades del interior del país.

                Por supuesto que la UV ha contado con rectores científicos, como fue el doctor Rafael Velasco Fernández, cuya estrella brilló sobre todo en el ámbito de la investigación médica y en el campo de la psiquiatría.

 Cuando los rectores salían de las manos del gobernador estatal de turno, solían ser personajes que de alguna forma figuraron en las lides políticas del estado y en sus municipios de origen, como fue el abogado Arturo Llorente González, quien había sido antes senador de la república, diputado federal y alcalde del puerto de Veracruz. Empero, como autoridad académica e intelectual de altos vuelos, se significaría al dirigir nuestra máxima casa de estudios, rezan los rasgos históricos del personaje en cuestión.

En otro tiempo, destacaron de manera ortdoxa, los rectores que tuvieron que lidiar con la era de los porros.  Roberto Bravo Garzón, hubo que competir por el control de los mozalbetes disfrazados de estudiantes universitarios, porque los contras, salían inclusive de los despachos del palacio de gobierno. Verbigracia con el subsecretario Manuel Carbonell de la Hoz. Por supuesto, un papel protagónico en el combate al nefasto fenómeno delporrismo, lo representó el rector CP Carlos Manuel Aguirre Gutiérrez, ya en días del sexenio gubernamental de don Agustín Acosta Lagunes.

Finalmente, el gobernador Alemán Velasco, otorgaría la autonomía a la UV y desde entonces la designación de rector corre a cargo de una junta de notables. Sin embargo, cada uno de los elegidos, ha correspondido en su tiempo y de cara a las grandes exigencias de una institución universitaria, en lo que hace a la academia, la investigación científica y la difusión de la cultura. Algunos menos, otros más, pero confirmaron su prestancia frente al grueso de casas de estudio del país. Esperemos.

2 DE OCTUBRE NO SE OLVIDA, PERO SIGUEN SIN CASTIGO AUTORES DEL GENOCIDIO

Para los estudiantes y académicos que en el 68 y 71 del pasado siglo XX, tuvieron una participación en el movimiento que por partida doble concluyera en sendas masacres, la justicia sigue esperando porque a los genocidas, se les aplique el rigor de la ley, no menos.

Dos eventos en la página negra de este país, continúan sin castigo, no obstante que se atentó contra la existencia de los estudiantes que serían el futuro de la patria ensangrentada desde entonces.

La última guerra que se habrían jugado los mexicanos, ocurrió con el estallido de la revolución armada de Emiliano Zapata y Francisco Villa. Sin embargo, hacia los años 50, es decir, el medio siglo del XX, se dieron grandes movimientos, uno de los médicos, como el gremio entre los más sacrificados hasta la fecha, por las políticas públicas y la lucha de los ferrocarrileros, que concluyera con su dirigente a prueba de bomba, Demetrio Vallejo, encarcelado en las mazmorras del palacio negro de Lecumberri.

En 68, la matanza de Tlatelolco y que siendo presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz, asumiera su responsabilidad como autor de aquella, de nada sirvió, porque la justicia jamás lo citó a comparecer ante un tribunal, menos que se hayan castigado y pagado las indemnizaciones de rigor, a los familiares de las víctimas mortales, propiciadas por las fuerzas armadas de aquel sexenio.

En 71, igual, la enconada volvió a dejar una siembra de estudiantes sacrificados inútilmente. En ambos episodios, el mismo actor del régimen priista, don Luis Echeverría Alvarez, protagonista de la muerte inútil de jóvenes promesas de la patria, rezaban los discursos de los políticos. Sin embargo, ambas gestas permanecen en el último cajón de la historia contemporánea, porque aún viven no pocos de los bárbaros que cometieron los dos genocidios o crímenes de lesa humanidad, así que los progenitores de los 43 jóvenes normalistas asesinados de Ayotzinapa, prepárense para una espera de decenios, a ver si la justicia la llegan a conocer.

Padres de familia de los universitarios del 68 y 71, apoyaron en todo y con todo,la lucha por las elementales libertades de participación y opinión, en aquellos ayeres, no más, y no obstante haber quedado plenamente comprobado el doble crimen de aquellos muchachos, la justicia, sigue sin alcanzar a los actores principales del peor acto de barbarie ocurrido en este país, después de la lucha revolucionaria de 1910.

Cuánta razón le asistía-porque su libro “México Bárbaro”, sigue vigente, pese a que lo hizo circular un 8 de abril de 1911, el periodista John Kenneth Turner y en cuyas páginas, al iniciar su redacción, dice textualmente: “México es un país sin libertad política, sin libertad de palabra, sin prensa libre, sin elecciones libres, sin sistema judicial, sin partidos políticos, sin ninguna de nuestras queridas garantías individuales, sin libertad para conseguir la felicidad”.

Claro, nadie vaya confundirse, sentencian los malvados, este párrafo, lo escribió Turner en el año de 1911.

SE DEBE A DON PORFIRIO DÍAZ, LA VÍA  DEL FERROCARRIL QUE CRUZA XALAPA

Sin duda, una de las monumentales obras que realizó el presidente Porfirio Díaz en Xalapa, es la construcción de la vía del ferrocarril que cruza la ciudad, no sin antes citar los edificios de la escuela preparatoria “Salvador Díaz Mirón”, de la calle de Juárez y la construcción del edificio de la escuela industrial para señoritas, entre otras.

Lo anterior, porque los menores de diez años de edad, o muchos de ellos, jamás han visto un carro del tren que parte de la llamada estación nueva del ferrocarril, de la colonia federal, y cruza la avenida Murillo Vidal, los terrenos aledaños a la zona universitaria y continúa hacia el centro de la entidad veracruzana o por la otra ruta, rumbo a Banderilla, para continuar el mismo tren de carga hacia la ciudad de México.

Sí el tren fue importante para el transporte de pasajeros, nadie lo puede poner en duda. Fue un servicio confortable, barato y daba oportunidad a los más diversos sectores para trasladarse de un lugar a otro, ya fuera dentro de la entidad veracruzana o con destino al antiguo Distrito Federal.

Numerosos menores de edad, lo ignoran y les atrae la información que reciben de viva voz por personajes que la hicieron de telegrafistas en oficinas de la estación nueva del ferrocarril, y que anteriormente, contaban con una sala de espera para los pasajeros y un café-restaurante anexo, al que solían acudir inclusive vecinos de la colonia mencionada antes, con el fin de degustar un café o platillo de la región y compartir con familiares y amigos dicho espacio.

Cuando el sindicato de rieleros, estaba representado por un personaje que se había perpetuado en el encargo, Luis Gómez Z., el ferrocarril lució en todo su auge, ya que era un medio de transporte preferido por decenas de familias y gente común, a la que atraía un recorrido por tren a través de regiones, que parecían inexpugnables o impenetrables y que desde la carretera no se visualizaban accesiblemente.

Al área que ocupa la estación nueva del ferrocarril, se le anexaban en el antes una serie de viviendas que habitaban los trabajadores del ferrocarril, con sus familias, maquinistas, mecánicos y fogoneros, además había una oficina destinada para concentrar el cuerpo de agentes de servicios especiales, responsables de la vigilancia en esa área de la zona federal.

Empero, con la desaparición del ferrocarril para pasajeros, quedarían únicamente los vagones que transportan diversas mercancías dentro y fuera del país. Empero, el tren ya no es del dominio de los menores, así que históricamente, les parece una novedad a gusto de todos cuando se les presenta ante sus ojos, la serie de vagones, destinados para la carga de mercancías y no de pasajeros.

El último tren de pasajeros, y que cubría el recorrido de Veracruz a la ciudad de México y viceversa, lo puso en servicio el gobernador Fernando Gutiérrez Barrios. Grandes núcleos de la población de Xalapa y el resto del país, sostienen que este medio de transporte es una de las maravillas que no debierahaber desaparecido, y que bien surgió con grandes expectativas hacia el correr de los años, desde su inauguración con el presidente, general Porfirio Díaz. Es todo.